Pidieron perdón en vez de permiso: por qué la disputa por Scarlett Johansson erosionó la confianza de los creadores de ChatGPT
Después de que rechazara una propuesta para prestar su voz a una actualización de ChatGPT, denunció que la empresa utilizó una altamente similar a la suya.
Fue a mediados de mayo de 2024 cuando OpenAI estrenó una actualización de su chatbot ChatGPT-4o, el cual presentó una voz femenina que interactuaba con los usuarios.
Pero más allá de las capacidades tecnológicas del sistema, uno de los puntos que más llamó la atención fue que ofrecía un tono similar al de Scarlett Johansson en la película Her (2013).
Para la producción de dicho filme de ciencia ficción, la actriz estadounidense prestó su voz para el personaje de una asistente virtual de la que se enamora el protagonista.
Desde la empresa de inteligencia artificial (IA) se habían contactado con Johansson para solicitarle que hiciera la de su chatbot, pero ella se negó a la oferta de la compañía.
Sin embargo, las similitudes entre su voz y la del sistema llevaron a que la actriz manifestara públicamente su molestia.
En una misiva que compartió, dijo que se sintió “sorprendida, enfadada y no podía creer” el parentesco, a pesar de que había rechazado la propuesta.
Y aunque OpenAI argumentó que la voz no estaba inspirada en la de ella y que la había grabado otra persona, dejaron de usarla y lamentaron “no habernos comunicado mejor”.
Durante la presentación de la nueva versión del chabot, el director ejecutivo de la firma, Sam Altman, había escrito en su cuenta de X (ex Twitter): “Her”.
Aquella referencia a la película en la que participó Johansson fue interpretada por muchos usuarios como que, efectivamente, se inspiraron en la voz de ella.
La situación llevó a que numerosos cibernautas expresaran sus críticas y a que se intensificara el debate por las regulaciones que debe tener el desarrollo de la IA, un campo que ha resaltado por sus avances acelerados en los últimos años.
Qué dijo Scarlett Johansson sobre la voz que utilizó OpenAI
En una carta rescatada por el New York Times el 20 de mayo de 2024, Johansson explicó que “el pasado mes de septiembre, recibí una oferta de Sam Altman, quien quería contratarme para ponerle voz al actual sistema”.
“Me dijo que sentía que al ponerle voz al sistema, podría cerrar la brecha entre las empresas tecnológicas y los creativos y ayudar a los consumidores a sentirse cómodos con el cambio radical que se produce en relación con los humanos y la IA. Dijo que sentía que mi voz sería reconfortante para la gente. Después de pensarlo mucho y por motivos personales, rechacé la oferta”.
No obstante, acusó la actriz, “nueve meses después mis amigos, mi familia y el público en general notaron lo mucho que el nuevo sistema llamado ‘Sky’ sonaba como yo”.
“Cuando escuché la demostración lanzada, me sorprendí, me enojé y no podía creer que el Sr. Altman buscara una voz que sonara tan extrañamente similar a la mía, que mis amigos más cercanos y los medios de comunicación no podían notar la diferencia”.
“El Sr. Altman incluso insinuó que la similitud era intencional, tuiteando una sola palabra, ‘Her’, una referencia a la película en la que presté mi voz a un sistema de chat, Samantha, que establece una relación íntima con un humano”.
Según Johansson, dos días antes de que se estrenara la demostración, el CEO de la empresa de IA se contactó con su agente para que le solicitara a ella que “lo reconsiderara”.
“Antes de que pudiéramos conectarnos, el sistema ya estaba disponible. Como resultado de sus acciones, me vi obligada a contratar un asesor legal, que escribió dos cartas al Sr. Altman y a OpenAI, exponiendo lo que habían hecho y pidiéndoles que detallaran el proceso exacto mediante el cual crearon la voz de ‘Sky’”.
“En consecuencia, OpenAI aceptó a regañadientes eliminar la voz de ‘Sky’”, agregó la actriz.
Bajo esta línea, sentenció: “En una época en la que todos estamos lidiando con las falsificaciones profundas (los deepfakes) y la protección de nuestra propia imagen, nuestro propio trabajo, nuestras propias identidades, creo que estas son preguntas que merecen una claridad absoluta. Espero una resolución en forma de transparencia y la aprobación de la legislación adecuada para ayudar a garantizar que se protejan los derechos individuales”.
Qué respondió Sam Altman, el director ejecutivo de la empresa de IA
El 20 de mayo de 2024, Altman compartió una declaración en la que afirmó que “la voz de Sky no es la de Scarlett Johansson y nunca tuvimos la intención de que se pareciera a la suya”.
Tras precisar que recurrieron a la de otra persona específicamente para esa tarea, aununció que “por respeto a la Sra. Johansson, hemos dejado de usar la voz de Sky en nuestros productos”.
“Lamentamos no habernos comunicado mejor”, sentenció.
Dos días después, la empresa actualizó en su sitio web oficial un artículo en el que detallaron “cómo se eligieron las voces de ChatGPT”.
“Trabajamos con profesionales del casting y la dirección líderes del sector, para reducir más de 400 propuestas antes de seleccionar las 5 voces”, sintetizaron desde OpenAI en su nota.
Las dudas por los derechos de autor en el desarrollo de esta tecnología
El episodio que se dio entre una celebridad como Johansson y la firma dirigida por Altman se posicionó como uno de los con mayor repercusión, pero no es el único en el que se han cuestionado los mecanismos que utiliza la empresa para desarrollar sus productos.
Previamente, la actriz y escritora estadounidense Sarah Silverman había acusado a la compañía de entrenar su modelo con su libro de memorias, titulado The Bedwetter (Perennial, 2011).
Otros autores como George R.R. Martin y John Grisham también se unieron a una demanda similar bajo la acusación de que recurren a “un robo sistemático a gran escala”, según declaraciones rescatadas por la revista Time.
Por su parte, el New York Times presentó una a finales de 2023, en la que aseguraron que OpenAI utilizaba sus contenidos para entregar a sus sistemas.
Sobre dicho caso, desde la firma compartieron un artículo en su página web en el que replicaron que el periódico estadounidense no estaba “contando la historia completa”.
Junto con ello, recalcaron que sus objetivos son “apoyar un ecosistema de noticias saludable, ser un buen socio y crear oportunidades mutuamente beneficiosas”.
Según rescató The Guardian, OpenAI declaró a la Cámara de los Lores del Reino Unido a finales de 2023 que “dado que los derechos de autor cubren hoy prácticamente todo tipo de expresión humana —incluidos blogs, fotografías, mensajes de foros, fragmentos de código de software y documentos gubernamentales—, sería imposible entrenar los principales modelos de IA actuales sin utilizar materiales protegidos por derechos de autor”.
Un sondeo publicado en noviembre de ese mismo año por el Pew Research Center afirmó que, en Estados Unidos, un 67% de quienes están familiarizados con chatbots como ChatGPT expresaron su preocupación de que el gobierno no vaya lo suficientemente lejos en la regulación de su uso.
Por otro lado, un 31% de la muestra expresó lo contrario.
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