Top secret: las enfermedades ocultas de los presidentes de Estados Unidos

La salud del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha posicionado como uno de los temas más comentados durante su mandato.

Esto, debido a que el político de 81 años se encuentra en la carrera presidencial para conseguir su segundo periodo en la Casa Blanca.

Por lo tanto, si lograra imponerse en los comicios de noviembre contra su opositor republicano, el expresidente Donald Trump, entregaría el poder a los 86.

Las preocupaciones en torno a Biden se incrementaron aún más después del primer debate presidencial 2024.

En dicha oportunidad, presentó una serie de lapsus al hilar su discurso y mostró dificultades a la hora de interpelar a Trump cuando hacía afirmaciones que se ha demostrado que son falsas.

Después de aquel episodio, distintas voces del Partido Demócrata sugirieron que se debería hacer un cambio en el candidato de su sector.

Sin embargo, Biden ha insistido en que no tiene intenciones de retirarse de la contienda.

Frente a quienes han planteado constantemente que no tendría las capacidades para ejercer un eventual segundo periodo, desde la Casa Blanca presentaron un informe médico en febrero de 2024.

Dicho documento precisó que estaba recibiendo tratamiento médico por un carcinoma basocelular (extirpado), apnea obstructiva del sueño, reflujo gastroesofágico y rigidez de la marcha ambulatoria.

No obstante, el médico oficial del presidente, Kevin C. O’ Connor, aseguró que Biden era un “varón sano, activo y robusto a sus 81 años”.

“Sigue siendo apto para desempeñar con éxito las funciones de la Presidencia”, enfatizó, para luego agregar que no había “hallazgos consistentes con trastorno cerebeloso o neurológico central”.

Pero Biden no es el único mandatario frente al que se han planteado dudas sobre su salud.

A continuación encontrarás distintos casos en los que presidentes se han visto afectados en este ámbito.

En algunos de ellos, incluso se han tomado medidas para ocultar sus enfermedades, según informaciones rescatadas por Deutsche Welle.

Durante su mandato presidencial, específicamente en otoño de 2020, se acusó a Donald Trump de esperar varios días antes de revelar públicamente que había dado positivo a un test de Covid-19.

Posteriormente, aquello fue confirmado por su entonces jefe de gabinete, Mark Meadows, quien precisó que junto al contagio enfrentaba hipoxia.

El presidente Kennedy solo estuvo un año en el poder, debido a que fue víctima de un atentado armado que acabó con su vida en Dallas (Texas), en 1963.

Antes de que triunfara en las elecciones presidenciales, a finales de la década de 1940, se le había diagnosticado la enfermedad de Addison y enfrentó dolores crónicos en la espalda a raíz de una herida de guerra.

Pero él negó insistentemente los rumores sobre su salud durante su campaña electoral de 1960.

Figura con ocho años en la presidencia a raíz de que fue reelecto para el cargo.

Durante su primer periodo, en 1955, enfrentó un infarto. Menos de un año después tuvo que someterse a una operación de obstrucción intestinal.

Pese a que el secretario de prensa reveló que enfrentó un episodio que afectó a su salud, este fue descrito como una trombosis coronaria “leve”, según rescató el citado medio.

Luego, Eisenhower sufrió un aneurisma ventricular del que tampoco se precisó su magnitud real.

Después de cumplir su segundo periodo, pasó por varios infartos de miocardio y un derrame cerebral, hasta que falleció en 1969 por causas relacionadas a diagnósticos de hipertensión y cardiopatía.

Según rescató el citado medio, el presidente Roosevelt —quien ganó cuatro elecciones presidenciales consecutivas— ocultó una cardiopatía hipertensiva, una insuficiencia cardíaca y una bronquitis aguda durante su carrera política.

Una afección que sí fue más visible era la polio, la cual derivó en que tuviera que usar artefactos ortopédicos y muletas.

El mandatario reelecto enfrentó un derrame cerebral que lo dejó parcialmente paralizado en 1919, según se asegura.

De la misma manera, en 1896 enfrentó una apoplejía que lo dejó con debilidad en una de sus manos y posteriormente sufrió otra que afectó a su vista.

Durante un mitin celebrado en 1912 recibió un disparo con un arma de fuego, el cual se cree que fue desviado por objetos que tenía en el bolsillo del pecho de su chaqueta, tales como una copia de 50 páginas con las palabras que iba a decir.

Aunque tenía la bala incrustada, Roosevelt optó por hacer su discurso antes de buscar ayuda médica.

Falleció siete años después tras presentar problemas de salud. Se presume que a raíz de una embolia pulmonar, según detalla un artículo disponible en la National Library of Medicine de Estados Unidos.

Decidió operarse en secreto después de desarrollar una lesión cancerosa en la boca.

En la cirugía también se le sacaron dos dientes y luego se afirmó que tuvo que someterse a un procedimiento dental de urgencia. No se precisaron más detalles en ese entonces, según rescató Deutsche Welle.

Tras dicho episodio quedó con problemas en el habla y la audición, mientras que posteriormente se dijo que falleció de una enfermedad gastrointestinal complicada por una cardiopatía, diagnóstico que tampoco se había informado públicamente en un primer momento.

Pese a que nunca se confirmó, se especuló que podría haber enfrentado el síndrome de Marfan, un trastorno hereditario que afecta al tejido conectivo, es decir, las fibras que sostienen y sujetan los órganos y otras estructuras del cuerpo, según explica la Clínica Mayo.

También se aseguró que sufría de depresión. Sin embargo, falleció en 1865 como víctima de un asesinato.