Una nueva unidad de espionaje lidera la guerra en la sombra de Rusia contra Occidente

Los servicios de espionaje de Rusia cuentan con una nueva unidad en la sombra que tiene a Occidente en la mira, según afirmaron al Wall Street Journal distintos funcionarios de inteligencia occidentales.

Las fuentes aseguraron que se le conoce como el Departamento de Tareas Especiales, el cual está ubicado en una sede de la inteligencia militar rusa en las afueras de Moscú.

Detallaron que sus operaciones han incluido intentos de asesinato, sabotaje y un complot para colocar dispositivos incendiarios en aviones.

Según precisaron, la unidad fue creada en 2023, en respuesta al apoyo occidental a Ucrania.

Cabe recordar que Rusia ha desarrollado una invasión a gran escala en el territorio ucraniano desde el pasado 24 de febrero de 2022.

A lo largo de los casi tres años de guerra, los paquetes de ayuda militar y económica suministrados por los aliados occidentales de Kiev han sido fundamentales para que sus fuerzas puedan contrarrestar la ofensiva rusa.

Dos jefes de inteligencia europeos y otros funcionarios de seguridad estadounidenses, europeos y rusos dijeron al citado periódico que la unidad incluye a veteranos de algunas de las operaciones clandestinas más avanzadas de Rusia en los últimos años.

Los funcionarios afirmaron que el Kremlin ve a Occidente como cómplice de ciertos ataques de Ucrania contra Rusia.

Entre estos se encuentran el sabotaje de los oleoductos Nord Stream, los asesinatos de altos funcionarios rusos y los ataques con misiles occidentales de largo alcance, que han sido utilizados en el marco de la invasión rusa en el país.

Desde Kiev han rechazado estar detrás del sabotaje de los oleoductos.

El subsecretario general adjunto de la OTAN, James Appathurai, declaró que “Rusia cree que está en conflicto con lo que llama ‘el Occidente colectivo’ y está actuando en consecuencia, hasta el punto de amenazarnos con un ataque nuclear y aumentar su ejército”.

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que “se trata, como siempre, de acusaciones completamente infundadas”.

Los funcionarios de inteligencia occidentales se refieren al nuevo departamento como SSD, por su acrónimo ruso.

Presumen que el organismo está detrás de una serie de ataques recientes contra Occidente.

Entre estos se encontrarían el intento de asesinato del director ejecutivo de un fabricante de armas alemán y un complot para colocar dispositivos incendiarios en aviones, utilizados por la compañía de logística DHL.

Según relataron los funcionarios al Journal, la nueva unidad ha asumido algunos poderes del FSB, el Servicio Federal de Seguridad ruso que destaca como el servicio de inteligencia más grande del país.

De la misma manera, agregaron, ha absorbido a la Unidad 29155.

Esta última ha sido acusada por los funcionarios de inteligencia occidentales como la presunta responsable del envenenamiento del agente doble ruso, Sergei Skripal, en Reino Unido en 2018.

Las fuentes consultadas por el citado medio afirmaron que el SSD tiene, al menos, tres tareas asignadas.

Una de ellas es realizar asesinatos y operaciones de sabotaje en el extranjero.

Otra es infiltrarse en empresas y universidades occidentales.

También se reporta que sus efectivos buscan reclutar y entrenar a agentes de otros países.

Los funcionarios detallaron que la unidad está tratando de reclutar agentes ucranianos, de países en desarrollo y de países que Rusia considera aliados.

A esto se le suma, según se reporta, que dirige un centro de operaciones de élite.

Este último es conocido como Senezh y es donde entrenan a algunas de sus fuerzas especiales.

Se afirma que la nueva unidad rusa es supervisada por el coronel general Andrey Vladimirovich Averyanov y su adjunto, el teniente general Ivan Sergeevich Kasianenko.

El primero de ellos es un veterano de las guerras de Chechenia y es buscado por la policía checa por su presunta participación en un operativo para hacer estallar un depósito de municiones en 2014, ataque que mató a dos personas.

Cuenta con la condecoración de máximo honor, la medalla de Héroe de Rusia.

El mandatario Vladimir Putin fue quien le entregó el reconocimiento, tras su participación en la ocupación y anexión de Crimea.

Los funcionarios de inteligencia occidentales dijeron que se presume que Kasianenko es quien coordinó la operación para envenenar a Skripal y a su hija Yulia en Reino Unido, en 2018.

Aunque ambos sobrevivieron, enfrentaron graves problemas de salud a raíz del episodio.

Una tercera mujer murió luego de recoger un frasco de perfume contaminado con el veneno que los atacantes habían utilizado.

Pese a las acusaciones, desde Rusia negaron su participación en el operativo.

Se asegura que las acciones de Kasianenko incluyen la supervisión de misiones encubiertas en Europa y la toma de control de operaciones paramilitares del Grupo Wagner en África, después de que su fundador, Yevgeny Prigozhin, fuese asesinado en 2023.

Nació en 1975 en Kazajstán, que en ese entonces formaba parte de la Unión Soviética, y se unió a la inteligencia militar rusa después de servir en la fuerza aérea rusa.

Los funcionarios de inteligencia europeos afirmaron que Kasianenko, que en un momento operó en Teherán bajo un supuesto cargo diplomático, participó recientemente en una transferencia de habilidades y tecnología de Rusia a Irán.

Este último país ha proporcionado drones y misiles a las fuerzas rusas.

Previamente, en diciembre de 2024, la Unión Europea impuso sanciones a una unidad del departamento, aunque sin identificar al SSD por su nombre.

Se le acusó de planear “golpes de Estado, asesinatos, atentados con bombas y ciberataques” en el continente y en otros lugares.

Estados Unidos, a su vez, acusó a miembros del SSD por cargos similares, el mismo mes.

El Departamento de Estado estadounidense ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por informaciones sobre cinco miembros acusados de realizar ciberataques contra Ucrania.

Pero a pesar de las acusaciones en contra del departamento, funcionarios estadounidenses y europeos precisaron que han disminuido sus actividades en los últimos meses.

Los dos jefes de inteligencia europeos sugirieron que aquello podría deberse a que esperan negociar con la administración del presidente Donald Trump, quien el pasado 20 de enero asumió su segundo periodo no consecutivo en la Casa Blanca.

El servicio de seguridad de Ucrania alertó en mayo de 2024 que había frustrado un complot de Rusia para incendiar distintos supermercados y un café.

Desde Kiev acusaron que el plan había sido coordinado por el mayor ruso Yuri Sizov.

Los funcionarios de inteligencia occidentales dijeron al Journal que este último —quien es oficial del Senezh, ahora parte del SSD— orquestó otra operación unos días después, para incendiar un centro comercial en Varsovia, la capital de Polonia.

Las acusaciones en su contra han llevado a que sea sancionado por la UE.

Posteriormente, en julio, dispositivos que fueron enviados a través de DHL se incendiaron en centros de tránsito en Leipzig (Alemania) y Birmingham (Inglaterra).

El exjefe de la agencia de inteligencia interna de Alemania, Thomas Haldenwang, declaró que si uno de los aparatos se hubiera incendiado durante un vuelo, podría haber derribado el avión.

Agregó que aquello no ocurrió únicamente porque un vuelo de conexión se retrasó, por lo que el dispositivo se detonó mientras estaban en el aeropuerto.

Los funcionarios de seguridad afirmaron que ese operativo pareció ser una prueba para colocar aparatos similares en aviones con destino a América del Norte.

La situación llevó a que, en agosto, las autoridades enviaran advertencias a las principales empresas navieras, aerolíneas y aeropuertos, según personas familiarizadas con los procedimientos.

Funcionarios estadounidenses y rusos confirmaron al Journal que, luego de que se descubriera el complot en 2024, el entonces asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el entonces jefe de la Agencia Central de Inteligencia, William Burns, llamaron a los líderes rusos en agosto.

El primero llamó a Yuri Ushakov, un asistente de Putin y ex embajador ruso en Estados Unidos.

Por otro lado, según tres personas familiarizadas con las conversaciones, Burns llamó a su homólogo, Sergei Naryshkin, y al secretario del Consejo de Seguridad, Sergei Shoigu.

Este último y Ushakov rechazaron tener conocimiento del complot de DHL.

Según funcionarios occidentales y rusos, el SSD opera bajo órdenes generales de Putin, pero los comandantes podrían no buscar su aprobación para ciertas operaciones.

Agentes de inteligencia europeos, estadounidenses y rusos precisaron que el departamento se ha centrado especialmente en Alemania.

Aquello se ha debido, en parte, a factores como que el país depende de la energía rusa y algunos de sus grupos políticos simpatizan con el Kremlin.

Según funcionarios de inteligencia y seguridad estadounidenses y europeos, el SSD estuvo detrás del incendio en una fábrica propiedad de Diehl en Berlín, el cual ocurrió en mayo de 2024.

Dicha empresa suministra sistemas de armas a Ucrania.

Por ese periodo, los servicios de inteligencia de Estados Unidos alertaron a Alemania que habían descubierto un plan para asesinar a líderes de la industria armamentística europea.

Entre las potenciales víctimas figuró Armin Papperger, el director ejecutivo de Rheinmetall.

Su compañía destaca como la mayor proveedora de municiones de artillería a Ucrania, mientras que también está construyendo una fábrica de tanques en el país presidido por Volodimir Zelenski.

En otras partes de Europa se han detectado otros operativos, presuntamente vinculados a los esfuerzos rusos.

Uno de estos ocurrió en junio de 2024, cuando las autoridades francesas arrestaron a un ciudadano ruso-ucraniano después de que una bomba improvisada explotara en su habitación de hotel.

El individuo fue acusado de cargos relacionados con el terrorismo. Según los agentes locales, planeaba atacar una tienda de artículos para el hogar.