Rodrigo Delgado: "Los municipios hemos subsidiado a un Estado fallido en materia migratoria"

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Como alcalde de una de las comunas con mayor número de población inmigrante, Delgado cuestiona la ausencia del Estado durante la última década en el acompañamiento social de familias extranjeras, labor que, afirma, ha sido asumida por los gobiernos locales. Espera que el Ejecutivo gestione una ley de migración donde los alcaldes sean oídos.


A la cabeza de Estación Central (RM), hogar de un alto porcentaje de inmigrantes, Rodrigo Delgado se ha convertido en un referente para el resto de las comunas en la implementación de políticas públicas locales para atender las necesidades de los extranjeros más vulnerables. Una tarea compleja, por la creciente demanda de servicios y lo limitado de los recursos, pero que le ha permitido, en su tercer período como edil, liderar la Comisión de Asuntos Migrantes recién creada por la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), y desde ahí aportar al debate público sobre un fenómeno creciente que pone en jaque las capacidades del país.

¿Cuál es la principal dificultad que enfrentan las comunas que atienden a población migrante?

Hace una década que los municipios venimos gestionado en silencio los flujos migratorios a nivel local, y en estos 10 años lamentablemente no hemos tenido un Estado que haya tomado en serio este tema, con acciones concordantes con lo que se veía venir. Ahora la gente busca culpables, y eso lamentablemente está afectando a los alcaldes, porque la gente piensa que tenemos la llave al flujo migratorio.

¿Cuál es el escenario que tiene que enfrentar en su comuna?

Mi opinión es que efectivamente hubo un descontrol en la cantidad de haitianos que entró en los últimos tres años, pero como alcalde me toca administrar una realidad. Y esa realidad habla de una comuna diversa, con gran cantidad de migrantes y donde a la vez hay una sobredemanda de algunos servicios, sin que tengamos la capacidad para atenderlos a todos. Sin embargo, como hijo y nieto de migrantes, estoy convencido que todos requieren atención.

¿En qué medida el Estado ha estado ausente en abordar esta demanda que no puede ser cubierta a nivel municipal?

Lo que pasa es que los municipios hemos estado subsidiando a un Estado fallido en materia migratoria. Somos los que en la práctica estamos administrando una realidad migratoria que está teniendo externalidades. Al gobierno saliente no le interesó administrar esa realidad y nunca dijo nada. Obviamente las esperanzas están puestas en el gobierno entrante, donde yo sí creo que vamos a tener una ley y un rayado de cancha para poder manejar las distintas demandas.

Existe algunas personas en contra de la migración en redes sociales, incluso de su sector político. ¿Cómo aborda esas opiniones?

No es resorte de un alcalde expulsar a un migrante o cerrar una frontera. Si yo tengo comunidades de migrantes en mi comuna tengo que generar planes para que puedan integrarse, de lo contrario la convivencia se daña y se corre el riesgo de una polarización el día de mañana. Por lo tanto, debemos generar esa integración. ¿Y cómo? en los colegios, en los barrios, en el deporte y también con trabajos dignos.

¿Qué definiciones espera del nuevo gobierno al respecto?

Primero que nada definiciones que nos ayuden a actuar, pero también que nos escuchen, que las decisiones también pasen por los municipios, para tener una mejor gestión de la migración a nivel local y que nuestra experiencia a nivel local sea considerada a la hora de legislar.

¿Cuáles son sus propuestas para ser incluidas en la nueva ley de migraciones aún en trámite?

Por ejemplo, en materia laboral que los municipios puedan gestionar las visas para que un migrante de un determinado perfil pueda trabajar en otra comuna que sí lo requiere. En materia de vivienda, la nueva ley podría permitirnos normar y certificar las viviendas que se arriendan a migrantes para que cumplan con un estándar mínimo de seguridad. Eso esperaría de la nueva ley. En todo caso, el 6 de abril nos reuniremos con el ministro del Interior y presentaremos nuestras propuestas en distintas aspectos.

¿Cuánto puede aportar el mundo municipal a la discusión del tema migratorio a nivel central?

Creo que estamos entrando en una discusión que es vital, pero a lo mejor estamos partiendo de un diagnóstico equivocado, y creo que en los municipios hay respuestas para muchas preguntas donde a lo mejor no hemos sido considerados. En el gobierno pasado no lo fuimos para discutir la nueva ley, espero que ahora sí se nos pida la opinión y que nos contemplen con más facultades y más atribuciones.

¿Qué rol tienen los municipios en el proyecto de ley enviado al Congreso?

En el texto los municipios aparecían nombrados una sola vez. Decía que se van a poder hacer convenios con los municipios, pero no se les entregaba ningún tipo de herramienta nueva y se desconocía completamente la capacidad instalada que tenemos después de 10 años de trabajar con la migración. Eso no puede quedar fuera en la nueva ley.

Se critica el enfoque restrictivo que se le quiere dar a la ley, sin un enfoque de derechos para los migrantes, ¿comparte esa postura?

Antes de hablar de enfoque de derechos, que a mí me parece bien que estén representados en una ley. Primero tenemos que sincerar las cifras y entender qué somos capaces de ofrecer como país también a los nacionales que tienen demandas. Solo en 2017 entraron 100 mil nuevas familias entre haitianos y venezolanos que no tienen viviendas, porque vienen llegando, cuando el déficit en Chile es de 400 mil viviendas. La pregunta es si como país somos capaces de generar esa riqueza para cumplir con ese enfoque de derecho, y preguntarnos si a lo mejor hay que cambiar el modelo de atención al migrante.

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