Tarjeta BIP para adultos mayores: ¿beneficiados o nuevos "clientes"?
Hace algunos días se anunció la modernización del boleto para el adulto mayor de Metro, que será reemplazado por la nueva Tarjeta del Adulto Mayor (TAM). Esta tarjeta BIP personalizada para cada adulto mayor con su fotografía, les permitirá evitar el proceso de compra de boletos y así hacer más fácil el uso del sistema de transporte capitalino. Para obtener esta tarjeta, los hombres mayores de 65 y las mujeres mayores de 60, deben presentar sus documentos de identidad y última liquidación de pensión. El Beneficio Adulto Mayor (BAM) les permitirá pagar $210 pesos por viaje en cualquier horario. Pero existe un aspecto que causa inquietud a todos, esta tarjeta tiene un límite de 14 viajes por semana, es decir, un viaje de ida y vuelta por cada día de la semana.
El envejecimiento de la población en Chile hace que debamos preocuparnos de estos temas con la mayor rigurosidad. Según el INE, para el Censo de 2002, el porcentaje de adultos mayores era muy cercano al 10%, siendo este porcentaje un poco mayor en la Región Metropolitana (11,05 %)[1]. Y la proyección para 2020 es de un 16%. Esto causará, para ese año, una inversión en la pirámide etaria de nuestro país, al reducirse la cantidad de jóvenes producto de la baja natalidad, asimilándose a la actual de países como Japón. Junto a esto, la esperanza de vida se incrementa año a año. En la década del '50 el chileno vivía en promedio 54 años. Hoy la esperanza de vida ha subido a 72 años, y se proyecta para el último Censo que se acerque a los 80 años. Siendo, también, la calidad de vida a esa edad un tema de gran importancia para nuestro país.
El director del DTPM (Directorio de Transporte Público Metropolitano), Guillermo Muñoz, declaró que el número de viajes de la TAM se definió en 14 semanales, luego, de un análisis estadístico en el que se identificó que un número muy marginal de adultos mayores realizan más de 14 viajes por semana. Si se analizan los datos de la encuesta de origen y destino[2] realizada por SECTRA en 2012, se obtiene que el número de viajes promedio en la ciudad de Santiago corresponde a 2,78 diarios. Es entendible que se asuma que los santiaguinos que están en la edad laboral requieran moverse más, debido a tareas productivas. Pero los adultos mayores tienen la necesidad de acceder a servicios de salud, socializar y -¿por qué no?- a cultura, educación y todo lo que la ciudad puede ofrecerles a su edad. Siendo el promedio de viajes más cercano a 3, ¿no sería posible pensar en ofrecer a nuestros adultos mayores unos 21 viajes semanales (7 más de los ofrecidos actualmente), con el fin de asegurar el acceso a los servicios que pueden mejorar su calidad de vida? Si el argumento de que solo un porcentaje menor utiliza más de los 14 viajes a la semana, ¿por qué castigar a ese porcentaje? Por el contrario, ¿no sería razonable motivar a los adultos mayores a vivir mejor? ¿Por qué no asumir el límite superior de viajes, entendiendo que se está dando un beneficio a un grupo etario que dedicó su vida al trabajo y que, además de tener pensiones bajas, ahora se quiere limitar su acceso al transporte, con la implicancia que eso tiene en una ciudad como Santiago.
El único argumento que permite sostener esto es el argumento económico. Hacer la inversión en este beneficio al menor costo posible para el sistema. Pero también se trasluce la idea de que la sobre oferta de viajes podría ser utilizado de mala manera y que este beneficio podría ser excesivo o incluso mal utilizado. Pero si este problema se enfrenta en base a la desconfianza, pensando en el posible mal uso de la tarjeta, ¿qué dice de nosotros como sociedad? Nos queda mucho por avanzar.
[1] http://www.ine.cl/estadisticas/sociales/adultos-mayores
[2] http://www.sectra.gob.cl/biblioteca/detalle1.asp?mfn=3253
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