(No) estamos en la B
En tiempos analógicos, un single radial era un producto con dos almas contrapuestas. Por un lado, altanera y confiada, la cara A, el tema de promoción. Por el otro, el lado B, más noble que una lechuga y con un escudo de corazón. Así, detrás de la apuesta comercial más visible, se escondieron piezas formidables que gente como The Smiths, Nirvana u Oasis compilaron en álbumes ya clásicos.
Dicen que Seymour Stein, la cabeza de Sire Records, la llamó la "Starway to heaven" de los 80s por su carácter épico, aunque la definición no le guste del todo a Simon Goddard, autor de Mozipedia: the encyclopedia of Morrissey and The Smiths (Ebury Press, 2009). Él prefiere considerarla una canción de discoteca, una suerte de nuevo "I feel love" de Donna Summer. O, mejor aún, el "I (want) to feel love", por ese carácter entre defensivo y autocompasivo de Morrissey sobre las guitarras herederas del swamp rock de Johnny Marr.
Hablamos de "How soon is now", probablemente una de las canciones más reconocidas de The Smiths, que vería la luz sólo como lado B de "William, it was really nothing", en 1984, junto con ese otro enorme clásico de melancolía autolesiva "Please, please, please let me get what I want". Como para comprobar que el ojo comercial no era uno de los activos de la banda.
https://www.youtube.com/watch?v=hnpILIIo9ek
Acá va otra. "Cause we need each other/ we believe in one another" cantaba Noel Gallagher y así cualquiera se confunde. Esto es "Acquiesce", cara B del single "Some might say", y número fijo en los setlist de Oasis aún en 2008, cuando a Liam se le prendió la ampolleta emocional y se acercó a abrazar a su hermano.
Porque el mayor de los mancunianos cantaba "I know we're going to uncover/ What's sleepin' in our souls" y uno no es de fierro, tampoco, diría Liam. Resultado: rechazo sin sutileza alguna frente a unos cuantas decenas de miles de personas. Es que la canción no trata sobre la hermandad. Y la relación entre Liam y Noel, al parecer, tampoco.
https://www.youtube.com/watch?v=aiXCejJvsnw
Bob Stanley en su libro Yeah!, yeah! yeah! La historia del pop moderno (Turner, 2015) establece un punto de partida desde la relación incestuosa entre publicidad y medios. Como las radios comenzaron a vivir de los avisos comerciales, a partir de la década de los 40s, el éxito de aquellas tonadillas que vendían productos determinó que las canciones que se mostraran entre ellas tomarán la misma característica alegre y desenfadada.
O sea, queridos Beatles, a poner "Rain" en la cara B. Y ustedes Kraftwerk con "The Model" y The Rolling Stones con "You can´t always get what you want", también, y no molesten en insistir. Aun así, a veces la historia les ha dado otra oportunidad a esos temas como singles ("The model", "How soon is now") o siendo parte de discos recopilatorios de material extra. Un movimiento de mercado que calma a fans ansiosos de nueva música y permite a las bandas seguir estirando los plazos de un nuevo álbum.
Aunque a veces hayan sido cubos de basura reciclable donde cabía de todo (covers no solicitados, Peel Sessions muy cercanas al original, descartes más que justificados), hay discos de lados B que se paran erguidos al lado de los oficiales sin amilanarse. Acá van algunos ejemplos destacables, sin ánimo de lista de "los 15 imperdibles" o los "13 que debes escuchar antes de la primavera". Una selección humilde ésta: como un buen lado B.
https://culto.latercera.com/2019/09/28/mtv-unplugged-rolling-stone/
Hatful of Hollow – The Smiths (Rough Trade, 1984)
Más que una mera compilación de lados B y sesiones de radio, el segundo álbum de The Smiths bien se puede instalar en un lugar de honor dentro de su discografía. No es sólo por las versiones más directas de canciones ya editadas como "What difference does it make?" o "Still ill", sino por el nivel de calidad que Marr y Morrissey imprimían en los temas de acompañamientos de sus singles.
Grandes amantes del formato y sus representantes de décadas anteriores, lados B como "Girl afraid" o la mencionada "How soon is now" estaban tan trabajadas como los temas titulares. El mismo Morrissey volvería a la idea con su álbum Bona drag (HMV, 1990) que aunque incluía lados A como "Suedehead", también difundía piezas centrales de su catálogo como "Hairdresser on fire".
Una muestra de que la influencia de Hatful of Hollow es alargada se llamó To see the lights (Costermonger, 1996), el segundo disco del grupo inglés Gene. Nada malo si es que no hubiese provenido de una banda (algo injustamente) parodiada por ser deudores de The Smiths. Para los fanáticos del muy recomendable Olympian (Costermonger, 1995), vaya el aviso de que hay mejores versiones que el disco anterior y un cover ingenioso de "Say a Little prayer".
https://www.youtube.com/watch?v=G7CxOtEqOmQ
Oasis - The Masterplan (Creation, 1998)
Se sabe que Noel Gallagher, en la primera época de Oasis, sufría de incontinencia compositiva. Y que la modestia no era un impedimento para vociferar sus habilidades en esa área. Como las declaraciones del mancuniano son lo suficientemente divertidas como para alejarlos de este artículo y acercarlos a google, nos adelantamos y lo citamos: "Del '93 al '96 todas las canciones que escribí fueron clásicos. Si The Masterplan hubiese salido en vez de Be here now, habríamos ganado el Nobel, no habría habido guerra en Medio Oriente ni musulmanes radicales".
https://culto.latercera.com/2019/08/28/brit-pop-25-cierre-perfecto/
¿Quedó claro? Y si no te convence, revisar que en el listado de canciones se incluye no sólo la banda sonora de la humillación de Liam, sino "Talk tonight", "Half the world away" o el tema titular, que permanecieron tanto en el repertorio de la banda, como en el de Noel solista. Como buen gesto, había una ácida versión de un lado B clásico, como "I am the walrus" de The Beatles.
Sci-Fi Lullabies – Suede (Nude, 1997)
Decía una crítica contemporánea en la revista Los Inrockuptibles que sólo alguien con el ego de Brett Anderson editaba un disco doble con sus lados B. Pero, ojo, que en esa referencia había poco de molestia y mucho de admiración, tanto a la capacidad musical del vocalista de Suede y sus compañeros, como a la del gran Bernard Butler, emigrado algunos años antes.
Se sabe que el guitarrista es el mejor enemigo del que lleva el micrófono, si es que no hace la doble función él solo. De ello bien puede dar fe la fantástica dupla conformada por los mencionados Butler y Anderson, que en pocos años despacharon el par de clásicos Suede (Nude,1992) y Dog Man Star (Nude, 1994), junto una serie de singles sin desperdicios en sus lados B, antes de su pelea final.
Sci-fi Lullabies recopila varios de esos momentos como "Killing of a flash boy" o "My insatiable one", a la vez que destina todo el segundo disco a mostrar que la salida de Butler no afectó la calidad de la banda. Y aunque sobre esto último bien que se dividen aguas, un clásico de sus conciertos hasta hoy como "Europe is our playground", justifica la publicación.
https://www.youtube.com/watch?v=cW36BO3YUXk
Incesticide – Nirvana (DGC, 1992)
En 1989, Nirvana eran un promisorio trío de Aberdeen que no sabía disimular su gusto por The Beatles y The Vaselines entre tanta distorsión. Para 1992, eran quienes habían sacado a Michael Jackson de los rankings con Nevermind (DGC, 1991) y faltaba poco para que espantaran a los ejecutivos de su discográfica con el poco amigable In utero (DGC, 1993).
https://culto.latercera.com/2019/07/31/los-mejores-libros-musicales/
Aprovechando el interés superlativo en la banda, Sub Pop el anterior sello de la banda entregó (sin filantropía, entiéndase) un antiguo single llamado "Sliver", lo que se combinó con el primer demo de la banda, lados B, las infaltables sesiones para John Peel y una larga lista de bateristas, para conformar Incesticide.
https://www.youtube.com/watch?v=QECJ9pCyhns
Como planteaba la revista Vice hace un par de años, cuando se reeditó en vinilo, este disco es quizás el mejor de la banda, porque revela sus contradicciones. Esto porque en el álbum, supervisado directamente por Kurt Cobain, bien podían convivir el lado áspero de la banda pre Butch Vig, el gusto por el pop más radiante en los covers a The Vaselines, una portada poco cuidada y una carta (en las primeras ediciones), donde el vocalista agradecía a sus influencias, defendía a su esposa y solicitaba a homofóbicos y racistas que no fueran a sus conciertos. Nada mal para ser sólo un disco de lados B.
https://culto.latercera.com/2019/08/07/mejor-disco-de-nirvana/
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