Rafael Araneda: “Acepté volver a animar Viña no por ego, sino por desafío personal y profesional”

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Rafael Araneda: “Acepté volver a animar Viña no por ego, sino por desafío personal y profesional”

El animador habla con Culto de su regreso al Festival de Viña para 2025, de lo que lo convenció de retornar pese a que no estaba en su planificación de este año y de por qué no siente temor de un escenario a momentos áspero como la Quinta Vergara. Aunque se emociona con esta segunda vida en el certamen, evita referirse a su antecesor en el puesto, Francisco Saavedra.


Rafael Araneda (55) admite que hasta hace un tiempo no estaba en su brújula inmediata volver a animar el Festival de Viña del Mar. “No lo había pensado, no creía que iba a regresar”, reconoce el animador en diálogo con Culto.

Su recelo con la operación retorno quizás obedecía al tiempo que cuenta desarrollando su carrera en el extranjero, distancia que lo pudo haber vuelto un rostro menos familiar y cotidiano para el público nacional, luego de años como un hombre identificado con la era más clásica de la TV chilena gracia a su paso por La Red, TVN y Chilevisión. “Yo hubiese pensado que después de llevar tanto tiempo afuera uno perdía conexión. Y me di cuenta de que no”, refuerza.

Pese a esas circunstancias, Araneda tendrá una segunda vida en ese rol que no aparecía en su hoja de ruta. El pasado miércoles 6 de noviembre en el matinal Mucho gusto de Mega, el periodista fue oficializado como la mitad masculina que se subirá a la Quinta Vergara junto a Karen Doggenweiler, en la edición 2025 del certamen, la primera a cargo de la red privada para el período de licitación que se extenderá hasta 2028.

De hecho, esta entrevista con Culto el conductor la realiza vía teléfono, embarcándose en el aeropuerto de Miami rumbo a Santiago, en la noche previa a su presentación con ovación y algarabía en el matinal de Mega, una muestra probablemente de la agenda sobrecargada que abre su abrazo de vuelta con el espectáculo veraniego.

En Estados Unidos -donde vive desde 2019-, Araneda conduce el espacio Enamorándonos en el canal UniMás, propiedad del gigante Univisión, por lo que para dar el sí al Festival de Viña también debió descifrar cómo compatibilizará tales funciones en la Ciudad Jardín con sus exigentes tiempos en la TV norteamericana. Como fuere, el profesional extenderá una marca no menor: luego de encabezar Viña por ocho años entre 2011 y 2018 durante el lapso de CHV, se ha consolidado como la figura con más tiempo en ese puesto luego del eterno Antonio Vodanovic.

-¿Por qué aceptó volver al Festival de Viña?

El Festival de Viña es una instancia maravillosa para nuestro país. Convoca, es transversal, nos une en torno a una fiesta, es nuestra. Creo que es un privilegio, un honor que te inviten, que te valoren. Lo tomo como un reconocimiento y con mucha humildad. Desde que Mega se asocia con Bizarro y toman el Festival de Viña, primero hablamos de manera informal y después ya fuimos conversando en otro tono. Conversamos muy bien y hace mucho tiempo, y me sentí súper reconocido, entusiasmado, hay un rico equipo, cosas que para mí son fundamentales. Hay un proyecto como Mega, que lo toma por primera vez después de muchos años, y lo toma en unitario. Eso a mí también me despierta el apetito.

“Yo soy un tipo en permanente búsqueda siempre, eso no ha cambiado. Más allá de que pasen los años, me declaro súper inquieto. Me declaro curioso, me gustan los desafíos, me entretengo, lo paso bien, me desarrollo personal y profesionalmente aceptando nuevos retos”.

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Sebastian Cisternas/Aton Chile

-Cuando se lo ofrecieron, ¿aceptó de inmediato o le costó convencerse?

El tema era otro, era cómo poder hacerlo y cómo compatibilizarlo con mis obligaciones aquí en Estados Unidos. Si bien tuve una respuesta súper favorable en Univision, hubo que esperar. Yo estaba renovando contrato con Univision, tuve que terminar ese proceso. La cadena es súper estructurada, todo lo hacen muy by the book, entonces todo tiene que quedar por escrito, se toman su tiempo. En ese sentido, yo lo primero que le dije a la gente de Viña fue “oye, gracias, pero tengo que ver qué dicen mis jefes, yo tengo un contrato vigente”. Esto fue hace mucho tiempo esta conversación.

-¿Cuándo fue?

Yo empecé a conversar con ejecutivos de Mega en julio, informalmente primero y después ya formalmente. Ejecutivos de Bizarro estuvieron acá en Miami en dos oportunidades. Me fue gustando el tono, la forma, el estilo. El que esté la Karen para mí es súper importante también. Encuentro que es una tremenda profesional. Con ella hice un montón de proyectos en TVN. Fue súper importante para yo sentirme tranquilo de poder trabajar incluso a la distancia. Evidentemente, yo no vivo en Chile. Voy a viajar, tenemos algunos viajes programados, tenemos compromisos, hicimos una agenda de trabajo, hay que cumplirle a las marcas, hay que cumplirle al equipo de dirección y producción de que entendamos sus desafíos, su nueva escenografía. Cada equipo necesita de nosotros y había que hacer ese calendario. Eso fue quizás un poquito más lento de lo que a mí me hubiese gustado, pero es parte de la ceremonia.

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-Cuando se lo ofrecieron, ¿tenía la noción de que era el único candidato para estar en la Quinta Vergara? ¿O había también otras opciones?

No, yo siempre supe que era la primera opción de ellos. Por lo menos así me lo manifestaron, pero evidentemente ellos tenían que tener alternativas si por A, B o C motivo no se podía dar. Y siempre lo entendí así. Me hicieron sentir muy cómodo por el deseo, por las ganas, por los tiempos. La misma Karen, de manera obviamente en reserva, me llamaba “ya po, ya po, diles que sí”. Yo le decía: “Pero si no le pudo decir que sí, tengo un contrato vigente. Tengo que conversar con mi jefe, que está en Nueva York, tengo que agarrarlo cuando viene para acá”. Es súper buena onda, o sea, me dijo de inmediato que sí, “genial, dale, te felicito, adelante, pero lo vamos a hacer todo por escrito”. Son empresas grandes que se mueven de maneras en que quizás uno lo haría más simple, pero yo también agradezco esa formalidad, porque también a uno le da mucha tranquilidad.

-¿Qué pactó con Mega? ¿Cuántos festivales va a animar? ¿Hay algún proyecto para que haga algún programa durante 2025?

Tenemos un acuerdo para hacer dos festivales (2025 y 2026) y la posibilidad de poder hacer algo durante el año va a depender de este conocimiento que estamos empezando a tener. Y siempre y cuando se me den mis tiempos, pero yo encantado de hacerlo. Yo tengo un acuerdo por el Festival de Viña y si se da otra alternativa, estoy súper llano a conversarla y a evaluarla, a hacerla, pero tendría que ser en momentos en que yo no esté al aire con Enamorándonos.

-¿Qué otro proyecto le gustaría hacer en Mega? ¿Lo ha conversado ya?

No, eso sería muy adelantado. El deseo de hacer cosas todos lo podemos tener, pero el qué, cuándo, a qué hora, no. Sería muy irresponsable de mi parte y no acostumbro a serlo. Sería un carrilero y no me gustan los chamullos.

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El desafío de volver a la Quinta Vergara

-Usted conoce mucho el escenario de Viña. Entonces, ¿qué desafío representa ahora volver a un lugar que ya probó en su carrera?

Es la fiesta de Chile, es el momento donde todos hacemos nuestro propio festival, donde todos opinamos, nos creemos experto en música. Esas noches decimos que una banda sonó de esta manera, o sonó de otra. Hablamos de vestuario, como si supiéramos. Y eso nos pasa a todos, hablamos de la Competencia y decimos que debería tener otra presentación. También nos paramos a la cocina cuando aparece la Competencia, pero no nos paramos cuando está el artista. Todos reaccionamos igual y eso es Viña, forma parte de nuestra historia en términos de la cultura pop.

“En Chile se le da tan poca importancia a la celebración. Nos faltan tantas fiestas que me encanta que exista Viña. Somos un país que necesitamos muchas más fiestas, mucha más energía, mucho más baile y mucha más música, entonces me gusta Viña por eso, porque creo que le hace bien al país. Hay países que teniendo más problemas que los nuestros, tienen más fiestas, tienen más música, tienen más alegría y la gente creo que lo pasa mejor”.

-¿Extrañaba también ese protagonismo que da Viña, ese retorno a la primera plana absoluta que entrega ser el animador del Festival? Usted ha dicho que existía una distancia con el público chileno.

No desde el ego, pero sí desde el desafío personal y profesional. Sí. Pero no desde el ego, no del salir por salir, sino que el salir por formar parte de un proyecto. A mí me encanta formar parte de proyectos.

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-Este año la animación en Viña se sintió como una suerte de fase de prueba y exploración con Francisco Saavedra. ¿Siente que con usted, por el contrario, quisieron optar por una carta segura, alguien de manejo ya consabido en la Quinta Vergara?

No lo pienso así. Yo creo que aquí están apostando evidentemente por una dupla, yo soy un compañero de la Karen, creo que ella incluso fue anunciada mucho antes que yo, lo que también demuestra una nueva era, en el sentido que ella tiene un rol fundamental. Ella está en el día a día de Chile, está en la cotidianidad, yo no lo estoy, lo estoy desde el entretenimiento a través de la radio (Pudahuel). Por lo tanto, creo que aquí hay una apuesta por una dupla, por un equipo de trabajo. Yo vengo a sumarme a la Karen, a colaborar, a trabajar codo a codo. No lo veo como tú me lo planteas, lo veo como que Bizarro y Mega ven que hay una muy buena sociedad con ella y hasta donde ella me lo ha dicho, también tenía el deseo de trabajar conmigo. Yo tenía un acuerdo secreto con ella y le dije: “cuando cierre con Viña, tú serás la primera en enterarte”. Y fue la primera. Así que a la Marcela le dije: “te puse el gorro”.

-¿Vio la conducción de Francisco Saavedra este año?

Yo jamás me voy a referir a un compañero de trabajo.

-¿Por qué?

No, y menos con respecto a Viña, porque genera otros temas. Yo jamás voy a ser esclavo de mis palabras.

-¿Ni siquiera alguna reflexión al respecto?

No, no viene al caso. Lo respeto, lo valoro, pero cualquier cosa que uno diga, yo voy a estar en el mismo rol, con la misma exposición. Ya lo he estado. Desde el rol a los que hemos estado ahí en el escenario, uno tiene que ser súper coherente al asumir ese rol. A nosotros nos ha tocado estar arriba y no estar opinando del resto, de los pares. Yo lo veo así. Para analistas están ustedes, están otros espacios. Yo asumo un rol, estoy en otra parte y todos podemos entendernos en los roles que tenemos. No he cruzado la vereda del cambio de roles todavía.

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Las deudas y pendientes

-Cuando mira su primer período en Viña, ¿hay algo que le gustaría mejorar? ¿Alguna deuda que haya quedado?

Yo todos los días salí de la Quinta Vergara con pendientes. Son muchos los pendientes que tengo. Soy súper autoexigente. Van desde el primer año. Siempre, todas las noches, en entregas de gaviotas o de obsequios que debería haber sido más certero, en tener más timing para cerrar una situación o para extender otra, en utilizar una palabra un poco más indicada en algún momento, en decir menos y hacer más. Todas las noches yo me quedaba con algo pendiente y me iba medio enojado, pero gracias a Dios se le pasa a uno, porque si no, hubiese estado tan enojado que quizás no hubiese querido volver.

“Yo soy bien autocrítico, entonces creo que también hay que relajarse un poco y eso me lo ha dado la vida afuera, la vida en una televisión distinta donde uno tiene que aprender a gozar también. Aquí el mundo hispanohablante en muchos sentidos es tan parecido, pero también es tan diferente a la cultura nuestra. En términos de la luminosidad, la alegría, las fiestas. Me han enseñado a gozar más el día a día. Entonces tengo que gozar más la fiesta, tengo que gozar más la energía. Entender que uno siempre está dando lo mejor de sí y siempre tiene que ser la mejor versión de uno mismo y no la mejor versión de otros. Yo creo que es una reflexión más personal y de tipo más viejo que le ha tocado vivir más cosas”.

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-¿Vuelve como un animador distinto? ¿Más maduro?

Yo creo que he aprendido a ser más gozador. Antes era más autocrítico, más culposo, más preocupado del que dirán. Entonces, uno de repente por tratar de ser el mejor se pone más tieso, se pone más duro o trata de convencer a audiencias que a veces no son las tuyas. Yo creo que en Chile incluso es un error que cometemos todos. Leer demasiado las redes sociales como para tratar de buscar una aprobación. No, este es tu espacio y gózalo, vívelo, la vida es hoy, no mañana.

“He recibido mucho apoyo en este tema de volver a Viña. Me tiene súper sensible. Soy un agradecido de la tele, de mi familia, de la gente que confía en mí. Ha sido una cosa muy rica. Hoy día ha sido un día pero... uuuf. Se me caen las lágrimas. Pienso que estoy más viejo y que estoy súper sensible. Estoy hecho un llorón. Aquí estoy en la esquina secándome las lágrimas (se le quiebra la voz)”.

-Hay emoción, ¿pero no hay también un poco de temor? A veces las segundas partes son complejas.

Con la Karen al lado no hay temor. Por qué voy a tener temor a pasarlo bien, a una fiesta. Sobre todo como está planteado este Festival. Esto es una fiesta.

-Pero es una fiesta compleja muchas veces. Hay críticas, hay un público que se manifiesta. Hay animadores que no lo han pasado bien.

A eso no le he tenido nunca miedo. Es una energía que no hay que intentar doblarle la mano. Hay que surfearla. Menos en los tiempos que corren, donde evidentemente las audiencias se manifiestan de distintas maneras, a través de los hashtags, a través de muchas cosas, entonces hay que tener claro que uno es parte de esa vorágine y es parte de esa energía y ya fue.

Rafael Araneda y Karen Doggenweiler

“Goza la ola. De repente la ola te va a revolcar y hay que gozar que te revuelque. Gocémoslo. Pero no tengas miedo a que te revuelque, porque es parte del surf, si no, ándate a bañar a un lago. Eso es una buena definición. Yo diría que los momentos difíciles sobre el escenario de la Quinta Vergara son como olas y a ver si la ola la puedes surfear o la puedes saltar, pero no por eso no te va a salpicar. En otros momentos, te arrastra y te da vuelta y salís medio tamboreado, pero después viene otra… listo, no pasa nada. Si no, no nos metamos al agua”.

“Para mí tiene más beneficios que costos, sin lugar a dudas. Si no, hubiese arrugado mucho antes. Hubiese dicho que no hace mucho tiempo, no hubiese seguido por otro año. En el fondo, a los que nos gustan los desafíos, nos gusta Viña. Eso es. A cualquier profesional que ama los desafíos le debería gustar Viña”.

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