Emotivo adiós a Alejandro Sieveking y Bélgica Castro
Abundantes figuras del teatro nacional asistieron este sábado a la despedida final del influyente dramaturgo y la célebre actriz, y rindieron homenaje al amor que cultivaron por seis décadas, a su talento y también a su legado. Hubo testimonios, música y danza, a lo largo de tres horas.
Desde Tomás Vidiella, Héctor Noguera y José Soza, hasta Alejandro Goic, Alfredo Castro y Néstor Cantillana; actores de todas las generaciones despidieron este sábado, en el Teatro Nacional chileno, a Alejandro Sieveking y Bélgica Castro, el dramaturgo y la actriz que se amaron por seis décadas, y que murieron con menos de 24 horas de diferencia, el jueves y el viernes, respectivamente.
Frases como “son más grandes que la literatura” y “convirtieron a Romeo y Julieta en una broma” fueron pronunciadas a lo largo de dos horas de conmovedores testimonios, los cuales fueron articulados con música en vivo; desde una suite de Bach, por un quinteto de cuerdas, hasta canciones del musical Víctor sin Víctor Jara, que fueron coreadas por más de 600 personas.
Los féretros, uno junto al otro, estaban rodeados de flores, retratos y fotos. Era una escena final, dijo Ana Reeves, que Sieveking hubiera encontrado demasiado obvia.
Múltiples fueron los elogios para estos dos creadores que obtuvieron el Premio Nacional de Artes de la Representación con 12 años de diferencia: en 1995 lo recibió Bélgica Castro y en 2017, Alejandro Sieveking. Se habló de su talento y de su legado, de sus obras. Pero también de coherencia y de ideales, de talento y de compañerismo. De cómo dos personas podían ser uno.
Catalina Saavedra destacó que en la relación de estos dos artistas todo se resumía al amor. Por ejemplo, dijo, "al amor a la juventud que, a pesar de los 184 años que sumaban entre los dos, nunca dejaron de practicar”.
También hubo lecturas en voz alta: Nona Fernández y Paulina García se hicieron cargo de un diálogo teatral de Sieveking; y Rosa Rodríguez dio a conocer un capítulo titulado El encuentro de su libro Bélgica y Alejandro. Dos vidas para el teatro, aún inédito, y que ella desarrolló junto a la pareja. En ese texto, Sieveking describe con detalle lo que él llamaba su ”enamorizamiento” de Castro, quien ya era una actriz muy reconocida cuando él la conoció.
“Ellos nunca se vendieron, nunca hicieron publicidad ni televisión basura”, declaró enfática Esperanza Silva, la presidenta de Chileactores, y reiteró que esta entidad cumplirá la promesa que le hicieron a este matrimonio de creadores, y que formarán la Fundación Castro Sieveking, al alero de la Fundación Víctor Jara. “Porque ellos dos nunca se recuperaron del Golpe ni de la muerte de Víctor”, aseguró Silva.
Igualmente hubo homenajes de los pergoleros de Avenida La Paz, quienes en esta ocasión se hicieron presentes en la misma calle Morandé, con varios pies de cueca y una lluvia de pétalos, antes de que el cortejo fúnebre cruzara el centro de Santiago para dirigirse al Cementerio General.
Allí, una vez más se asomó Víctor Jara, quien hasta 1973 fue el más cercano colaborador creativo de Alejandro Sieveking y Bélgica Castro: el último adiós fue una performance coreográfica y musical de la comparsa Los Diablos Rojos, que justamente rinde tributo al cantautor.
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