Vicepresidente de la plataforma digital MUBI: "No estamos contra los multicines, pero el público debe tener más alternativas"

Una pequeña y emotiva película entró el jueves 4 de octubre a la cartelera local. Fue sin honores ni fanfarrias. Era Lucky (2017), el penúltimo largometraje en que participó el actor estadounidense Harry Dean Stanton (París, Texas). Era la historia de un nonagenario algo cascarrabias que vive sus últimos días y pretende llegar al fin con dignidad. Fue un rol hecho a la medida para Stanton y además es uno de los mejores estrenos del año 2018. La película llegó a través de la Red de Salas de Cine y no salió de ese circuito.

Creada en junio del 2017 con el objetivo de dar el cine que no tiene demasiada vitrina en las multisalas (desde el chileno al europeo) y al mismo tiempo crear redes con estudiantes, profesores y cinéfilos, la Red de Salas de Cine agrupa a nueve cines desde Valparaíso a Valdivia, incluyendo el Centro Arte Alameda y la Cineteca Nacional en Santiago. Sus cifras de asistencia no se acercan a las multisalas (son muchas menos pantallas), pero el organismo busca instalarse como una alternativa al cine de los malls. Por lo pronto han restituido en su circuito filmes fuera de las multisalas como Isla de Perros (igual que el Cine Arte Normandie, no afiliado a la Red) y preparan el estreno en diciembre de Verano 1993, película catalana ganadora este año de tres premios Goya.

Hoy se desarrolla su primer seminario con invitados internacionales en la Facultad de Comunicaciones de la UC (Alameda 340) y entre los invitados destaca el español Jon Barrenechea (42), vicepresidente de marketing de la plataforma de cine MUBI (mubi.com) y exdirector de marketing de Picturehouse Cinemas, la cadena independiente más importante de Gran Bretaña. Barrenechea cree en la coexistencia de multisalas y cadenas de cine arte. Aquí explica su filosofía.

¿Qué diferencia a una sala independiente de un multicine?

Nuestra primera diferencia con las grandes cadenas es el contenido. Además, el principal objetivo de los multicines es generar ingresos. En nuestro caso, hay además una misión cultural o social. No estamos en contra de las grandes cadenas, pero queremos que existan alternativas. No sólo se trata de que a nuestras salas vengan a ver cintas raras o ajenas al cine comercial, sino que la experiencia sea distinta.

¿Por ejemplo?

La más clara analogía es la de la comida: alguien puede querer ir a un restorán de comida rápida, pero también hay público para otro tipo de establecimientos, quizás manejados por familias y con otra filosofía, con un cuidado especial en los ingredientes y el servicio.

Una sala independiente debe ser de buena calidad...

No conozco en detalle la realidad de la exhibición de cine independiente en Chile, pero en cualquier parte del mundo hay que invertir en los cines, no descuidar la calidad de proyección o las butacas. En Europa, países como Italia o España a veces no poseen las mejores condiciones. En Gran Bretaña, creo que es al revés, hay cines de este tipo hasta mejores que las multisalas. Hay público para una suerte de mercado de lujo con estos filmes.

¿El streaming terminará con las salas de cine?

No veo oposición entre las plataformas digitales como Netflix o MUBI y las salas. Creo que los cines siempre van a existir. Otra vez utilizo el ejemplo de la comida: siempre han existido las cocinas en casa, pero también está el instinto de salir y de ir a un restaurante. Cuando el mundo pierda esas ganas, quiere decir que la humanidad se habrá acabado. El consumo no se ha movido del cine al streaming, sino que de los discos físicos como los Dvds y Blu-rays al streaming.