Las historias desconocidas de Claudio Bravo, leyenda de la Roja

Las razones por las que Claudio Bravo no regresó a Colo Colo
Claudio Bravo fue bicampeón de América con la selección chilena. Foto: Photosport

El capitán del ciclo más glorioso de la Selección anunció su retiro. Culmina así una carrera brillante, cuyo legado eterno son las dos Copa América que consiguió con Chile. Eso sí, existe una faceta más íntima y recóndita del ahora exarquero.


Lunes 26 de agosto. Faltan dos minutos para las 21 horas, cuando Claudio Bravo utiliza su cuenta en X, que antes había alojado mensajes deportivos, pero también de actualidad. La plataforma también fue testigo de su especialidad personalidad. A través de ella, se enfrentó a sus críticos o refutó publicaciones. Ahora, comunicaba una determinación relevante: a los 41 años, después de una trayectoria brillante, que lo elevó al sitial de mejor arquero chileno de todos los tiempos, dejaba de jugar. Había terminado su vínculo con el Betis y venía de demostrar su vigencia en la Copa América. Hacía rato que meditaba sacarse los guantes, pero el rendimiento en ese torneo, especialmente en el duelo ante Argentina, el campeón del mundo, le hizo dudar. Propuestas desde Estados Unidos y Arabia Saudita alcanzaron a hacerle sentir que seguía siendo valorado a nivel global. Pudo más el deseo de retomar el vínculo con sus afectos. De pasar página. Para jugar en Chile no recibió llamados, dijo.

El capitán de la Roja, que levantó antes que todos los dos únicos trofeos internacionales de la historia de la Selección, deja registros y atajadas recordadas por todos. Como la felina recuperación frente a Mayer Candelo, que le dio a Colo Colo el recordado título de 2006 ante la U o la redefinición de La Mano de Dios, cuando le sacó un cabezazo imposible al Kun Agüero en la final de la Copa América Centenario 2016. El recuento puede ser familiar, aunque acotado. Un recorrido por las historias que pocos conocen del vilucano.

El día que fue una amenaza

En 1994, con 14 años, Bravo tuvo su primer acercamiento con el fútbol en serio. Fue cuando llegó al Monumental a probarse. Sin embargo, la experiencia corrió el riesgo de ser la última en el camino hacia convertirse en profesional. Pasó el primer filtro, por cualidades que luego mantuvo en el tiempo: reflejos, agilidad y un destacable juego con los pies.

No obstante, hubo un factor que estuvo a un paso de truncar la aventura. “El jefe de cadetes me pidió que lo echáramos, porque con esa altura (a los 14 años medía 1,68 metros y pesaba 45 kilos) jamás sería arquero del primer equipo. Pero yo confiaba en sus cualidades y dije ‘si lo echan a él, antes me voy yo’”, contó Julio Rodríguez, su mentor, en 2014, cuando Bravo se alistaba para jugar el Mundial de Brasil y se acercaba a defender el arco del Barcelona. Ya había triunfado en Colo Colo y la Real Sociedad. En los catalanes también resaltó.

El as del volante

La misma seguridad que Bravo demostró para atrapar balones era la que tenía cuando tomaba el volante. Hace poco, por ejemplo, reveló una especial anécdota en una entrevista realizada por Mark González. En la época en que Marcelo Bielsa dirigía a la Roja, el portero se dio un gusto: comprarse un auto a la altura de su estatus. La velocidad era una de sus cualidades. “Me pillan con el radar raja’o. A exceso de velocidad. Tú conoces los tiempos que teníamos: nos daban una tarde libre y uno agarraba el auto para ir a ver a la familia volando. En eso, me pistolea Carabineros. Y nunca pasó absolutamente nada”, le confesó al zurdo. La notificación de la falta le llegó después. “Hasta que llegó una infracción a la casa de mi papá, porque las cosas llegan ahí”, recordó. El tirón de orejas no consideró su figuración pública. Fue de padre a hijo. “Mi viejo me dice ‘ahora me dejas las llaves del auto, porque lo voy a vender. Si no, te vas a matar a esa velocidad. Eso quiere decir que no piensas en tu señora, tus niños ni en nosotros”, explicó. El vehículo cambió de manos. “El auto no lo vendió. Lo regaló. Lo soltó. Ni a la mitad del valor. Nunca me opuse ni dije nada. Solo (dije) ‘bueno, ahí están las llaves’. Esa ha sido la educación de mi casa”, dijo. De cualquier forma, el símbolo de la Roja se las ingeniaba para codearse con la velocidad. Más de alguna vez, por ejemplo, se subió a autos de karting que guiaba con singular destreza. Solía imponerse con largueza en las improvisadas competencias, generalmente ante cercanos.

El carnet de Claudio Bravo como jugador infantil.
El carnet de Claudio Bravo como jugador infantil.

Obsesionado con Agassi

Bravo no es solo fútbol. Sus intereses son diversos, lo que en cierta forma le hace escapar a la media de sus ahora excolegas y, en su etapa activa, le hizo tomar decisiones que privilegiaban la formación cultural de su familia y la propia. Para dedicarse al fútbol, tuvo que congelar estudios de Educación Física. La ‘deuda’ la pagaría años después. En 2018, mientras se recuperaba de la rotura del tendón de Aquiles de la pierna izquierda, que sufrió en su paso por el Manchester City, aprovechó el tiempo para retomar los libros. Cursó, por ejemplo, un máster en coaching deportivo, directivo y sicología. Al margen de los estudios formales, es también un asiduo lector. En esa misma época, por ejemplo, se exhibió en su cuenta en Instagram leyendo Open, las memorias de André Agassi. La inspiración llegó a tal punto que hasta se le pasó por la mente escribir una autobiografía.

Ahora, su permanente interés en prepararse para asumir nuevos desafíos le hace pensar en la posibilidad de ejercer como entrenador, incluso, de la Selección. “Sería magnífico. Un sueño. Esperamos que se dé la oportunidad, que el futuro nos acompañe de buena manera”, explicó esta semana. Dar el salto, implica, según su propio planteamiento, una responsabilidad crucial: “Para eso tiene que haber una preparación grande, porque no es fácil”.

El WhatsApp de Jadue

El retiro del arquero generó reacciones a todo nivel. De hecho, desde el más alto: el Presidente Gabriel Boric no dudó en referirse al acontecimiento ni en testimoniarle su gratitud. “Capitán, emocionan tus palabras y el repaso de tu trayectoria. Estoy (y no me cabe duda que en este caso puedo utilizar el plural, estamos) eternamente agradecidos por la dignidad y orgullo con que representaste nuestra bandera tantos años, en las buenas y en las malas, manteniendo siempre la humildad. Un abrazo Claudio, a ti y a tu familia que siempre te acompañó. Mis profundos respetos”, tuiteó el Mandatario. “Muchas gracias, Presidente, por sus palabras en un momento muy especial de mi vida”, contestó Bravo.

Menos suerte tuvo Sergio Jadue, timonel de la ANFP en la época en que Chile obtuvo la Copa América 2015. Enterado de la noticia, el calerano no dudó en enviarle un mensaje a quien varias veces actuó como interlocutor de las inquietudes del plantel. El exdirigente, radicado en Estados Unidos, aún espera respuesta.

Línea directa con Guardiola

Claudio Bravo y Josep Guardiola coincidieron en el Manchester City. A partir de esa experiencia, ya no solo los unía el paso por el Barcelona, aunque en distintas épocas. Ahora la relación entre pupilo y entrenador daba paso al intercambio de ideas futbolísticas. Fue esa una de las razones por las que extendió su permanencia en los Citizens, pese a que la llegada del brasileño Ederson lo relegaba a una posición menos protagónica en el plantel. De hecho, disputaba los partidos de copa. En esa época, hace ya cuatro años, El Deportivo informó de los primeros acercamientos con el entrenador, que, precisamente en función de la cercanía conceptual respecto de cómo ver el fútbol, le propuso sumarlo a su staff. Bravo estaba feliz, tanto en el club como en Inglaterra. De hecho, en sus recientes entrevistas ha remarcado que en los Ciudadanos existían todas las condiciones imaginables para realizar un trabajo óptimo, diferenciándolos de ese modo con otro gigante que integró: el Barça. Naturalmente, sacó ronchas en España.

Por esos días, terminó firmando en el Betis, donde Manuel Pellegrini le esperaba con la promesa de darle mayor continuidad. Pese a su salida del Etihad, el lazo con Pep y su entorno se mantuvo. Es más, incluso se reactivó hace algunas semanas.

Por aquí pasó Claudio Bravo

El 13 de octubre de 2015, Chile visitó a Perú. Se iniciaba lo que teóricamente, parecía un trámite: el camino hacia el Mundial de Rusia. La Roja tenía un nuevo estatus en el fútbol mundial: el de campeón de América. Esa noche, en Lima, lo hizo sentir. Se impuso por 3-4 en un partido electrizante. Los dobletes de Alexis Sánchez y Eduardo Vargas construyeron una victoria que desde ya parecía vital. Jefferson Farfán (2) y Paolo Guerrero marcaron los goles del local, a los que dirigía Ricardo Gareca.

Los peruanos habían sido, también, los rivales en las semifinales de la Copa América. Al margen de ese antecedente, los partidos entre ambas escuadras suelen ser calientes. Este no fue la excepción. De hecho, Christian Cueva se fue a las duchas antes de tiempo.

Después del duelo, el camarín que ocupó el equipo de Sampaoli terminó pintarrajeado con una singular leyenda. “Respeto. Por aquí pasó el campeón de América”, consignaba el rayado, en un rojo que resaltaba frente al café claro del revestimiento de las paredes. El responsable del mensaje se mantuvo guardado celosamente. Las primeras sospechas apuntaron a Arturo Vidal, el más asiduo a relucir la nueva condición de la Roja. Con el tiempo, sin embargo, se supo que Bravo había sido el autor del ‘recordatorio’. El ahora exgolero nunca desmintió la versión.

Un quiebre ‘real’

El martes, cuando se enteró del anuncio del retiro de Bravo, Arturo Vidal no dudó en dedicarle un sentido mensaje. “CAPITÁN Claudio Bravo. Has demostrado tu valentía con la decisión más difícil para quienes abrazamos esta profesión, los que te conocemos sabemos que serás exitoso en lo que emprendas”, lo ensalzó, inicialmente, el Rey, aunque lo medular del mensaje estaba algunas líneas después. “Tú y yo sabemos que siempre nos podremos mirar a los ojos, la vida y nuestro amado club nos formó con valores que siempre hemos sabido representar… querido Claudio te quiero y te admiro, éxito en esta nueva vida”, le deseó. Aunque no aludió al conflicto, la referencia remite al quiebre que se produjo después del fracaso en el intento por clasificarse al Mundial de Rusia. Esa vez, la esposa del meta acusó graves indisciplinas en el camarín de la Roja. Todas las miradas apuntaron al volante.

La reconciliación se vino a producir en el marco de la Copa América 2021, en Brasil. El abrazo entre ambos fue transmitido por el plantel a través de las redes sociales, aunque los acercamientos se habían producido algo antes.

Igualmente, la Roja sintió las consecuencias de la separación. La Banda Pitillo, en la que Vidal y Bravo coincidían con Gary Medel, Gonzalo Jara, Jorge Valdivia, Jean Beausejour y Mauricio Pinilla se desarticuló y hasta el grupo de WhatsApp pasó a mejor vida. El tiempo curó las heridas.

La notable y decisiva atajada de Bravo al Kun Agüero, en la final de la Copa América Centenario.
La notable y decisiva atajada de Bravo al Kun Agüero, en la final de la Copa América Centenario. Foto: Photosport

Entre Gladiador y Bielsa

El cuerpo técnico de Juan Antonio Pizzi estaba preocupado. El nivel de Claudio Bravo no repuntaba, tampoco su ánimo. Problemas familiares obligaron al arquero a integrarse de los últimos a las prácticas en Estados Unidos. Y en la cancha se le notaba desconcentrado. Confundido. Desmotivado. La Roja sufrió para avanzar a los cuartos de final de la Copa América Centenario, con su histórico capitán en el centro de las críticas.

Había que recuperar mentalmente al portero nacional. Macanudo y sus colaboradores también lo entendieron así. Y tuvieron una idea: prepararle un video motivacional, que hiciera que su cabeza volviera a estar enfocada en la Selección, lejos de las inquietudes personales. El staff del entrenador puso manos a la obra inmediatamente.

Así nació una emotiva pieza audiovisual de cinco minutos, que recopilaba varias de sus grandes atajadas en la Roja. También, su actuación en la final de la Copa América 2015, donde brilló en la definición a penales ante Argentina para darle el primer título a la Roja. De fondo, la conmovedora música de la película Gladiador, compuesta por el músico alemán Hans Zimmer. Y para finalizar, una reflexión de Marcelo Bielsa sobre la importancia del meta en el vestuario de la Selección.

El final de la historia fue feliz. De hecho, no pudo ser mejor. Chile se coronó campeón en una nueva definición ante la Albiceleste de Messi. Tras ese video, Claudio Bravo no concedió ningún gol más y fue elegido el mejor arquero del certamen.

Una marca distinta

El 4 de julio de 2015 es una fecha inolvidable para el fútbol chileno. Ese día, la Roja derrotó a Argentina en la definición por lanzamientos penales. Ni bien Alexis Sánchez le picó la pelota a Sergio Romero, en el broche de oro para una campaña inolvidable, en el Estadio Nacional y en el país se desató un carnaval. La Roja cumplió con una celebración a la altura. Después de que Bravo alzó la Copa América, dio la vuelta olímpica en un recinto ñuñoíno lleno de hinchas enloquecidos y, en alguna medida, shockeados por una situación históricamente desconocida.

El festejo adquirió, minutos después, carácter oficial. El plantel se dirigió hasta La Moneda para ofrecerle el trofeo a la Presidenta Michelle Bachelet, quien durante la campaña había estado en el recinto deportivo alentando al equipo. La Mandataria compartió la tribuna oficial con Sergio Jadue. En Palacio actuó como anfitriona. Los jugadores llegaron ataviados con su ropa oficial, de la marca Puma, que entonces vestía al combinado. La excepción fue Bravo: el golero utilizó ropa de Adidas, su patrocinador de entonces. En un momento de natural euforia, pocos lo advirtieron. Y, por cierto, nadie se atrevió a cuestionárselo.

El anuncio que nadie creyó

El lunes, Claudio Bravo anunció públicamente que dejaba el fútbol. La reacción generalizada no tardó en producirse. A su círculo más cercano se lo había comunicado mucho antes. De hecho, la sospecha estaba instalada hace meses. Sin embargo, como en la Copa América el guardameta había mostrado total vigencia y hasta recibió propuestas para seguir, la duda volvió a instalarse. Cuando le comunicó a su familia la decisión, el histórico capitán de la Roja chocó con la incredulidad. “En un principio no me creían. Mis hijos estaban un poco sorprendidos también por la decisión”, explicó a Mega, respecto de cómo habían recibido la noticia su esposa y sus hijos.

La incredulidad familiar fue generalizada. “Lo comenté también donde mis padres y hubo silencio de parte de ellos, no creyendo la decisión. Y yo lo tenía ya recontra estudiado. Ya llevaba tiempo analizando la situación”, profundizó en la misma entrevista.

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