La mezcla explosiva de rock y reggaetón que propone “Todo se me pasa”, el nuevo videoclip del cuarteto noventero, sostiene una letra que pareció anticipar la molesta subyacente al estallido social. Por eso, es que el video se rodó en Ventanas, una de las “zonas de sacrificio” símbolo de los problemas ambientales achacados al modelo económico cuestionado por los movimientos sociales. Culto estuvo presente en el rodaje del clip que se lanza tras varios meses y esta crónica detalla lo que ocurrió, además de sabrosas anécdotas sobre clips noventeros, el impacto en el grupo de las protestas que sacudieron a Chile, y el cómo se gestó el sonido particular del single.