El 11 de septiembre -una fecha que por sí sola representa un quiebre- dejó tras de sí un reguero de divisiones e incomodidades que azuzaron un clima de crispación que parece no cejar desde 2019. Ahondó el distanciamiento entre La Moneda y la oposición, y tensionó tanto al oficialismo como a Chile Vamos, aunque logró dejar en un segundo plano el caso de los líos de platas que llevaba casi tres meses golpeando al gobierno.
“Si usted es de los que piensa que la “amenaza” de perder la democracia, aun siendo menos probable, es muchísimo más grave que quedarse en la pobreza o vivir en un país dominado por la delincuencia, no se enoje conmigo”.
Ayer por la noche, en una sesión extraordinaria del consejo nacional del partido, los dirigentes reflexionaron sobre la conmemoración que se desarrolló esta semana. Varios de ellos quedaron decepcionados. "Un tema pendiente en que hemos fallado históricamente, que es mostrar culturalmente las cosas que hicimos", lamentó Eugenio Ortega Frei.
Tras ver cómo los militares llevaban detenidos a varios de los pobladores, un grupo de vecinas decidió recomponer los lazos comunitarios. Muchas veces se reunían en la casa de Marta Araya, quien recuerda -en conversación con Paula- a la Parroquia San Gabriel como un núcleo articulador de los vínculos entre las personas y de resistencia contra el autoritarismo.
"La actitud oficial de la Democracia Cristiana fue complaciente con el Golpe y en los primeros meses siguientes", dijo el presidente falangista el lunes pasado. Si bien hubo pocas figuras del partido que salieron a fustigar en público la declaración, internamente el ambiente quedó tensionado. Las otras críticas vinieron especialmente de exmilitantes.
Durante años la familia del expresidente mantuvo en una caja de madera los zapatos utilizados por Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, a la espera de un momento adecuado para exhibirlos. El calzado -una de las escasas pertenencias personales que se conservan del exjefefe de Estado- permanecerá a la vista del público en Morandé 80 hasta el próximo 30 de septiembre.
Según explicó el ministro de Justicia, Luis Cordero, se corregirá el cálculo de la calificación socioeconómica en el Registro Social de Hogares para las personas que fueron víctimas de tortura y prisión política durante el régimen militar.
“No hemos firmado ninguna declaración conjunta”, indicaron, explicando que el texto que leyó el presidente de la Cámara Alta, Juan Antonio Coloma (UDI), fue una reflexión a nombre de la mesa “que contó con la autorización de los comités”.
El presidente de la Cámara Alta, Juan Antonio Coloma, fue el encargado de leer este martes un discurso que fue conversado con todas las fuerzas políticas. “Nunca podemos tratarnos como enemigos, nunca la violencia es alternativa a la solución racional de los desacuerdos, nunca la dignidad del ser humano puede subordinarse a ningún objetivo político”, decía parte del escrito.
El subjefe de la Bancada, Johannes Kaiser, señaló que, a su juicio, “hay consenso amplio de que se requiere de este tipo de acciones, por lo visto, para que el gobierno tenga presente cuáles son sus deberes constitucionales".
“Ninguna diferencia puede llevarnos a perder el respeto esencial que nos debemos como parte de un mismo país. Nunca podemos tratarnos como enemigos, nunca la violencia es alternativa a la solución nacional de los desacuerdos. Nunca la dignidad del ser humano puede subordinarse a ningún objetivo político”, señala el texto con adhesión de todas las bancadas.
El extimonel falangista señaló que "una cosa es la autocrítica, que siempre es necesaria", "pero otra muy distinta es hacerlo simplificando la realidad, tergiversando los hechos". En la víspera, el presidente de la Democracia Cristiana había realizado un mea culpa histórico abordando una “actitud oficial complaciente” del partido frente al Golpe.
El momento clave de la sesión de esta tarde será la intervención del presidente del Senado. El contenido de su discurso será resultado de un proceso de conversaciones que involucró a todas las fuerzas políticas. Los senadores del PS y del PPD le habían pedido recoger cuatro principios: valorar la democracia, respetar los DD.HH., condenar la violencia política y apoyar las gestiones para terminar con el silencio en casos de detenidos desaparecidos.
Invitada a las conmemoraciones por el 50 aniversario del golpe de Estado, la ministra de Turismo de Canadá narró a La Tercera su experiencia como hija y nieta de exiliados durante la dictadura, pero también cómo eso permeó en su vida política, que la llevó, entre otras cosas, a formar parte del gabinete del primer ministro Justin Trudeau.
