A la caza del voto: las zonas y nichos que definirán la segunda vuelta entre Boric y Kast

Gabriel Boric y José Antonio Kast

Para Gabriel Boric, el mayor desafío estará en llevar a nuevos votantes a las urnas, en especial en Valparaíso y la RM. Para José Antonio Kast, la clave estará en las diferencias y cuánto margen pueda sacar en zonas como el sur del país y el distrito 11. Y para ambos, un punto crucial será capturar al votante de Franco Parisi, con especial fuerza en ciudades relevantes de regiones. Así parte la calculadora electoral a tres semanas del balotaje.


1. La necesidad de Boric: movilizar al votante joven de sectores populares de la RM y Valparaíso

No siempre la aritmética electoral es exacta, pero la cifra resume bien el desafío al que se enfrenta la campaña de Gabriel Boric. En la elección del pasado domingo participaron 454.288 personas menos que en el plebiscito de octubre de 2020 que respaldó el proceso para crear una nueva Constitución. Y en las regiones de Valparaíso y Metropolitana, hubo 459.885 sufragios menos comparando ambos comicios.

Es el bolsón de votos más apetecido, sobre todo porque su identificación en general es clara: jóvenes -en muchos casos menores de 30 años-, de sectores urbanos populares, votantes del Apruebo y que probablemente han tenido como única participación electoral en su vida la de hace poco más de un año atrás, sin haber vuelto necesariamente a ninguna de las siguientes elecciones que se han realizado.

Según un análisis hecho por la plataforma electoral Decide Chile, de la empresa de big data Unholster, los menores de 30 años habrían bajado su participación cerca de 11 puntos respecto del plebiscito en estas dos regiones, cifra que -en todo caso- había marcado un récord en cuanto a movilización de ese bloque.

“Boric estuvo más fuerte que Kast en las zonas populares, pero no de una manera radical. Si estira la ventaja en la RM y Valparaíso, y mantiene la diferencia en otras regiones, tiene la elección en el bolsillo”, dice Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca.

Pero si sus características son claras, el cómo lograr que ellos se involucren es una pregunta totalmente abierta. A nivel de mapa, se pueden ubicar dos bolsones predominantes de comunas: uno en el sector norponiente y otro en la parte sur del Gran Santiago, zonas en que Boric fue la primera mayoría, pero en que necesita una mayor cantidad de votos. Y los dos grandes “premios” son Puente Alto y Maipú. En el primer municipio, votaron 39.840 personas menos que en el plebiscito; en el segundo, 34.684, casi nueve puntos menos, y con la característica de que allí gobierna Apruebo Dignidad con el alcalde Tomás Vodanovic (RD).

Por el norte de la capital, las comunas de Pudahuel, Cerro Navia, Quilicura, Renca, Conchalí y Lo Prado tuvieron entre 10 mil y 20 mil votantes menos que en el plebiscito. En el sur de la capital, lo mismo ocurre con San Bernardo, La Florida, Peñalolén, La Pintana, El Bosque, Lo Espejo, La Granja y San Ramón. La mayoría de estas comunas están gobernadas por alcaldes de izquierda o centroizquierda, en varios casos con bastante autonomía de sus colectividades -como Claudio Castro en Renca y Claudia Pizarro en La Pintana-, pero en el listado también hay comunas en poder del conglomerado de Boric, como Quilicura y Lo Espejo.

Esta última está encabezada por el Partido Comunista, al igual que Santiago y Recoleta. En ambas comunas hubo una baja de casi 14 mil votantes, pero esto proporcionalmente fue más sensible en la comuna que encabeza Daniel Jadue. Hay un dato adicional: allí, Boric sacó en primera vuelta 21.859 votos, cinco mil menos que la suma de Apruebo Dignidad en el plebiscito de julio (27.350).

“A Boric le fue bien hasta el segmento medio, medio-bajo, pero ya en los bajos y metropolitanos les fue pésimo. Lo que debiera insistir es a asegurar la RM yendo a buscar a ese votante de clase media y media-baja joven, frustrado con que el estallido social no ha dado respuestas y probablemente no salió a votar ahora, pero que sí lo hizo en el plebiscito”, apunta Cristián Valdivieso, director y fundador de Criteria.

En Valparaíso, en tanto, casi la mitad de los 51 mil votantes que hay de diferencia entre el plebiscito de 2020 y la primera vuelta se ubican en las dos principales comunas. Ahí ambos alcaldes apoyan a Boric, pero con diferencias: mientras en Viña del Mar Macarena Ripamonti (RD) es parte de la coalición, en Valparaíso Jorge Sharp hizo un llamado a apoyar al candidato en la recta final, pese a sus públicas diferencias y a la ruptura política que ambos tuvieron tras iniciar el camino juntos en los mismos movimientos.

2. Las capitales regionales, el corazón del “voto Parisi”

Se sabe que Franco Parisi logró tener un desempeño sorprendente en el norte del país, pero hay una estadística que pone aún más en perspectiva su rendimiento electoral. 16 de las 20 comunas donde tuvo mayor cantidad de votos son de regiones, con 11 de ellas siendo capitales regionales.

Porque Parisi no sólo ganó en Antofagasta (29,63%) y Copiapó (24,28%), sino que obtuvo rendimientos superiores a su votación promedio en ciudades como Arica (28,33%), Coquimbo (20,78%), Rancagua (17,08%), Talca (14,65%), Talcahuano (20,86%), Coronel (24,78%), Los Ángeles (16,73%), Osorno (14,71%) y Puerto Montt (16,49%). El patrón es similar en al menos una veintena de municipios, con rendimientos que oscilan entre los 10 mil y los 20 mil sufragios por comuna, y que en conjunto representan alrededor de un tercio de los casi 900 mil votos del candidato.

¿Por qué este grupo es tan significativo? Porque representa uno de los mayores desafíos para ambos comandos, en especial para el de Gabriel Boric: aunque tienen un perfil urbano y se les puede llegar mediante campañas masivas o instancias como la franja electoral y los debates, sus preocupaciones son diversas y con un fuerte énfasis local.

“Es falaz que el votante de Parisi sea de derecha o que sea de izquierda: es de Parisi”, apunta Cristián Valdivieso. “En términos de su perfil, es un votante más en línea con el estallido social y las críticas a la elite, en lo que se acerca a Boric; pero en términos de personalidad de su líder, se parece más a Kast. Entonces, ambos tienen que trabajar. Ahí hay un votante fundamental”.

Para Mauricio Morales, en este proceso serán muy relevantes temas específicos como la migración en el norte del país o el enfoque de seguridad en el eje desde Biobío hasta Los Lagos.

Considerando este factor, para ambos candidatos el rol que puedan jugar los parlamentarios o liderazgos regionales en las zonas donde Parisi tuvo más apoyos -como la RN Paulina Núñez en Antofagasta en el caso de Kast, o el recién electo senador PS Gastón Saavedra en el Biobío para Boric- se puede convertir en un elemento relevante para tratar de llegar a ese electorado esquivo en primera vuelta y al que habrá que convencer para que, primero, vaya a las urnas en el balotaje, y luego elija a una de las dos opciones que se presentan.

3. La zona sur y el desafío para Kast: sacar una amplia ventaja

Hay ocasiones en que la mejor estrategia puede no ser ir a pelear una zona en que la disputa sea muy estrecha, sino que tratar de ampliar la distancia en lugares que se saben favorables, siempre y cuando éstos rindan a los candidatos.

El ejemplo más patente es Sebastián Piñera en 2017. Buena parte de la clave de su amplio triunfo en el balotaje contra Alejandro Guillier (54,58% versus 45,42%) fueron los 392.147 votos que le sacó de diferencia en las votaciones en la zona entre O’Higgins y Los Lagos, lo que se tradujo en una ventaja de más de 15 puntos porcentuales. Como referencia, fue el 61% de la diferencia total de sufragios que sacó en el país (640.729).

En la primera vuelta, José Antonio Kast fue el candidato más votado en 171 de las 191 comunas que componen estas regiones. Boric fue primera mayoría en otras 16, y Yasna Provoste en cuatro. Pero necesita movilizar una fuerte cantidad de votantes para replicar la performance de Piñera. En simple, no sólo tiene que ganar, sino que hacerlo por el mayor margen que pueda. “En el sur es donde Kast debiera compensar su debilidad en la Metropolitana, porque esta región por sí sola acumula el 40% de los electores”, marca Mauricio Morales.

El domingo pasado, él consiguió 813.262 sufragios. Si se les suma completa la votación de Sebastián Sichel, se alcanza los 1.098.824 votos. Añadiendo, además, completo el apoyo de Franco Parisi en la misma zona, algo que se ve más complicado, la cifra sube a 1.458.412. En diciembre del 2017, el actual mandatario cosechó 1.481.611, es decir, más que la suma de los tres en la primera vuelta.

Pero hay un detalle adicional. Haciendo un zoom a la participación, hay tres de esas regiones en que, comparativamente, votaron en la última elección 107.112 personas menos que en la definición de 2017: Maule, Ñuble y Biobío. Además, de acuerdo al análisis de participación hecho por Decide Chile, los mayores de 50 años en esta zona aún están entre 13 y 14 puntos por debajo del porcentaje en que fueron a votar en 2017. La brecha, de acuerdo a los análisis, probablemente corresponde a votantes mayores de esas zonas que aún no han acudido a sufragar durante los comicios realizados en la pandemia, y que casi con seguridad respaldaron a Piñera en el balotaje.

Considerando esos factores, para Kast una clave será replicar esa movilización de 2017. Para apoyarse, además, requerirá también de figuras como los senadores recién electos: el UDI Gustavo Sanhueza en Ñuble, y Sebastián Keitel (Evópoli) y Enrique Van Rysselberghe (UDI) en el Biobío.

4. La diferencia en el distrito 11, otro punto clave de la elección

No hubo un distrito que incidiera más en el resultado de la elección de 2017 que el 11, el que integran las comunas de Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, La Reina y Peñalolén. En especial las primeras tres comunas, que componían el antiguo distrito 23: la votación de Sebastián Piñera alcanzó un sorprendente 83,98%, lo que se tradujo en 185.524 sufragios de ventaja contra Alejandro Guillier, prácticamente el 30% de la distancia que sacó en todo el país.

El nivel de participación está intacto. Todas las comunas tuvieron el domingo pasado una mayor cantidad de votantes que en el balotaje de 2017: 277.488 personas hace cuatro años, 287.990 ahora. Y acá, para José Antonio Kast aparece un nombre por sobre los demás con particular importancia: el de Sebastián Sichel.

Las tres comunas fueron, en porcentaje y votos, el lugar del país donde le fue mejor al abanderado de Chile Podemos Más. En ninguna bajó del 30 por ciento, y si se suman sus votos con los del abanderado republicano, la suma da 228.291: es decir, apenas mil votos menos que lo que cosechó Sebastián Piñera en la segunda vuelta hace cuatro años (229.272). Por ello, el gesto que Sichel haga o no haga respecto del hoy postulante respaldado por toda la derecha podría tener un grado de incidencia en acercar la meta a esa cifra.

Al igual que con las regiones del sur del país, acá la pregunta no es si Kast gana o no, sino que por cuánto margen. Y, en el caso de Gabriel Boric, la pregunta es hasta dónde puede atraer votación de Sichel o nuevos sufragios que puedan ayudarle a mantener la brecha lo menos amplia posible en tres municipios que, entre otras cosas, se contaron en el grupo de cinco de todo el país que apoyaron la opción Rechazo en el plebiscito de 2020, siendo los otros Colchane y la Antártica.

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