Black Power: Rumbo al Congreso de EE.UU.

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A 100 años de la Enmienda 19, que permitió el voto femenino, y a tres meses de unas elecciones cruciales, un récord de candidatas multirraciales busca asegurar un escaño en medio de las masivas protestas impulsadas por el movimiento Black Lives Matter.


A 100 años desde la ratificación de la Enmienda 19, que permitió el voto de las mujeres y lanzó “un siglo de empoderamiento femenino” en la política estadounidense, este hito justo coincide con una de las elecciones más cruciales del último tiempo, que tiene un récord de candidatas afroamericanas y/o multirraciales, que intentan llegar al Congreso. Esto, cuando el impacto por la muerte del George Floyd y el impulso del movimiento Black Lives Matter aún resuena en el país.

A menos de 100 días para los comicios, en los que el Presidente Donald Trump busca la reelección, las protestas contra la violencia racial, las controversias por dichos sexistas y el escaso porcentaje de postulantes mujeres por el Partido Republicano podrían ayudar al candidato demócrata, Joe Biden, a acceder a la Casa Blanca.

Según el Centro de Mujeres y Política de EE.UU. (CAWP), desde 1917 a la fecha, 359 mujeres han ocupado un escaño. De ellas, solo 78 han sido de una minoría racial, incluyendo 43 afroamericanas, 11 asiáticas o isleñas del Pacífico, 18 latinas, tres de Medio Oriente o África del Norte, dos nativas americanas y una multirracial.

En 2018, los comicios de medio mandato evidenciaron un recambio en la política tradicional con la elección de 102 mujeres para la Cámara de Representantes, que le permitió a los demócratas retomar la mayoría, con rostros outsider en las grandes ligas de Washington, como Alexandria Ocasio-Cortez, la representante de Nueva York de 29 años que es la más joven en llegar al Legislativo.

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La legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez.

Actualmente hay 127 mujeres en el Congreso, que representan solo un 23,7% de los 535 miembros totales. Sin embargo, los votantes agitados por las movilizaciones desatadas tras el caso de George Floyd, muerto a manos de la policía de Minneapolis -junto con los efectos de la pandemia-, podrían optar por nuevos representantes el próximo 3 de noviembre, especialmente porque de las 122 mujeres de diversas razas que postularon a cargos y tras la temporada de primarias, cerca de 60 mujeres afroamericanas siguen en carrera.

Nuevas caras políticas

Entre las aspirantes al Congreso de EE.UU. este año aparece la senadora estatal de Arkansas, Joyce Elliot, de 69 años, que de ser electa “sería la primera mujer negra de esa entidad en llegar a la sede legislativa de la historia”. También surge Nikema Williams, de 41 años, activista racial y favorita para ganar el puesto del fallecido congresista John Lewis por Georgia, junto con Keeda Haynes, de 42 años, que de ser electa en noviembre sería la primera congresista afroamericana por Tennessee.

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La exalcalde de Atlanta, Shirley Franklin, a la izquierda, habla con la senadora estatal Nikema Williams en el funeral del difunto representante John Lewis, el 30 de julio de 2020.

A pesar del aumento de la representación alcanzado en los últimos comicios, el Center of Women and Politics and Higher Heights for America sostiene que las mujeres negras representan casi el 8% de la población nacional, pero su presencia es solo del 4,3% en el Congreso.

“El entusiasmo de los votantes negros será clave en la elección, porque han sido increíblemente leales a los demócratas, siendo las mujeres afroamericanas el grupo demográfico más solido del partido y, sin embargo, no es raro que no apoyen a candidatas de color. Aunque simbólicamente la inclusión de más mujeres en el Congreso es importante, la duda es si el entorno político les permitirá alcanzar su potencial”, señala Candis Smith, experta en política racial y étnica de la U. de Pennsylvania. Y agrega: “Las personas votan por hombres blancos, porque históricamente ellos tienen la ventaja en recursos para lanzar campañas exitosas. Sin embargo, investigaciones muestran que cuando las mujeres son candidatas tienden a ganar porque a menudo están más calificadas que sus homólogos masculinos”.

Los expertos sostienen que las multitudinarias manifestaciones a nivel nacional contra la violencia policial impulsarían a las personas a acudir a las urnas, especialmente a los jóvenes y minorías, cambiando incluso la mayoría estatal. También podría influir el manejo de la pandemia y la delicada situación económica.

De acuerdo al CAWP, Vermont nunca ha elegido a una mujer para la Cámara ni el Senado y las mujeres afroamericana tienen representación en 44 estados, exceptuando a Hawai, Montana, Nebraska, Dakota del Sur y Dakota del Norte. Y de las 100 ciudades más grandes del país, en 10 hay mujeres afroamericanas como alcaldesas, como Lori Lightfoot de Chicago, Keisha Lance Bottoms en Atlanta y Muriel Bowser, en Washington DC.

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Manifestantes sostienen carteles durante una protesta de Black Lives Matter en el Palacio de Justicia de los Estados Unidos, el 27 de julio en Portland, Oregon.

“Si bien 2018 resultó un año electoral para las mujeres negras y especialmente para las latinas, el volumen y diversidad de los candidatos en 2020 ya superó las referencias establecidas hace dos años atrás. Es interesante que durante este ciclo electoral, la preponderancia de candidaturas de mujeres afroamericanas u otras minorías se presente en estados y distritos donde los votantes no blancos son al menos un tercio del electorado o distrito, que es donde las candidatas históricamente tienen la mayor oportunidad y éxito de ser elegidas”, explica Anna Sampaio, directora de Estudios Étnicos y Ciencias Políticas de la U. Santa Clara.

Brecha racial en partidos

A pesar de tener el número de mujeres en el Congreso más alto de la historia, las cifras no se condicen con la proporción femenina en la población (51%) y alrededor del 53% de los votantes activos. Más aún, las mujeres electas revelan la brecha que existe entre los principales partidos.

De las 26 senadoras en el cargo, 17 son demócratas y 9 republicanas, y de las 101 legisladoras de la Cámara de Representantes, hay 88 demócratas y 13 republicanas.

Un artículo publicado por The Washington Post en 2016 señaló que mientras EE.UU. se estaba volviendo menos blanco, el Partido Republicano se transformaba en el menos diverso desde 1992.

Esto se suma a las mujeres republicanas en la Cámara, el número más bajo desde inicios de los 90 y aunque en los últimos cuatro años se han duplicado las senadoras, este año podrían perder por completo.

Un informe del Pew Research Center sostiene que mientras los republicanos tienen ventaja en los hombres blancos, sin título universitario, del sur y religiosos, los demócratas tienen mayor ventaja en mujeres multirraciales, del noreste y sin afiliación religiosa.

Al analizar los datos del electorado de 2016, solo un 4% de las mujeres afroamericanas y un 25% de las latinas apoyaron a Trump frente al 52% otorgado por mujeres blancas. Sin embargo, las críticas por la escasa participación femenina y multicultural entre los republicanos reflotó las diversas polémicas sexistas y misóginas de Trump, luego del episodio de la semana pasada, en que el congresista de Florida, Ted Yoho le dijo “puta perra” a la congresista Ocasio-Cortez ante la presencia de la prensa, lo que llevó a la demócrata a emitir un discurso de nueve minutos en que denunció que “este tema no se trata de un incidente. Es cultural, porque de alguna forma todas hemos tenido que lidiar con algo así en algún punto de nuestras vidas”.

De acuerdo a CNN, para Trump y los republicanos ya suman demasiados errores autoinfligidos por lo que nadie se sorprenderán si las mujeres se levantan en noviembre para dar una victoria a los demócratas.

“La administración de Trump está tan desacreditada que muchos estados “rojos” están abiertos a los demócratas, incluido Michigan, Wisconsin, Florida e incluso Texas. Esto coincide con el cambio de población en estos estados, aunque la mayoría de los candidatos republicanos son hombres blancos y más demócratas mujeres y personas de color, estos cambios probables podrían traer a un gobierno más “parecido a EE.UU.”: más joven, oscuro y femenino”, dijo Alison Brysk, de la Universidad de California Santa Barbara.

Justamente en un intento por sellar un “pacto” con el electorado descontento, es que Joe Biden postularía a una mujer y presumiblemente afroamericana como su compañera de fórmula. El nombre se daría a conocer en los próximos días, previo a la Convención Demócrata.

Algunos de los nombres que más ha tomado fuerza son la senadora de California y exprecandidata presidencial, Kamala Harris; Susan Rice, exembajadora de la ONU en el mandato de Obama; y Condoleezza Rice, la primera mujer afroamericana en ocupar el puesto de asesora de Seguridad Nacional y secretaria de Estado durante el periodo del republicano George W. Bush.

“Biden trató de ganar terreno entre las mujeres votantes y progresistas cuando su campaña se enfrentó a candidaturas de alto perfil, como Elizabeth Warren y Bernie Sanders. También es el reconocimiento por parte del partido que no pueden seguir nominando a hombres blancos a los altos cargos. En otras palabras, si los demócratas iban a desafiar con éxito a los republicanos tenían que incorporar la diversidad en su ticket presidencial”, concluye la experta Sampaio.

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