Entrevista a José Manuel Vidal: “Francisco no es de los Papas que renuncia”

Pope Francis celebrates Christmas Eve Mass in St. Peter's Basilica at the Vatican

Para el vaticanista español, director de Religión Digital, el principal portal web en español de información sobre la Iglesia Católica, sólo se podría pensar en una dimisión del pontífice en caso de un ictus invalidante o incapacidad mental. Según él, la actual crisis es más compleja, pero sostiene que “de esta va a salir” y prevé que en un futuro cónclave los cardenales elegirán a alguien que “continúe su obra”.


“El colegio cardenalicio está dominado por los hombres de Francisco y de ese grupo saldrá el futuro Papa”, sentenciaba hace algunos días en una entrevista con Radio Televisión Española el vaticanista José Manuel Vidal. Viejo conocedor de la política vaticana, Vidal dirige Religión Digital, el principal sitio web de información sobre la Iglesia Católica en español. Pero no sólo eso. Ha escrito para el diario El Mundo de España y es autor de una serie de libros sobre el tema, entre los que destaca Benedicto XVI, el Papa enigma y el más reciente, junto a Jesús Bastante, Francisco, el nuevo Juan XXIII. Todo ello lo ha llevado a seguir de cerca el actual pontificado.

Desde que el 14 de febrero pasado, el Papa Francisco fue internado en la clínica Gemelli producto de una bronquitis, Vidal ha cubierto de cerca la evolución del pontífice y los partes diarios que entrega la sala de prensa vaticana y que han ido mostrando el empeoramiento del estado de salud de Jorge Mario Bergoglio. La neumonía en ambos pulmones, los problemas para respirar y la insuficiencia renal sufrida en estos días, ha alimentado las especulaciones sobre el fin próximo del actual pontificado. Algo que, sin embargo, Vidal descarta.

José Manuel Vidal, vaticanista español
José Manuel Vida junto al Papa Francisco.

¿Cómo ve la situación de salud del Papa, cree que esta vez el panorama es más complejo que en los episodios anteriores que enfrentó?

Está claro que esta vez el panorama de la salud del Papa es mucho más complejo. Ingresó muy tarde, tiene 88 años y es muy mal enfermo, como él mismo suele decir. Le ha costado más remontar y, sobre todo, más tiempo. Pero los últimos signos apuntan a que de ésta va a salir, porque su corazón está fuerte, Dios le ayuda, la oración del mundo le impulsa y él sabe que le quedan ‘muchas cosas por hacer’.

¿No cree entonces que existe la posibilidad de que el Papa decida renunciar?

A no ser que padezca un ictus invalidante o una incapacidad mental, creo que Francisco no es de los Papas que se baja de la cruz. No le gusta, de entrada, renunciar a la misión que Dios le encomendó. Lo que quiere es gastarse y consumirse en ella y responder a la eventual llamada de Dios con sus grandes botas puestas.

El Papa está por cumplir 12 años en el pontificado, pese a que él pensaba en un inicio que su pontificado sería breve. ¿Cuál es la evaluación que hace de estos años, cumplió con las expectativas que despertó en un primer momento? ¿Cree que era lo que esperaban los cardenales que lo eligieron?

Es un pontificado largo y primaveral, que se está haciendo corto, porque está significando una revolución en la Iglesia. En el fondo y en las formas: cambió las estructuras y hasta cambió el estilo de ser Papa. Habrá un antes y un después de Francisco, porque embocó a la Iglesia en un proceso sinodal (más que democrático), que tiene que dar sus frutos, y en un proceso de vuelta de la Iglesia a las raíces, a las esencias, al Evangelio de Jesús sine glosa. Es decir, a la alegría, a la misericordia y al ‘todos, todos, todos’. Creo que Francisco está superando con creces las expectativas de los cardenales (especialmente de los más rígidos) e, incluso, de la gente, que ya empezaba a buscar sentido a sus vidas fuera de la Iglesia.

¿Cuáles son los temas centrales que definen a este pontificado y cuáles los que han generado más tensiones internas?

Los más centrales los pobres, los migrantes, la justicia, la paz, la misericordia, la ecología y la denuncia del capitalismo salvaje, que deja tirados en las cunetas de la historia a los más desfavorecidos. Los de mayor tensión interna han sido precisamente los más intraeclesiales y autorreferenciales: diaconisas, acceso de la mujer al altar, viri probati, comunión a los divorciados o bendición de las personas LGTBI+.

Se ha dicho que el viaje a Chile fue el peor de su pontificado y marcó un antes y un después, ¿lo ve así, cree que fue un viaje decisivo para Francisco?

Es evidente que el viaje a Chile consiguió que Francisco se cayese del caballo en lo referente a los abusos y, desde entonces, acuñase la política de la tolerancia cero y contra el sistema del encubrimiento. Su caída del caballo chilena le hizo colocar a las víctimas en el centro y dedicar toda su energía a su reparación integral. El problema es que no todos los episcopados le siguen en este camino y algunos siguen pensando más en la imagen de la Iglesia que en los abusados.

Mucho se ha hablado de las tensiones que ha generado con sectores conservadores, ¿cómo cree que está hoy la Iglesia Católica, más dividida que cuando llegó Francisco?

Los cambios y las reformas siempre producen tensiones, sobre todo entre la casta dirigente de la jerarquía católica y en la minoría de fieles más ideologizada. El Papa Francisco está poniendo pie en pared contra el clericalismo. No quiere clérigos funcionarios de lo sagrado. Y algunos clérigos (desde cardenales a obispos, pasando por curas y frailes) no quieren prescindir de sus privilegios y dejar de ser los ‘elegidos’, para pasar a ser servidores de la comunidad. No creo que la Iglesia Católica esté más dividida que cuando llegó Francisco. Lo que pasa es que, ahora, los de la fachosfera eclesiástica (clérigos y laicos), que son pocos, pero muy ruidosos y con mucho dinero, amenazan constantemente con un cisma y con romper la Iglesia.

“Es evidente que el viaje a Chile consiguió que Francisco se cayese del caballo en lo referente a los abusos y, desde entonces, acuñase la política de la tolerancia cero y contra el sistema del encubrimiento”.

José Manuel Vidal

El Papa ha nombrado a la gran mayoría de los cardenales que participarán en un futuro cónclave, ¿cómo puede influir eso en la elección de su sucesor, hay más opciones de que siga la línea de Francisco o no?

Es evidente que la primavera de Francisco le va a sobrevivir. El 80% de los cardenales electores son criaturas de Francisco. Es lógico pensar que quieran elegir un sucesor que continue su obra. Lo mismo que hizo Pablo VI con el Vaticano II, la gran obra de Juan XXIII. La gran obra de Francisco es el Sínodo de la sinodalidad y su sucesor lo llevará a término y lo concretará en las asignaturas pendientes de Francisco: el acceso de la mujer al altar, la moral sexual, el celibato opcional, los viri probati…

¿Cuál cree que serán las fuerzas que se enfrentarán en un futuro cónclave y qué cardenales aparecen como los que mejor representan a esos sectores?

A mi juicio, tres sectores o tres ‘partidos’. En términos políticos (para entendernos): progresistas, moderados y conservadores. Los progresistas o francisquitas tienen todas las de ganar, con la única dificultad que, al proceder sus miembros de tan diferentes lugares, se conocen poco entre ellos. En el precónclave tendrán que decidir por quién apostar. Entre los papables progresistas: el cardenal filipino Tagle, el francés Aveline, el italiano Zuppi, el maltés Grech, el estadounidense MacElroy o, incluso, el español Artime. Si éstos dividen demasiado su voto, podrían tener algunas posibilidades (aunque escasas) los candidatos moderados, como el mexicano Aguiar o el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, jefe del partido diplomático. En cambio, los conservadores y sus cardenales que fungieron como enemigos de Francisco (el alemán Gerhard Müller, el guineano Robert Sarah y el estadounidense Raymond Burke) apenas cosecharán votos.

¿Podemos hablar de un favorito para suceder a Francisco?

El que entra Papa en el cónclave sale cardenal. A mi juicio, cuatro favoritos: el italiano Zuppi, el estadounidense McElroy y el francés Aveline y el español Artime. Todos eminentemente pastoralistas, enamorados de la sinodalidad, preocupados por los emigrantes y convencidos de la primavera de Francisco. McElroy podría ser la némesis de Trump y de su ‘era dorada’.

¿Cree que los cambios impulsados por Francisco en cuanto al estilo de la Iglesia y su rechazo al clericalismo se mantendrá en un futuro pontificado o podría venir una suerte de pontificado restaurador?

Los cambios de ciclo en la Iglesia tienen lugar al menos después de dos pontificados. Tras el Concilio de Juan XXIII y de Pablo VI, vino la involución de Juan Pablo II y Benedicto XVI. La primavera de Francisco seguirá al menos en el próximo pontificado. La Iglesia Católica sabe que sólo podrá dar sentido a las vidas de la gente joven (su futuro) permaneciendo en el camino de la humildad, la sencillez, la cercanía y la misericordia. Y cambiando la moral sexual. Servicio y humildad frente a poder y privilegios de unos pocos.

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