Escapa del ruido: siete conversaciones para bajar decibeles
Escapa del ruido es una nueva campaña de Radio Duna que incluye un especial interactivo. Personas destacadas en diferentes campos cuentan cómo abordan el ruido y, también, como escapan de él. Aquí, una pequeña muestra de esas conversaciones que van desde el escritor Pablo Simonetti a la psicoanalista Constanza Michelson, al actual premio nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, Ricardo Baeza-Yates.
Los siguientes estratos de entrevistas son parte del especial interactivo preparado en conjunto por periodistas de Radio Duna y La Tercera llamado Escapa del ruido. Este es un pequeño adelanto que pueden revisar en profundidad en el sitio interactivo escapadelruido.cl
Constanza Michelson, psicoanalista y escritora: ansiedad y runrún mental
Problema: “Le decimos rumiación al ruido mental, a esas cosas que están repetitivas en la cabeza, pero no logramos digerirlas. El camino que hacemos nosotros, los psicoanalistas, es lograr digerir esos pensamientos o transformar la rumiación en un pensamiento. Porque pensar es otra cosa que rumiar”.
Solución: “La definición de salud mental que a mí más me gusta es la del psicoanalista Jean Allouch. Él dice que la salud mental es pasar a otra cosa, y pasar a otra cosa es dejar el ruido. Esa ruta pasa por implicarnos en lo que nos pasa, es por tener conciencia”.
Visión: “Yo creo que hay momentos en la vida donde necesitamos silencio y buscamos escaparnos del ruido y lograr estados más contemplativos. Y hay otros momentos donde necesitamos el ruido, a veces como una compañía que esté ahí. Dicen que no se nace con la capacidad de estar a solas, es una capacidad que se hace en la vida y es un trabajo de artesano”.
Pablo Simonetti, escritor: palabras estridentes, palabras silenciosas
Problema: “En Santiago sufro del ruido de la calle, pero sufro sobre todo del ruido mental, existencial. El teléfono es el peor ruido que se ha inventado últimamente y es muy adictivo. Yo tengo una personalidad adictiva”.
Solución: “La lectura me acompaña cuando escribo, porque, para mí, es una forma de silencio. Estoy escuchando, pero sin intervención externa; hay una conversación cercana con el libro. Escribo durante todo el día y, cuando llega la noche, me siento a leer. Eso me da mucho placer y también mucha inspiración”.
Visión: “Sería incapaz de escribir en un café. La curiosidad por las personas me distrae: cómo entra alguien, cómo se para, cómo trata al garzón. Es distractor, pero el ruido humano es una fuente de observación esencial para nuestro trabajo”.
Ricardo Baeza-Yates, premio nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas: política y redes sociales
Problema: “La tecnología nos desconecta y nos hace sentir que todo es binario. Las redes sociales amplifican el ruido, desviando la atención de lo importante y haciendo que eventos menores se vuelvan relevantes. Ya no existe la verdad digital, porque la manipulación de la información ha distorsionado nuestra percepción de la realidad”.
Solución: “Lo que debemos hacer es desconectar nuestras creencias de nuestras emociones y reconocer que algunas pueden ser falsas. Necesitamos ser activos, intervenir y buscar consenso. Tal vez la solución esté en volver a reuniones en persona y mantener lo humano, disfrutando lo que nos da alegría sin depender tanto de la tecnología”.
Visión: “Las personas más fáciles de manipular son aquellas que creen que no pueden ser manipuladas. Es esencial mantenernos conscientes de esta posibilidad y estar abiertos a cuestionar nuestras propias creencias”.
Juan Pablo Abalo, compositor: ruido, pero blanco
Problema: “Hay música para todo, pero siento que hay una monotonía sonora ahí (en la música urbana) y que tú la puedes escuchar en el medioambiente. Hay una calle y está una radio prendida y tú la reconoces, porque casi lo único que se escucha es el ritmo”.
Solución: “Uno tiene una memoria musical, pero también una memoria acústica, así que mi relación con ese ruido blanco y con la televisión que queda encendida es una memoria acústica. O con ciertos sonidos que son los que más me gustan, como por ejemplo cuando tú das vuelta una bicicleta y echas a andar la rueda, ese sonido a mí nunca se me va a olvidar”.
Visión: “El ruido incluso es como un barniz hoy día que le hace bien a la música, de alguna manera como que la actualiza. Es el soundscape de la vida de todos los que hemos vivido en la ciudad, nos hemos criado con el ruido desde que tengo el recuerdo inolvidable de quedarme dormido viendo tele y el ruido blanco de la tele ahí sonando”.
Romy Hecht, arquitecta: paisaje saturado
Problema: “Tres cosas constituyen ruido. Una es la densidad del conjunto, porque usualmente el ruido visual está asociado a algo estético, de si me gusta o no me gusta cómo se ve. En segundo lugar, uno podría hablar también del sistema de iluminación, aquello que podemos distinguir como una distracción. Y, en tercer lugar, los ruidos saturados, porque una de las características de la urbanidad es la sonoridad, pero hay algunos que no son pertinentes”.
Solución: “En la ciudad tenemos que coexistir y el paisaje te ayuda muchísimo a entender esto, a pensar qué significa esa coexistencia. Si tú tienes un parque en el cual puedes tener un lugar donde estar tranquilo y al mismo tiempo un lugar donde hacer ruido, un picnic, un cumpleaños familiar, etcétera, es un buen parque. Pero si una cosa determina que la otra no pueda ocurrir, estamos mal. La armonía tiene que ver con la posibilidad de encontrar la calibración adecuada para esos dos extremos”.
Visión: “Estoy convencida de que los espacios abiertos que nos recuerdan a la naturaleza son una buena escapatoria y siempre han sido diseñados bajo esa perspectiva. Por eso existen y son tan valorados. Y por eso en la pandemia se necesitaban y se añoraban tanto. Creo que hay toda una discusión de que se extrañaban los árboles, las sombras, el verdor, pero sinceramente yo creo que era la posibilidad de estar en un lugar abierto cerca de casa, pero con uno mismo. O bien, como decía hace un rato, encontrándome con otros de una manera segura”.
Hugo Lobos, jefe sección ruidos Ministerio del Medio Ambiente: guardián del ruido
Problema: “El ruido es un contaminante, así lo define nuestra legislación ambiental. Hace unos 20 años que viene estudiándose el tema y los efectos dependen de la intensidad y el tiempo en el cual tú estés expuesto. Se han identificado efectos fisiológicos relativos a enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y deterioro cognitivo en niños”.
Solución: “La gente cada vez más reconoce este contaminante como algo que debe ser abordado, porque les afecta directamente, y eso se nota en las denuncias. También nosotros hemos impulsado campañas de difusión para hacer conciencia sobre el ruido, y hemos realizado charlas a niños en edad preescolar y nos hemos dado cuenta de que es una línea de acción a fortalecer. Enseñarles nos permite que cuando ellos desarrollen su vida personal y profesional lo hagan con la idea de que el ruido es un contaminante y que le puede afectar a otro”.
Visión: “El cambio de tecnología en los buses de locomoción colectiva es algo que agradezco. Ese bus que pasaba a las cinco y media de la mañana y era muy ruidoso, ya no está. Entonces la calidad del sueño ha mejorado. Y el tránsito vehicular ha bajado bastante pospandemia, se estima que en un 20%. Las noches son más silenciosas, lo hemos evidenciado a través de los datos que vamos monitoreando”.
María Elena Pulido, terapeuta: mindfulness
Problema: “Uno quiere ir siempre más rápido y es súper loco, porque yo lo veo con pacientes, o con alumnos de mindfulness, y lo veo en mí también. Hay veces que ni siquiera estás atrasado, no tienes que ir a ningún lado, pero siempre tiene que ser todo rápido. El problema está cuando uno deja de sentirse y hay algo en uno que empieza a gritar, que muchas veces es el cuerpom, y viene una enfermedad, viene una reacción sintomática, los dolores de guata y el insomnio. Todos los males modernos tienen mucho que ver con esta mente que no se escucha a sí misma”.
Solución: “Las primeras veces que practiqué mindfulness tuve un contraste precioso de venir de un punto acelerado y tener la sensación de parar, de poder sentir la mente, de escucharla, de ver todo el poder que tiene. Es súper simple, pero no es fácil. Es poner más atención, es volver a uno. Son prácticas que no te piden nada difícil, no es como cuando uno hace una dieta, por ejemplo, que cuesta y uno a veces lo pasa mal. Cuando uno se permite bajar, ese poder escucharse, se hace un regalo muy bonito, porque cuando uno se siente escuchado al final se convierte en una muestra de amor”.
Visión: “El disfrute no tiene que ver tanto con lo que está pasando afuera, sino que con mi disposición a lo que está pasando, a lo que estoy sintiendo. Y eso es difícil de entender, porque uno siempre cree que lo que importa es el paisaje con la mejor compañía, con la mejor comida, con todo, pero si yo me fui con una preocupación y no la suelto, no disfruto nada. Cuando me preguntaste qué me ayuda a mí, yo creo que también la naturaleza, el contacto con la naturaleza, pero cuando mi disposición interna no está para conectarme, me es complejo”.
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