Fabiola Yáñez: La historia de una relación marcada por la violencia de un presidente argentino
La vida de la ahora exprimera dama de Argentina dio un giro terrible en algún día de 2022. Fue cerca de esa fecha cuando su pareja, el entonces presidente Alberto Fernández, la golpeó. Sin embargo, su relación se inició lejos del dramático caso de posible violencia de género que hoy protagoniza el dirigente peronista.
Las imágenes impactaron a Argentina. Se trataba de dos fotografías publicadas por Infobae en las que se veía el rostro de Fabiola Yáñez, exprimera dama del país vecino, con un evidente hematoma en uno de sus ojos. A este se sumaba otro en su brazo derecho. El acusado por la propia mujer de estas agresiones no era otro que Alberto Fernández, su entonces pareja, pero, más importante, el Presidente de la nación para la fecha del registro.
El remezón político, pero también social, se hizo sentir en medios de comunicación locales, mientras el caso se convierte en materia de investigación judicial. Se trata nada más y nada menos que del máximo representante de la política de un país, golpeando a su pareja. Todo descubierto por el azar o, más bien, sin que se buscara encontrar.
La serie de revelaciones comenzó cuando, en medio de la investigación por el “caso seguros”, un chat fue revisado por autoridades judiciales. Fue el equipo del juez Julián Ercolini, un reducido grupo de personas, el que dio con las fotos y mensajes entre Fabiola Yáñez y María Cantero. Esta última era la secretaria de Alberto Fernández y esposa de Héctor Martínez Sosa, bróker en el ojo del huracán por la fortuna que logró gracias a contratos directos con el Estado, cortesía de un decreto firmado por el entonces mandatario.
Encontrarse con el contenido del chat no estaba en los planes de los persecutores. Por eso, en el máximo de los secretismos, contactaron con Yáñez -quien reside en España junto a su hijo de dos años- para preguntarle si le gustaría interponer una demanda. Lo rechazó. Luego, llegaría un reportaje de Clarín que narró lo que había en las conversaciones entre la exprimera dama y la antigua secretaria de Fernández, y todo estalló por los aires. La mujer de 43 años decidió acudir -telemáticamente- a los tribunales durante este martes y presentó su denuncia.
Pero la relación de Yáñez y Fernández no siempre fue así. Al contrario, la pareja -que se lleva por 22 años de distancia- no escatimó en muestras de amor una vez confirmado el romance, la mayoría de las veces demostrada de forma pública mediante las redes sociales de ella.
“De Alberto me gusta que es un hombre muy simple y sensible”, dijo alguna vez la periodista. La frase cambió el martes a: “No aguanto más, quiero hacer la denuncia”.
Una relación reciente
Antes de que Alberto Fernández y Fabiola Yáñez dieran a conocer al mundo su relación amorosa, lo que ocurrió recién en 2016, ella venía del mundo de las comunicaciones y el teatro, pero se hizo realmente famosa con el anuncio de que sería Fernández el designado por Cristina Kirchner para competir en las elecciones presidenciales de 2019.
Ya llegaremos a ese punto. El 14 de julio de 1981 nacía en Río Negro Fabiola Andrea Yáñez, mas creció a orillas del Paraná, entre la ciudad santafesina de San Lorenzo, vecina de Rosario, y Posadas, Misiones, donde su familia se trasladó cuando era pequeña.
Su primera carrera fue Derecho, pero desistió al poco tiempo. Lo que verdaderamente le gustaba era el periodismo y la actuación. De hecho, tenía solo 17 años cuando hizo su primera aparición televisiva, relató Infobae.
Formalmente, su carrera se inició en 2002, cuando participó durante dos años en un programa para niños en Rosario llamado Junior TV, donde se desempeñó como co-conductora.
Más tarde se mudaría a Buenos Aires, donde estudió Periodismo en la Universidad de Palermo, institución privada de la capital transandina. Mujer estudiosa, de 7 y 8 en su época de educación superior, utilizaba un look muy diferente del actual, relató el periódico La Nación. Lejos de los cabellos rubios, los peinados de peluquería y las fotografías con impecable iluminación del presente, se le podía ver con colores más oscuros en el pelo, y en las salas de clase pasaba más bien inadvertida.
Fue en esa época en la que conoció a Alberto Fernández. Trabajando en relaciones institucionales de la universidad, prosiguió el citado medio, fue “deslumbrada” por una presentación del político en el campus. Ya había dado un paso al costado como jefe de gabinete de Cristina Kirchner.
La relación crecería en intensidad cuando, en la investigación para su tesis final, entrevistó al abogado y profesor universitario en 2013. Obtuvo un 10 en aquella evaluación y, más relevante para esta historia, intercambiaron teléfonos. Los dos quedaron en contacto, y en medio del ir y venir de mensajes menos académicos, él la invitó a tomar un café.
En 2014, meses después de conocerse, aseguró Infobae, se inició la relación formal pese a los 22 años que los separaban. Pero no fue hasta 2016 que Yáñez hizo público el romance mediante una publicación en su cuenta de Instagram. Sus palabras resuenan hasta hoy como una promesa de compromiso nunca cumplida.
“Engagé dans París, inmansement hereux”, escribió en francés la periodista, mientras dos copas de vino blanco y un anillo de oro en su dedo anular copaban el cuadro. Ambos habían viajado a Francia, y Yáñez, en la traducción al español, anunciaba: “Comprometida en París, inmensamente feliz”. Nunca hubo matrimonio. Ni siquiera fecha para el evento.
Su otro perfil es el de actriz, donde se desempeñó en numerosas obras de teatro en la capital porteña. Un dato interesante con miras al presente. En 2018 fue una de las actrices que denunciaron mediáticamente al actor Fabián Gianola por acoso sexual. En la fecha aseguró que la hizo sentir “situaciones incómodas” durante su estancia como parte del elenco de la comedia Entretelones, en el teatro Broadway.
“Ocurría en los ensayos. Algún compañero lo ha visto o intuido. Una se da cuenta cuando alguien traspasa la línea del compañero o amigo. Igual, desde el principio pude poner un freno”, dijo al programa Intrusos.
La lenta caída
Incluso antes de las acusaciones por violencia doméstica, el consenso entre opositores al gobierno de Javier Milei, como de libertarios oficialistas, era que el gobierno de Fernández había sido malo. Con la explosiva revelación de las fotografías, incluso Cristina Kirchner, vicepresidenta y número dos de la anterior administración, además de la persona que apuntó a Fernández como el candidato del kirchnerismo, salió a enterrar el legado presidencial del abogado.
“Alberto Fernández no fue un buen presidente (...) Pero las imágenes que vimos ayer por la noche transmitidas por los medios de comunicación en virtual cadena nacional, en lo que constituye una verdadera revictimización de la denunciante, SON OTRA COSA”, escribió el viernes en X la también expresidenta de Argentina. “La misoginia, el machismo y la hipocresía, pilares en los que se asienta la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos”, agregó.
Ese lento decaer de la figura de Fernández coincidió con el derrumbe de la relación entre el mandatario y Yáñez. Aunque, como siempre ocurre, no fue de la noche a la mañana. Es más, cuando la propia Cristina Kirchner le avisó a Alberto que sería su sucesor de cara a las presidenciales de 2019 -donde se impondría en primera vuelta ante el entonces mandatario, Mauricio Macri-, Fabiola fue la primera en enterarse.
“Salí de lo Cristina y la llamé a Fabiola. Se lo dije a ella porque, si bien hace tiempo está involucrada en cuestiones sociales, estar en política es un cambio muy grande. Le dije: ‘Te pido que te prepares, porque toda la vida va a cambiar para vos, tenemos que estar entrenados para no confundirnos’”, reveló el propio Alberto Fernández tiempo atrás.
Antes de llegar a la Casa Rosada, la pareja convivió durante tres años, y en la campaña de 2019 fue ella quien cuidó, alimentó y bañó a Dylan, el perro collie de su pareja, según indicó en su perfil de Instagram. Fue también en esa época cuando aumentó exponencialmente su cantidad de actos de corte social.
La Tercera consultó a dos politólogos locales sobre el rol de la primera dama en Argentina a modo general, pero también puntualmente sobre Yáñez, y la coincidencia es total: en el país vecino, no es un papel importante ni políticamente hablando ni tampoco lo fue Fabiola en términos de impacto social. La dramática situación que denuncia Yáñez pesa más por ser un sórdido caso de violencia de género y, principalmente, porque se trata de la máxima autoridad del país realizando el acto.
Julio Burdman, analista político argentino, señaló que “Argentina, al igual que la mayor parte de los países de América Latina, fueron jubilando este rol. Te diría que en todo el período de los últimos 40 años no hubo ninguna primera dama real en Argentina. Por lo tanto, la figura de la primera dama es un tema nada relevante en Argentina como figura política”.
Sin embargo, “la discusión tiene que ver con la integridad de la figura presidencial, porque lo que tiene shockeada a la opinión pública argentina es que el Presidente Alberto Fernández fuera tan desprolijo con su vida personal. Toda la idea de ejemplaridad que tiene que transmitir el funcionario público, en este caso, está totalmente puesta en cuestión”.
María Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina, apuntó a que “el rol de Fabiola en la presidencia de Alberto fue nulo. No tuvo ningún rol destacado, no fue importante en ningún momento”, también añadió que la figura de Fernández “no hace más que terminar de hundirla, pero ya estaba muy desprestigiada”.
Lo cierto es que de su vida en pareja poco se sabe, pues casi nunca hablaron de la relación. Y, nada más llegar a la casa de gobierno, las cosas se empezarían a desmoronar.
El hito más importante ocurrió el 14 de julio de 2020, cuando Argentina se encontraba duramente recluida por las medidas adoptadas por Alberto Fernández para intentar frenar la propagación del Covid-19. Sin embargo, cerca de las 20.00 de ese día, un grupo de cercanos llegó, permiso de circulación falso en mano, a la Casa Rosada. Iban a una fiesta clandestina organizada en el palacio de gobierno para celebrar el cumpleaños de Fabiola Yáñez.
El escándalo explotó un año después, cuando se supo del evento. La explicación de Alberto Fernández fue la grieta que quebró a la pareja: “Mi querida Fabiola convocó a un brindis que no debió haberse hecho”, dijo en la fecha. Culpó a su novia por el hecho que le salpicó políticamente.
La llegada al mundo en 2022 de su hijo llamado Francisco, en honor al Papa de origen transandino, no sirvió para reunificarlos. “Estuvo prácticamente secuestrada en la casa de huéspedes de la Quinta de Olivos junto con su pequeño hijo”, reveló la periodista Sandra Borghi, íntima de Yáñez. 2023 fue el peor año de la relación, añadió.
De hecho, nada más terminó el mandato peronista, ambos partieron a Madrid, donde habían dicho se radicarían con Fernández como profesor universitario. Pero aquello no ocurrió. Rápidamente, el expresidente regresó a Argentina, y desde ese día viven cada uno en su departamento, él, en la completa soledad de estos días grises por la dura acusación de su expareja, y ella, con su hijo, en el “destierro”, como ella le llamó, de vivir en la capital española.
“Me siento mal físicamente”, se lee en un mensaje enviado por Yáñez a Fernández mediante WhatsApp. Le habla explícitamente de la violencia física que sufrió. “Esto no funciona así, todo el tiempo me golpeás”, prosigue. “Es insólito”. Fue un lapso de dos minutos de mensajes y fotos con moretones, supuestamente producto de golpes del expresidente.
Ayer, en entrevista con Infobae desde Madrid, Yáñez reveló detalles de su vida junto a Fernández, entre ellas las infidelidades que sufrió. “Muchas mujeres me mandaban cosas al teléfono”, relató. “Él decía que era una broma. Primero lo negaba, después lo asumía, pero tampoco lo dejaba de hacer”, agregó.
“Yo he cuidado a este hombre de tantas cosas. Esos videos que aparecieron el otro día son poca cosa al lado de lo que hizo”, comentó.
En medio de la publicación de los mensajes, trascendió que la exprimera dama planea publicar un documental con su historia. Y un nuevo problema acechará a Alberto Fernández.
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