Juan Sutil: “Es muy importante que el Partido Republicano entienda que no son dueños de la verdad”
El ex presidente de la CPC está en un rol activo para lograr un acuerdo político que permita aprobar el nuevo texto constitucional. Dice que José Antonio Kast y su partido deben ceder y entender que no tienen la rueda de la fortuna en sus manos. Aquí Sutil explica lo que, a su juicio, está en juego.
El empresario Juan Sutil tiene candidata. Su carta para las próximas elecciones presidenciales es Evelyn Matthei. A su juicio, ella es la persona que mejor puede encarar los desafíos futuros.
El expresidente de la CPC, que es apuntado como un empresario con fuerte impronta política, jugó un rol activo en promover el Rechazo en el primer proceso constitucional. Hoy también se declara preocupado.
Su inquietud no es una reflexión desapegada o mirada a la distancia, sino que lo hace desde un rol activo para presionar un acuerdo que incluya a todas las fuerzas políticas, incluido el Partido Republicano. ¿Por qué? ¿Cuál es su temor más de fondo? Él dice que aquí está en juego la estabilidad del país.
Usted se la jugó por el Rechazo. ¿Ahora también está jugando un rol?
Efectivamente, en el proceso anterior estuve extremadamente activo. Debo haber sido una de las personas que más se reunieron con los convencionales. Siempre lo hice buscando lograr un entendimiento…
Pero también promoviendo el Rechazo.
Sí, y para ser bien honesto, ahí sufrí las humillaciones y los vejámenes más fuertes que he vivido en mi vida. Había una intransigencia permanente...
¿Pero por qué los llama vejámenes?
Viví ese proceso con mucha angustia. Veía que esas posiciones tan extremas no solo no permitían ningún acuerdo, sino que podían llevar al país al despeñadero. Lo vimos con las declaraciones de Stingo, de Baradit ,cuando decían que ellos eran los que mandaban. Eso me llevó a concluir que ese proceso había fracasado. No había entendimiento posible. Y eso llevó a que mucha gente se organizara para rechazar...
¿Y también ayudó a financiar el Rechazo?
Lo que yo hice fue colaborar como cualquier ciudadano y siempre dentro del marco de la ley y de la ética. Yo nunca he dejado de financiar algunas campañas políticas de terceros dentro del marco de la ley.
¿De todos los sectores políticos?
Más que todos los sectores políticos, de aquellas personas que yo considero que tienen mucho valor, aunque sean de la otra vereda...
Mínimos comunes
¿Se está repitiendo la historia en este segundo proceso constitucional? Muchos advierten la misma intransigencia.
Así como te decía lo duro y lo humillado que me sentí con la Convención Constitucional, sobre todo por cómo la izquierda pasaba máquina, este proceso también me tiene muy preocupado. Hay un buen anteproyecto redactado por los expertos. Requiere algunas modificaciones, pero no cambios radicales. Tenemos que buscar los mínimos comunes que permitan que la mayoría de los chilenos apoyen la nueva Constitución.
Se ve difícil…
Sí, pero no tanto. Ya hay modificaciones que interpretan a la ciudadanía, como la protección de sus ahorros previsionales; que en los bienes públicos haya igualdad en el sector del Estado como en el privado; que las personas podamos elegir dónde educar a nuestros hijos…
Pero hay temas que requieren acuerdo con la centroizquierda también…
Una de las cosas básicas para la centroizquierda es que Chile sea un país democrático, que consagre los derechos sociales. Pero también los bordes dicen que eso está supeditado al Presupuesto de la nación. Yo no veo ninguna razón para que eso no pueda ser compatible con la subsidiariedad que el Estado tiene que entregar. Y así hay muchas otras materias en las que se puede concordar.
¿Dónde ve la intransigencia? Porque es el Partido Republicano el que tiene la llave de la conversación.
Por ejemplo, la ley de aborto en tres causales -que tú puedes compartir o no- responde a una realidad social muy dura y compleja. Entonces, independiente de las convicciones religiosas que cualquiera de nosotros pueda tener, es un tema que ya está zanjado en el país. ¿Para qué nos metemos en ese problema? Necesitamos una Constitución que nos una y nos dé estabilidad.
¿Por qué no se está logrando?
Lo que está ocurriendo aquí es que se está imponiendo una mayoría circunstancial. Yo lo he conversado con mucha gente del ambiente empresarial. También con muchos políticos de diferentes partidos. No se están logrando ciertos consensos que sí logró el texto de los expertos. Y para llegar a acuerdo, hay cosas que son importantes de reforzar, pero también hay otras que es mejor obviar porque no representan a la totalidad de todos los chilenos. Es cosa de mirar las encuestas y de preguntarles a las personas.
La estabilidad
Muchos sostienen, encuestas en mano, que este proceso ya fracasó…
Todavía pienso que no. Evelyn Matthei hizo una advertencia importante. Ahora nosotros tenemos que tratar de lograr que aquellos nudos que complican el proceso se puedan despejar equilibradamente y permitan que a futuro funcione el juego democrático.
¿Podría salir una Constitución partisana?
Bueno, qué duda cabe que hay algunas enmiendas presentadas que representan solamente el sentido del Partido Republicano. En la Convención anterior solo pesaban las posturas extremas del Frente Amplio o del Partido Comunista. Y cuando te quedas en los extremos, pierdes la estabilidad. Pero eso no va a contribuir a la paz social, no va a contribuir a poner a Chile en marcha. Y si no cerramos este proceso constitucional, vamos a seguir en una inestabilidad total.
¿Eso es lo que más le preocupa al mundo empresarial si el tema constitucional queda abierto?
Por supuesto. La preocupación de los empresarios es la estabilidad del país. Por ejemplo: si soy empresario agrícola e invierto en una plantación de mandarinas, tengo que saber que van a dar en 5 años más y que voy a recuperar la plata en 10 años más. Si tengo inestabilidad política, si vuelvo a vivir un proceso constitucional como el que nos tocó vivir y que fracasó, y luego nos vamos a otro extremo, ¿tengo certezas para invertir? Entonces, si tú quieres tener estabilidad económica, tienes que tener estabilidad política.
¿Eso es lo que está de fondo?
Claro. Y como la rueda de la fortuna no la tiene el Partido Republicano, todo el mundo político chileno tiene que agrandar el corazón y llegar a acuerdos que den estabilidad a largo plazo, pero que además sean razonables con el sentir de la mayoría de los chilenos. ¿Y qué vemos? Que si los republicanos no ceden, crece el riesgo de que la gente lo rechace, y eso no es bueno para Chile.
¿Las propuestas de republicanos podrían no dar estabilidad?
No, pero que algunas generan puntos de conflicto que representan a minorías. Son normas que yo llamo los flecos de un proceso constitucional y que tienen el problema de que pueden incomodar a muchas personas. Esas son las que hay que, a mi juicio, transar. Pero para eso hay que tener altura de miras, para eso hay que tener sentido de país.
¿Los republicanos lo tienen?
Yo creo que ellos tienen un sentido de país muy parcial, y cuando uno aspira a ser Presidente de Chile tiene que pensar en gobernar para todos los chilenos.
La rueda de la fortuna
¿Por qué republicanos tendría que aceptar ajustes o cambios? Ellos dicen que por algo lograron la mayoría en una elección democrática…
Es que ellos tienen que pensar que las mayorías son circunstanciales. Los republicanos no tienen clavada la rueda de la fortuna ni de la popularidad. Tanto es así que hoy día están bajando en las encuestas, y bastante... Ellos tienen que tener una mirada pensando en el bien común del país.
¿Y si ellos consideran que sus propuestas son las que aportan al bien común?
Es que veo algunas contradicciones. No pagar contribuciones puede ser una medida popular, pero no es seria. No puedes ponerlo en rango constitucional. Al final, eso termina siendo como una difusión comunicacional para que la galería quede feliz y puedas cosechar votos adicionales, pero no corresponde que eso esté en la Constitución. Entonces, ¿para qué ir por ahí? Una Constitución tiene que ser perdurable en el tiempo, hagámosla seriamente y sin medidas que puedan ser “populares”.
¿Cuál es la contradicción que ve?
Que por una parte tienes esa propuesta que es muy popular, pero por otro propones una medida que puede afectar la Ley de Aborto por 3 causales y que te resta votos. Solo quiero recordar que en la segunda vuelta electoral, una de las cosas que afectaron la candidatura de José Antonio Kast fue cuando dijo que iba a eliminar el Ministerio de la Mujer. ¿Y qué está haciendo hoy? Les resta a las mujeres su capacidad de tomar decisiones. Insisto: no corresponde poner en rango constitucional temáticas que corresponde a una política pública.
Al igual que Evelyn Matthei, ¿también cree que Kast está haciendo un programa de gobierno más que una propuesta constitucional?
Yo creo que él y su partido están poniendo todas sus aspiraciones y convicciones, pero para poder avanzar tienes que llegar a acuerdos. Así pasa tanto en la vida como en los negocios. Si yo te quiero vender algo en 100 y la verdad es que vale 80, tú no me lo vas a comprar. Pero quizás sí me lo compres en 83.
Hay que ceder…
En el fondo, tienes que hacer de bisagra y ceder. La verdad, yo estoy superpreocupado. Por eso estoy ayudando activamente para que efectivamente se logre un acuerdo. En este momento hay mucha gente que está buscando que este proceso le dé estabilidad al país. Tenemos un buen punto de partida, que es el anteproyecto de los expertos.
¿Qué lo hace pensar que la ciudadanía va a votar a favor solo porque hay un gran acuerdo? Las encuestas muestran un rechazo bastante instalado…
Sí, pero cuando tú les haces doble clic a las encuestas, te das cuenta de que la gente quiere estabilidad, acuerdos, vivir en tranquilidad. La gente se está dando cuenta de que estamos en una crisis económica y que necesitamos poner a Chile en marcha. En el fondo, tenemos que volver a la sensatez.
“Todos ganamos”
Cuando dice que está trabajando “activamente” en el proceso, ¿qué quiere decir?
Que cuando uno está en la vida pública -y yo he tenido mucha voz desde el punto de vista empresarial-, eso te va generando redes, amistades. Yo converso con todo el mundo. Por eso me siento en la obligación de ayudar y estoy convencido de que hay que hacer todos los esfuerzos para aprobar este texto. Si tenemos una buena Constitución, ganamos todos.
¿Sí?
Sí. Gana el Partido Republicano, porque al flexibilizarse demuestra que tiene altura de miras y capacidad de postergación de sus aspiraciones. También puede ganar el gobierno.
¿Qué gana el gobierno?
Al gobierno le interesa la estabilidad del país. El mismo Presidente Boric dijo que él estaba por colaborar para sacar adelante este texto. Y decir eso es echarse encima a los sectores duros. Daniel Jadue, Hugo Gutiérrez y un montón de comunistas ya dijeron que esta cuestión era como Satanás. Entonces, que el Presidente diga que hay que hacer un esfuerzo por llegar a acuerdos, es muy importante. Uno no puede ser tozudo y decir: “Voy a morir en la rueda con mis convicciones”, porque al final lo que va a ocurrir es que vamos a seguir con inestabilidad. Y déjeme decirle que yo creo que lo más probable es que en la próxima elección gane la centroderecha o la derecha.
¿Y cómo logra convencer a republicanos?
Es muy importante que el Partido Republicano entienda que ellos no son dueños de la verdad y que hay que concordar materias que permitan llevar adelante con éxito este proceso, pero sobre todo cambiar la sensación.
¿Qué sensación?
Las elecciones se juegan en las últimas semanas y la elección es el 17 de diciembre. Necesitamos que cambie esta sensación térmica; dejar claro que hay diferencias semánticas, pero no estructurales. Creo que es absolutamente posible que la gente apruebe la nueva Constitución. El país quiere estabilidad. No va a querer la inestabilidad que ofrece el Partido Comunista.
¿Es un actor determinante el Partido Comunista?
Es el principal promotor de la desaprobación de este proceso. El PC es un extremo.
Me refiero a si es un actor clave.
Es bien determinante, porque es como los quiltros de callejones chicos. Son buenos para ladrar en el callejón. Y sin dudas que el PC va a salir a la calle y va a presionar, aunque representen muy poco del pensar ciudadano.
¿Cuándo debería sellarse ese gran acuerdo? ¿Antes de que el texto llegue a la Comisión de Expertos?
Yo creo que el acuerdo es inminente. Debe hacerse ahora. Y esa es la carta que se está jugando en estos días. No hay más tiempo. Por lo tanto, hay que poner las barbas en remojo, poner paños fríos para que este proceso salga adelante.
Pero hay muchas conversaciones paralelas. ¿Cómo aterrizar un acuerdo?
Están bastantes coordinadas.
¿Quién coordina?
Bueno, hay gente que coordina.
¿Digamos que está en curso una operación salvataje?
Yo creo que es una operación pensando en que hay que salvar la estabilidad y el futuro de Chile.
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