La ruta de un test positivo
Un caso sospechoso que en un laboratorio se transforma en positivo. Un caso positivo que ingresa a un registro online. Un registro online que nutre un mapa con la evolución del virus. Y una evolución del virus que termina en una cuarentena comunal. Este es el origen de la red de información que alimenta a las autoridades de salud en medio de una pandemia.
Isaac Cheuque (30) tuvo todos los síntomas. El 31 de marzo sufrió pérdida del olfato, fiebre, le costaba respirar y sentía dolores musculares. Por eso, con dificultad, se trasladó a un centro de Red Salud de la Región de La Araucanía y esperó su turno. Vestido con una mascarilla, guantes y una máscara facial, un médico le advirtió: “Esto va a molestar un poco”. De un kit sellado sacó un hisopo de unos 10 cm de largo y se lo introdujo por la nariz, hasta llegar al fondo, donde la cavidad nasal se comunica con la faringe. “Me dolió mucho, hasta me sacó unas lágrimas”, recuerda. La muestra fue introducida en un tubo esterilizado que viajaría hasta un laboratorio local para determinar si era un caso positivo de Covid-19.
Tres días esperó Cheuque para conocer los resultados del examen, que lo incluyó en la lista oficial de casos positivos para coronavirus que elabora el gobierno y que, hasta ayer, sumaba 18.435 contagiados totales en el país, 247 fallecidos y 1.427 nuevos casos en las últimas 24 horas, la cifra más alta desde el inicio oficial de la pandemia en Chile. El test al que fue sometido es una pieza clave en la base de datos del Ministerio de Salud para seguir estos casos, pero no la única variable que se considera para tomar decisiones.
¿De dónde proviene la tan preciada información que el gobierno considera para decidir qué comunas entran en cuarentena y cómo manejar la pandemia? La Tercera Domingo siguió la ruta de un caso confirmado de coronavirus y examinó las unidades que trabajan detrás de la elaboración y sistematización de estos antecedentes que, finalmente, llegan a manos del ministro de Salud, Jaime Mañalich, y se traspasan al Presidente Sebastián Piñera.
De un test a un mapa
La decisión -y obligación- fundamental la tiene el médico. Al sospechar de un caso de coronavirus, debe inmediatamente notificarlo a la plataforma Epivigila, que depende del Ministerio de Salud y que no solo mide la situación del coronavirus, sino que está pendiente de alrededor de 50 enfermedades más. Este software es administrado por la División de Planificación Sanitaria (Diplas), que dirige Johanna Acevedo. La enfermera, además, forma parte del consejo de expertos que asesora y entrega recomendaciones al ministro Jaime Mañalich. La última de ellas fue incluir en los registros de casos de Covid-19 a las personas asintomáticas que dieran positivo en sus test de PCR, con la idea de proyectar la proporción de personas que podrían no requerir asistencia médica.
Al mismo tiempo, la muestra tomada a un paciente con síntomas de Covid-19 como Isaac Cheuque es enviada a uno de los 65 laboratorios autorizados a nivel nacional para hacer exámenes de confirmación diagnóstica. Su traslado debe cumplir un protocolo: las muestras recolectadas se deben mantener refrigeradas a una temperatura de entre 2 y 8°C, hasta llegar al laboratorio en un plazo máximo de 48 horas, detalla un documento elaborado por el Minsal.
Pese a que se trata de información sensible, el nombre, la edad y la dirección de la persona testeada son datos relevantes para la creación de los mapas de riesgo por comunas. Las categorías “vivo” o “fallecido”, sumadas a los síntomas que padece el afectado, como mialgia, dolor abdominal, temperatura, frecuencia cardíaca y respiratoria, son otros de los antecedentes que se incluyen en la plantilla. Al mismo registro se agregan los datos del personal de salud que estuvo en contacto con el infectado y el laboratorio al que se envió la muestra para su confirmación. Una vez que llega la respuesta -que por estos días ha acelerado su ritmo de entrega-, se cruzan los datos y se descartan aquellos que no arrojan coronavirus.
El seguimiento de cada caso es prácticamente total. La información se entrelaza en tiempo real con otras unidades del Minsal que dan forma a las herramientas que permiten realizar una “vigilancia epidemiológica”. De esta manera, las 16 Seremi de Salud del país reciben una “alerta roja” con cada confirmación de Covid-19. ¿El objetivo? Contactar a la persona infectada para conocer con quién tuvo “contacto estrecho” en la semana previa a la confirmación de su caso y así controlar la propagación del virus a través de una cuarentena. Esto ocurrió con Cheuque. “Me pidieron recordar a todas las personas con las que tuve contacto esa semana. Compañeros de trabajo, amigos, familia. Con eso los empezaron a notificar para su cuarentena”, recuerda.
Cada día, según el ministro Mañalich, se realizan en promedio 4.000 exámenes de PCR. Desde el 3 de marzo, cuando se detectó el primer caso oficial de Covid-19 en Chile, ya han sido cerca de 200 mil los análisis realizados a nivel nacional. Por otra parte, en el gobierno destacan que el tiempo en la entrega de los resultados se ha acelerado, y hoy el resultado permite tenerlo prácticamente de un día para otro.
La misma plataforma Epivigila entrega información a los 29 Servicios de Salud del país y también al Departamento de Epidemiología del Minsal, a cargo de Rodrigo Fuentes, que dos veces por semana publica un informe que muestra detalles del avance del virus a nivel nacional, por región y comuna.
Aunque está fuera del ámbito de acción de la Subsecretaría de Salud Pública, los antecedentes que aporta la Unidad de Gestión Centralizada de Camas (UGCC), que depende de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, son otros insumos que se consideran en el mapeo de casos. El equipo de la UGCC fue trasladado durante la pandemia al edificio central del Ministerio de Salud de calle Mac Iver, y reforzó su dotación para informar la disponibilidad de camas y conocer cuántos pacientes se encuentran en estado crítico producto del contagio con el virus. Un antecedente que cobra relevancia al momento de considerar una cuarentena comunal.
Otro actor relevante que accede a la información de un nuevo caso confirmado para Covid-19 es el Departamento de Gestión de Emergencias y Desastres. Este equipo, conformado por una docena de funcionarios, se encarga de georreferenciar los casos y ubicarlos en un punto exacto del mapa. Desde una “sala de situación”, y en conjunto con el grupo de Gestión de Información Territorial en Emergencias, el equipo recopila, analiza y visualiza la información “geográfica o geoespacial de manera prioritaria, oportuna y lo más actualizada posible hacia autoridades del sector salud”, detalla el Minsal. En síntesis, cada nuevo contagio se transforma en un insumo que muestra la movilidad del virus por las distintas regiones del país.
“Es distinto que haya 10 contagios en una población de un millón, a que sean 10 donde viven 100 personas. La vigilancia epidemiológica se hace de lunes a lunes, así es que desde muy temprano se desmenuza la situación, comuna a comuna”, explicó el pasado 14 de abril la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, en entrevista con este medio. La localización de los contagios, la incidencia (o número de casos nuevos en una población determinada), y la ponderación sanitaria son los criterios que utiliza el Minsal para decretar o levantar cuarentenas.
Los datos en la mira
El martes, a través de una videoconferencia, el gobierno mostró a los miembros de la mesa social -integrada por exautoridades, académicos, alcaldes y profesionales de la salud- el mapa que georreferencia los casos positivos de Covid-19. “Con distinta intensidad de colores, el mapa te muestra dónde está la comuna con más casos y cómo se va distribuyendo por cuadrante, manteniendo la reserva de las personas, viendo dónde hay más personas contagiadas y dónde hay menos”, relata Carmen Castillo, exministra de Salud y miembro de la mesa.
La exautoridad de Salud del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet fue una de las encargadas de fortalecer estas unidades que hoy juegan un rol clave para identificar las zonas donde el virus se extiende con mayor velocidad. “Cuando llegué al Minsal me di cuenta de que cada unidad cumplía un rol fundamental y tenían que interconectarse. Hoy tenemos estas herramientas que permiten que uno se imagine dónde hay más proyección de riesgo, sabiendo dónde están las poblaciones vulnerables. Tú lo alimentas con lo que tú crees importante. Ahora, seguramente le han colocado todos los elementos que determinan finalmente estas cuarentenas progresivas y la división de las comunas”, asegura la doctora Castillo.
La falta de acceso a las bases de datos y antecedentes desagregados que ha recopilado el Minsal ha sido unas de las críticas que ha recibido el gobierno durante el combate de la pandemia. De hecho, este jueves el grupo de científicos Instituto Milenio Fundamento de los Datos decidió abandonar la mesa convocada por el ministro Andrés Couve -en la que participan cinco entidades más- argumentando la falta de información para estudiar el virus y modelar su comportamiento.
Un cuestionamiento similar es el que ha hecho la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches. “Es necesario, por el contexto social del país y por la participación de otros actores que queremos colaborar con el gobierno, tener disponibilidad de acceso a mayor información. Hay una serie de elementos que hemos solicitado y que no han sido entregados. Por ejemplo: las características de los pacientes que han fallecido y el testeo realizado por comunas”, asegura.
Algunos alcaldes también han cuestionado los criterios que se utilizan para decretar medidas como la cuarentena. Según integrantes de la mesa social, además del factor técnico existe una variable política en la toma de decisiones. “El gobierno toma la decisión en este contexto, con estos datos, tiene que haber un cruce político y también técnico”, asegura la exministra Castillo.
Violencia y vulnerabilidad
A la información obtenida por el Minsal, además, se suman los antecedentes que aportan otras reparticiones del Estado. Una de ellas es el Ministerio de Bienes Nacionales. Julio Isamit, ministro del ramo, asegura que su cartera dirige el Sistema Nacional de Información Territorial del Estado, que “frente a estas crisis aporta con la georreferenciación de los datos oficiales del Ministerio de Salud”. Según Isamit, “esta es la versión ciudadana del visualizador interno que utiliza el Presidente de la República, la autoridad sanitaria y el ministro del Interior como uno de los varios insumos que consideran a la hora de fijación de nuevas medidas para enfrentar el coronavirus”.
Además de los antecedentes de Bienes Nacionales, la información entregada desde el Ministerio de Desarrollo Social permite conocer la vulnerabilidad de las zonas en que se están produciendo los contagios. También los focos de alto riesgo, como asilos de ancianos. Los delitos cometidos al interior de los hogares son otra variable que se introduce en el mapa que utiliza el Minsal. Estos antecedentes los aporta el Ministerio de la Mujer, en específico las denuncias por violencia intrafamiliar a nivel nacional. El Ministerio del Interior, en tanto, aporta la información de la entrega de los permisos que concede Carabineros a través de la comisaría virtual.
El volumen de información que recaba el Minsal a través de los recintos médicos -públicos y privados tras la integración de la red- permite hacer un seguimiento de los casos. Y también agregar nuevas variables de control como el “carné Covid”. Su entrega comenzaría a partir de mayo para todas las personas que tengan un examen de “PCR positivo para infección por coronavirus, haya tenido o no síntomas y una vez que haya cumplido la cuarentena”, anunció Mañalich el 29 de abril.
Desde Temuco, Isaac Cheuque podría transformarse en uno de los primeros pacientes en recibir esta certificación. “Lo pasé mal con la enfermedad, pero si me entregan ese carné voy a poder enfocarme en lo que me importa: volver a trabajar y ayudar a mi familia”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.