Manifiesto de María Parra, la funcionaria más antigua del Poder Judicial: "Empecé con las máquinas de escribir Underwood y ahora trabajo con computadores"
"Me siento cada vez más vieja. Empecé a los 19 años en el Juzgado de Familia de Puerto Montt y después volví a Santiago. Me gusta trabajar, trato de ser lo más responsable posible y ayudar en lo que puedo"
No sabía que era la funcionaria más antigua del Poder Judicial. No puedo decir que me sorprende, pero no lo tenía registrado. Me siento cada vez más vieja. Empecé a los 19 años en el Juzgado de Familia de Puerto Montt y después volví a Santiago. Me gusta trabajar, trato de ser lo más responsable posible y ayudar en lo que puedo.
Cuando joven hice teatro mientras trabajaba en el juzgado. Mi familia era de artistas y siempre me interesó ese mundo. Fundamos el Teatro Aleph, con Óscar Castro. Ensayábamos en la noche, después del trabajo. Nos invitaron a un festival en Francia. Después del Golpe Militar, varios de mis compañeros se fueron exiliados. Ahí cerré ese capítulo y me dediqué a mis hijos.
Mi primer recuerdo de niñez es jugando en la escuela. Debe ser de cuando tenía cinco años. Había una pieza llena de mueblecitos chiquititos y una casa de muñecas en la que nos sentábamos. Dormíamos la siesta y me enfermaba tupido y parejo. Siempre fui delicada de la garganta.
Soy prima de los hermanos Parra, de Los Jaivas. Viajaba desde el sur a Viña para verlos tocar cuando estaban recién empezando. Hasta el día de hoy nos relacionamos mucho.
Cuando salía el sol en Puerto Montt sentía una alegría tan grande, que olvidaba los días grises. Y, en realidad, no eran tan grises, porque me agradaba la lluvia. Siempre me gustó el cielo y sus colores.
El abuelo de mi mamá era pariente de Salvador Allende. Era un abuelo revolucionario. La verdad es que nunca he indagado cuál es el lazo que tenemos. Muchas veces me lo han preguntado. La verdad no sé si me gusta o no, pero bueno, políticamente estoy más de ese lado que del otro.
La tecnología es fabulosa. Empecé con las máquinas de escribir Underwood y ahora trabajo con computadores. Me ha costado aprender, pero tengo relativa facilidad para adaptarme a lo nuevo. Además, ahora hago lo básico, escribo documentos y nada más. No podría indagar en otras áreas.
A veces interrogaba a una persona y salía al baño a llorar. Me conmovía ver a muchachos que se notaba que tenían potencial metidos en delitos feos. Eso me conmovía mucho. Al final te vas acostumbrando, las cosas te tienen que resbalar. De otra manera, te terminas volviendo loca.
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