Mathieu Gallard: “La victoria de Macron es casi segura, pero no como en 2017”

Emmanuel Macron se toma una selfie con partidarias después de un mitin de campaña el viernes en Figeac, suroeste de Francia. Foto: AP

El director de estudios de la encuestadora Ipsos en Francia dice a La Tercera que el comportamiento de los votantes de Jean-Luc Mélenchon será el “factor decisivo” en el balotaje de hoy. “Un triunfo de Le Pen no es totalmente imposible”, reconoce.


Hoy se realizará en Francia la segunda vuelta por las elecciones presidenciales, en las que se enfrenta el actual Presidente galo, Emmanuel Macron, a la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen.

En entrevista con La Tercera, el director de estudios de la encuestadora Ipsos en Francia, Mathieu Gallard, comenta una campaña que, a su parecer, “no ha podido apasionar a los franceses”. Habiendo obtenido el 22% de los votos en la primera vuelta, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon juega un rol clave en este balotaje.

Viendo los últimos sondeos de Ipsos, Macron tiene 57,5% de la intención de voto para este balotaje, mientras Le Pen alcanza al 42,5%. ¿Qué se puede decir de esta distancia? ¿Está derrotada Le Pen o puede aguardar alguna esperanza su candidatura?

Efectivamente, es una distancia bastante amplia a favor de Emmanuel Macron, y que es más amplia de lo que se esperaba en la primera vuelta. Pero bueno, si comparamos con lo sucedido en 2017, cuando fue el mismo duelo entre Macron y Le Pen, el primero ganó con un 66% de los votos. En estos cinco años, ha perdido 10 puntos. La vez pasada, viendo las encuestas, la victoria de Macron era extremadamente probable, sin lugar a dudas. Ahora, sin embargo, un triunfo de Le Pen no es totalmente imposible. Globalmente, sí, la victoria del Presidente saliente es casi segura, pero no como en 2017, donde era completamente segura.

Marine Le Pen posa para una selfie con simpatizantes durante un mitin de campaña en Perpignan, sur de Francia, el jueves. Foto: AP

A la luz de las encuestas, ¿qué se espera de los votantes de Mélenchon? ¿Se estima que voten en masa por Macron o que se abstengan durante la segunda vuelta?

Cuando se mira qué harán los votantes de Mélenchon en la segunda vuelta, se ve que cerca de un 40% de ellos dice que votará por Macron, un 15% por Le Pen y el resto, o no se sabe o se abstendrán. Lo que hay que entender bien es que, considerando el resultado de Mélenchon en la primera vuelta, será el comportamiento de sus votantes el factor decisivo para lo que salga del balotaje. Eso hay que tenerlo claro, y se nota en las campañas: tanto Macron como Le Pen se han dirigido particularmente a ese electorado.

Macron, desde la primera vuelta, comenzó a hablar mucho de cosas que pueden importarle a la gente de izquierda, como, por ejemplo, el medioambiente y la crisis climática. También se ha referido al tema de las instituciones, y acá hay mucha gente de izquierda que piensa que las instituciones, la forma de escrutinio, el método con el que se elige al presidente, habría que cambiarlos. Y también ha hablado de temas sociales, como el poder adquisitivo, ese tipo de cosas. Ahora bien, ¿servirá ese giro? No estoy seguro, porque Emmanuel Macron tiene una mala imagen entre los votantes de izquierda.

Le Pen, por su parte, lo que ha intentado hacer para convencer a los votantes de Mélenchon es ser muy crítica con Macron. Insiste en hablar de un mal balance del gobierno de Macron, en decir, que no ha hecho nada por el poder adquisitivo de la gente, los salarios, etc. Y espera que los votantes de izquierda sean sensibles a eso, y que finalmente, lo que trata de hacer es generar un “frente” anti-Macron, donde todos los opositores voten por ella. Lo que se ve, eso sí, es que no funciona muy bien, ya que aun cuando su imagen ha mejorado en los últimos años, mucha gente en la izquierda la detesta a ella más de lo que detestan a Macron.

Un perro hace trucos mientras ciudadanos franceses votan en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Burbank, California, el sábado. Foto: AFP

En tanto Presidente, se ha visto en los últimos años la emergencia de una detestación particular, incluso un “odio” contra la figura de Macron. De hecho, se han escrito libros sobre eso, y es un rechazo muy intenso. ¿En qué consiste este odio contra el actual mandatario? ¿Qué lo motiva?

Efectivamente, hubo un momento hace dos o tres años, en medio de la crisis de los “chalecos amarillos”, donde se veía en los sondeos que había un rechazo muy fuerte a Macron, pero es mucho menos fuerte ahora. Una gran parte de la población, ahora, estima que durante las crisis de los “chalecos amarillos”, durante la crisis del Covid, y durante la crisis ucraniana, Macron ha manejado bien la situación, o al menos, que si hubiese estado Le Pen o Mélenchon en su lugar, la situación habría sido manejada de peor forma. Pero es cierto que hoy hay una gran parte del electorado que lo rechaza, tanto entre los votantes de Le Pen y Éric Zemmour, como entre los de Mélenchon o los abstencionistas. Y estos odios, por lo demás, son muy diferentes. Hay quien lo detesta porque lo encuentra pro-mundialización y pro-élite. Hay quien lo detesta porque lo encuentra muy autoritario, por haber forzado la vacunación en Francia. Es muy difícil poner a toda esta gente de acuerdo, para que apoyen solo a un candidato. Y ese es un gran problema para Le Pen.

Las razones para rechazar a Macron son tan distintas, que es difícil encontrar un candidato que las una todas. Si la elección fuese solamente un referéndum contra el Presidente, es posible que pierda, porque hay una mayoría de la población que no está satisfecha con él en todos los sectores políticos.

Respecto al votante de Macron y al de Le Pen, ¿cuáles son los factores decisivos para caracterizar a quién votaría por uno o por otro?

El factor número uno, en este caso, es la educación. Mientras más estudios, o más nivel tiene la formación, más personas votan por Macron. También están los ingresos, que por lo demás están muy ligados con la formación: mientras más se gana, más se vota por Macron. Y también la edad es un factor, y se puede decir que gran parte de la gente mayor votó por Macron, los jóvenes en general votaron por Mélenchon, y el rango entre 30, 40 o 50 años votó más por Le Pen. Son estos tres aspectos –la educación, el ingreso y la edad– que juegan mucho en el resultado de esta elección.

French President Emmanuel Macron, candidate for his re-election, walks in Le Touquet-Paris-Plage
Macron saluda a los fotógrafos mientras camina por la playa con su esposa Brigitte en Le Touquet-Paris-Plage, en víspera de la segunda vuelta. Foto: Reuters

Un sondeo de Elle mostró esta semana que, al menos en esta votación, la diferencia del voto femenino y masculino es menor que en los años previos. ¿Ha sido el género un factor que explique la intención de voto en esta campaña, o ha sido irrelevante esta vez?

No está jugando un rol en este momento, ni en los jóvenes ni en el rango de entre 30 y 50 años. Es, sobre todo, entre los mayores que este factor juega un rol. Los hombres mayores votan mucho más Le Pen que las mujeres mayores, y es bastante complicado explicar por qué. Una de las razones podría ser que las señoras que son mayores en Francia tienen una tendencia a ser más católicas y a practicar más la religión, ir a misa, etc. Y se sabe que, en general, el hecho de ser católico te pone en la derecha, pero a la vez hace que no te guste la extrema derecha. Puede ser una de las razones que explique por qué, en el caso de los electores más viejos, haya una diferencia importante entre el voto de hombres y de mujeres, cuando en los otros rangos etarios no está esta diferencia.

Mucho se ha hablado de los esfuerzos de la candidata de Agrupación Nacional por “desmarcarse” de la extrema derecha, o al menos, dejar de asustar tanto a los franceses. ¿Qué ha hecho Le Pen en miras a moderar su figura? ¿Ha tenido éxito?

En el pasado, cuando el partido se llamaba Frente Nacional, Le Pen concentraba toda su campaña en nada más que la inmigración, la inseguridad, ese tipo de cosas. En cambio, este año, Le Pen concentró sus mensajes en el tema del poder adquisitivo, y ese tema es la principal preocupación de los franceses hoy por hoy. En ese sentido, ha estado ofreciendo lo que los franceses buscaban, y por lo demás, ha tenido una campaña muy “de terreno”, yendo a pequeñas ciudades, pueblos, visitando mercados y pasando de tres a cinco horas sacándose selfies con la gente. También ha tenido mucha presencia en los medios locales, los diarios locales, y eso le ha servido muchísimo. Eso ha generado un sentimiento, entre los franceses, de que ella es cercana a la gente y a sus preocupaciones.

El otro factor es que apareció Éric Zemmour, que fue un candidato aún más de derecha que ella, tanto en el fondo como en la forma del discurso, así que todos los medios hablaron durante meses sobre él, y con eso Marine Le Pen hizo su campaña sin que nadie la molestase, casi como una candidata “normal”.

Ahora bien, con la primera vuelta ya pasada, las cosas han vuelto a lo “normal”, o sea, que se vuelve a hablar en los medios sobre las posiciones de Marine Le Pen respecto de la pena de muerte, Europa, la inmigración, y en eso sigue siendo tan de extrema derecha como siempre.

Marine Le Pen saluda a la gente en la ciudad portuaria de Berck como parte de una visita de campaña de un día en el norte de Francia, el viernes. Foto: AFP

Mélenchon obtuvo un 22%, lo que es un número considerable con el que se podría decir que “casi” llega al balotaje. Si se suman, por lo demás, los otros candidatos de izquierda, uno puede perfectamente decir que la izquierda podría haber llegado a la segunda vuelta. ¿Qué pasa ahí?

El problema de Mélenchon es que ya dijo que esta sería su última campaña presidencial, así que probablemente no será candidato en 2027. Pero es cierto que esta elección ha mostrado que si en 2017 la política francesa era bipolar –izquierda contra derecha–, ahora hay tres polos: la izquierda radical, los liberales promundializacion, y la extrema derecha nacionalista. Con 22%, había una chance de ir a la segunda vuelta. Todo el mundo decía hasta hace un tiempo en Francia que la izquierda estaba muerta, pero, de hecho, gracias a Mélenchon y su muy buena campaña, se muestra que la izquierda sigue siendo un actor importante.

El problema para Mélenchon y la Francia Insumisa, su partido, es que normalmente tienen muy buenos resultados presidenciales, porque es una elección muy personalizada, pero en todas las otras elecciones –locales y europeas– tienen muy malos resultados. La gran cuestión para Mélenchon es si podrá ser dominante en la izquierda en las otras elecciones que vengan.

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