Pablo Dittborn: “Le tengo más miedo al Frente Amplio que al Partido Comunista”
Desde Valparaíso, donde vive hace ocho años, el exgerente general de The Clinic habla del ánimo de censura que se instaló en el medio cultural y que afectó a los festivales Puerto de Ideas, Santiago a Mil y Lollapalooza. También critica la soberbia que observa en ciertos líderes jóvenes: "Yo también lo fui: fui Mapu y anduvimos en esa; nos creíamos dueños de la verdad y cometimos muchísimos errores".
Suele caminar por el borde costero, desde Playa Ancha hacia las Torpederas. Otro de sus recorridos va desde Caleta Portales hasta el Muelle Vergara, en Viña del Mar. Si se cansa, dice, toma un micro hasta su casa, en el Paseo Presidente Errázuriz Echaurren, desde donde tiene una vista privilegiada de la bahía. Hace ocho años Pablo Dittborn se trasladó a Valparaíso y desde allá participa activamente en el directorio del Festival Puerto de Ideas.
Exdirector del sello Random House, ex Mapu y exdirigente sindical del sello Quimantú durante la Unidad Popular, Dittborn fue también gerente general de The Clinic. Hombre de opiniones elocuentes, no elude la controversia, y ahora tampoco disimula su molestia por el rechazo de la Municipalidad de Viña del Mar a recibir actividades de Puerto de Ideas.
De acuerdo con el relato de Chantal Signorio, presidenta de la Fundación Puerto de Ideas, solicitaron al municipio la realización de actividades en el Teatro Municipal de Viña del Mar y en la explanada del Palacio Vergara. Camila Brito, directora del Programa de Cuidados del municipio, les habría comunicado que nunca apoyarían el evento, porque “son financiados por la embajada de Israel”.
Los organizadores del festival acusaron antisemitismo, mientras la polémica escalaba, la alcaldesa Macarena Ripamonti (RD) guardaba silencio y desde la municipalidad difundían un comunicado que asegura que los espacios solicitados estaban en reparación, que las fechas no coincidían y que el festival no cumplía con estándares profesionales.
La censura a Puerto de Ideas se suma a las cancelaciones que han enfrentado otros encuentros culturales emblemáticos: el Concejo Municipal de Las Condes retiró la subvención al Festival Santiago a Mil porque promovería obras de ideología contraria a la de los vecinos de la comuna, según la concejala Vanessa Kaiser, del Partido Republicano. A su vez, los organizadores de Lollapalooza desistieron de utilizar el Parque O’Higgins, luego de que el concejo rechazara su solicitud y la alcaldesa Irací Hassler (PC) anunciara una consulta ciudadana.
En el caso de Puerto de Ideas, Dittborn asegura que “la alcaldesa nunca dio las reuniones necesarias para que aclararan las razones últimas que tuvieron para negarse. Nos hemos tenido que quedar con una cosa tan brutal como la declaración de Camila Brito - asesora de la alcaldesa- que dice que no van a colaborar con Puerto de Ideas por estar financiado por la embajada de Israel, lo que es absolutamente falso”. Agrega: “Y si fuera cierto que hubiera una contribución, un pasaje, una estadía, como a veces ha existido, igual que otras embajadas, no le corresponde a ella tomar una decisión de esas características. Si la embajada de Francia financia un pasaje, ¿ella diría que sí? Pero cuando es la embajada de Israel, no? Que explique por qué. Eso fue lo que quisimos saber y no lo logramos, y ha provocado un desagrado profundo. Es insólito, es una soberbia política y una forma de censura inaceptable”.
¿Es antisemitismo?
Es antisemitismo. No creo que ella tenga una opinión con respecto a Puerto de Ideas como contrario a su posición ideológica, no lo sé. Creo que es más bien antisemitismo, que es algo que se ve mucho y no deberíamos desconocer que existe.
¿Qué le parece la declaración de que no cumplían con estándares profesionales?
Es insólito, después de 11 años haciendo festivales, que han sido inaugurados por ministros de Cultura: Paulina Urrutia, Cruz-Coke, Ampuero, Claudia Barattini, Consuelo Valdés. Es un espectro bastante amplio.
¿Revela desconocimiento del festival?
Es ignorancia pura y se hace más ideológica su posición, porque no tiene una explicación técnica. En la conferencia inaugural de Rafael Sagredo estaban el alcalde Jorge Sharp, el vicepresidente de la Convención, Jaime Bassa, y una gran diversidad de personas. Y todo el mundo salió muy contento y sorprendido sobre la exposición de la Constitución de 1828, que era el tema de la conferencia.
¿Ustedes sabían que los espacios se estaban reparando?
En la primera solicitud dijeron que las refacciones estarían terminadas en octubre y nosotros lo pedimos para noviembre. Y en el Palacio Vergara, donde iba a exponer Sagredo, pocos días antes hubo actividades. ¿Por qué la nuestra no?
¿La alcaldesa debería pronunciarse?
Debería dar explicaciones ante el cúmulo de comentarios y artículos; esto ha rebotado también en el exterior, porque tuvimos invitados extranjeros, a una cientista política francesa y a Martín Caparrós, y se van con esta información. Es un papelón. En Facebook le dediqué un comentario a Camila Brito, de Les Luthiers: “Errar es humano, echarles la culpa a los demás es más humano todavía”. No estoy en el Clinic, pero todavía me queda algo.
¿A qué adjudica el silencio de la alcaldesa?
Es inexperiencia y mal manejo político, me parece un horror, pero no me imagino otro motivo. No la conozco para nada, pero creo que le hace un muy flaco favor a su candidato, porque ya teníamos a un señor Jadue que quería poner una suerte de Dinacos a la prensa y ahora viene otra militante de su sector tomando este tipo de medidas. Entonces, como dice Sergio Ramírez, la censura nunca es leve y su tendencia es a avanzar. Ya tenemos dos señales: pongámonos de pie y digamos algo desde todos los sectores.
Simultáneamente, la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, decide hacer una consulta ciudadana para resolver si autoriza o no el uso del Parque O’Higgins por Lollapalooza, que finalmente desistió de la petición ante la incertidumbre
No hay nada más parecido a una consulta ciudadana que tirar la pelota a la galería: muchachos, allá va la pelota, ustedes ven si el partido sigue o no sigue, y después me devuelven la pelota. Me parece de una cobardía política suprema. Me parece un recurso vil, pequeño. Yo nunca he ido a Lollapalooza, no iría, no es la música que escucho. Pero me parece nuevamente insólito que dos alcaldesas jóvenes y que vienen entrando en política no tengan cintura y capacidad de maniobra para resolver los problemas de otra manera. No tengo idea cuán fuertes fueron los reclamos de los vecinos para pedir que esto no se haga, pero estos eventos son hitos urbanos.
También podría leerse como democracia territorial, ¿no?
Si vamos a gobernar con asambleas, para qué la elegimos a ella. Si va a ser así, pongamos una gran empresa de encuestas y que nos vaya diciendo semana a semana lo que hay que ir haciendo, y naturalmente ahí podrán ganar algunas opciones horrorosas. Si yo le tiro a la galería una rebaja de impuestos, seguro me van a decir que sí, y un alza de salarios, ni te cuento; pero eso no es gobernar. A mí me parece que eso es buscar una salida fácil, pero inexperta. Yo creo que gente de sus partidos con mayor oficio político dirán qué locura están haciendo, en ambos casos, en Viña y en Santiago.
Lollapalooza, además, es un festival que trae figuras de la música, que congrega a miles de personas, genera recursos y se preocupa del entorno.
A esta señorita Hassler hay que preguntarle, ¿entonces usted hubiera prohibido el concierto de Amnesty International en Mendoza, donde fueron los chilenos que no pudieron escuchar a los músicos acá? Yo vivía en Buenos Aires, la gente viajó en tren 1.200 kilómetros, y los chilenos llegaron en buses. ¿Usted lo habría prohibido? ¿Y ahora que somos gobierno lo prohíbo y me escudo detrás de la opinión de la gente? No, es una cobardía. Juéguese, hágalo, bien o mal, pero hágalo.
Y en sincronía con esto, en la Municipalidad de Las Condes le suspenden la subvención a Santiago a Mil.
Curiosamente, una municipalidad que venía en manos de la UDI mucho tiempo, y a eso se le sumó una mano negra que se llama Partido Republicano. Y es una decisión muy encima, no es para el próximo año, es ahora.
Uno de los argumentos es que las obras representan una ideología contraria a la de los vecinos, según la concejala del Partido Republicano.
Ahí se sacó la careta: así, traemos a Caperucita Roja y nada más. Pero a las obras de Santiago a Mil no van solo personas que viven en Las Condes, va gente de Ñuñoa, La Reina, Providencia, Santiago.
¿Se está instalando un ambiente de intolerancia?
Viendo estos casos, te diría que sí, y curiosamente de ambos extremos; las nuevas alcaldesas de Viña del Mar y Santiago y los concejales de Las Condes. Parece sintomático: yo estoy dispuesto a salir a pelear con mi adversario en posiciones muy extremas, y sin pudor. Entonces lo veo muy peligroso y creo que va a afectar las candidaturas presidenciales respectivas, la gente va a tomar distancia. Lo veo muy preocupante, se están extremando posiciones ideológicas a niveles que no habíamos visto.
¿Se está haciendo difícil mantener posiciones independientes, minoritarias? Pienso en el caso de Carolina Goic.
Uff, cómo la funaron... Más que mantener, es manifestar las opiniones. Una vez en privado yo dije hay unos temas en el aire que no comparto: estoy en contra del cuarto retiro, en contra de la acusación constitucional a Piñera y contra el indulto universal a los presos de la revuelta. Creo que nadie puede estar en prisión preventiva tanto tiempo, nadie, y luego hay que ver si merecen condena. Un día en una comida lo dije, y me dijeron por qué no lo publicas. Yo respondí por tres razones: por temor, por temor, por temor. No soy Carolina Goic, pero nunca me había pasado que no me atreviera a decir cosas.
Y usted conoce de controversias.
He sabido estar donde las papas queman, no me ha importado el rechazo, siempre lo he hecho convencido y de buena fe, me siento muy tranquilo. Ahora lo pensé y no lo publiqué. La acusación constitucional a Piñera tenía plazo de seis meses, lo pudimos hacer en 30 días más, pero cuando adquirió el manto electoral se desvirtuó y fue imposible conseguir el voto del otro lado.
Si se comienza a generar un ambiente en que la gente teme opinar, el debate se empobrece...
Es peligroso, va a empezar algo que los argentinos llaman el no te metás. Todo el mundo toma distancia: si asaltan a alguien, cierras tu casa, no te metás, y empiezan todos estos atropellos, Municipalidad de Viña, Las Condes, Santiago, y dices bueno, no me meto. ¡No! Por eso yo creo que hay que salir altiro, con toda la artillería a decir esto no es tolerable. Esto no puede suceder, qué se han imaginado. Esa es otra: venir a manejar un cargo público como si fuera tu cuenta corriente personal: a este le doy, a este no le doy. A ese abuso de poder, a esa soberbia de políticos muy jóvenes le tengo miedo. Yo también lo fui: fui Mapu y anduvimos en esa; nos creíamos dueños de la verdad y cometimos muchísimos errores, y otros correligionarios de otros partidos amigos también, ¿no? Por eso le tengo más miedo al Frente Amplio que al Partido Comunista.
¿Por la soberbia juventud?
Claro. El gran pecado de Jadue es la soberbia, creo que es chanta también, pero el mayor es la soberbia.
¿Usted lo conoció?
Estuvimos una hora y 45 minutos hablando, muy pagado de sí mismo, por decirlo de forma caballerosa. A mí no me gusta nada Teillier, pero Teillier no cometería esos errores. No, nosotros conocimos al PC, era el más ordenado durante la UP.
Fue el partido más disciplinado.
Total, son el partido más antiguo y el Frente Amplio los debe considerar viejos, igual que a mí. Viejos cuicos.
¿Ha percibido ese rechazo?
Lo he sentido. Socialmente no pasa nada, pero ellos van a tener que armar gobierno. No es necesario que llamen y estén de nuevo estos señores mayores de 65 años en los cargos, pero puede haber diálogos, conversaciones, recibir sugerencias. Manejar el aparato público es muy complejo. En el gobierno de Allende, cuando hubo la repartición de cargos, como en todas las coaliciones de gobierno, el Mapu tuvo una ventaja sobre los partidos tradicionales, socialistas, los comunistas, los radicales: el Mapu había sido gobierno el período anterior con Frei. Entonces se saben ciertas claves y cuáles son los cargos más o menos importantes y te ayudan en tu legítima ambición de hacer gobierno. El Partido Comunista estuvo con Michelle Bachelet 2 y seguro que tienen más claro el panorama; no sé estos otros militantes del Frente Amplio, no han sido gobierno nunca, apenas dos períodos en la Cámara de Diputados.
¿No ha visto en Boric un tono más conciliador?
Lo he visto con una señal de apertura a conversar, muy dirigido al PS, y creo que podría ampliarlo. Va a depender del margen porcentual que exista entre su votación y la de Yasna, porque si es muy grande probablemente le baste con los socialistas, pero si es de seis puntos probablemente va a necesitar a la DC.
Otro temor que hay en el aire es defender la obra de la Concertación. Usted es uno de sus defensores.
Sí, soy un defensor, porque se puede serlo sabiendo que nos faltaron cosas. En su biografía de dos tomos Lagos explica muy bien ciertas limitaciones, quiénes se opusieron, los quórum calificados. Alguien me podría decir si hubiéramos sacado la gente a la calle tal vez lo conseguíamos. Bueno, tal vez el error fue no sacar la gente a la calle como el 18 de octubre. Pero todo el resto hay que reconocerlo: el que terminó con la inamovilidad de los comandantes en jefe fue Lagos, el que acabó con los senadores designados. Creo que se hizo bastante.
¿Esta elección es contra las deudas de la Concertación?
La campaña del Frente Amplio es producto de las deudas que dejó el período de la Concertación, y me parece bien, pero con propuestas concretas que vayan a resolver la situación. Hay algo a lo que se le asigna poca importancia: la tranquilidad y la paz social. A nosotros nos tocó todo el gobierno de la UP, y sobre todo los últimos seis meses. Cuando tú tienes un grado de efervescencia, intranquilidad e inseguridad social tan grande, la gente se derechiza, porque todavía entiende que el orden es de la derecha, sobre todo ahora cuando el señor Sebastián Depolo dice vamos a introducir intranquilidad. Yo creo que Boric tiene que decir señores, al rincón, y vamos yendo las Hassler, Ripamonti, Depolo, no hablen más. Si usted es anticomunista y quiere combatirlos, póngales el micrófono, hágalos hablar. Se suicidan solos, se suicidan en defensa propia, que es una cosa muy difícil. Existe un ánimo de revancha, mal planteada comunicacionalmente para convencernos. Siempre creo que nosotros hemos cometido errores en defender las cosas que se hicieron.
¿Es Boric el candidato más capacitado para controlar la calle?
No creo, porque lo que me quedó como sensación es que el 18 de octubre no obedeció a ningún partido político, ni nuevo ni viejo. Si el gobierno hubiera tenido la voluntad de sentarse a conversar con los líderes, no había nadie. Boric dijo nosotros nacimos en las protestas, sabemos manejarlas, pero ojo, que la tuya no fue el 18 de octubre. No estoy diciendo que todo lo que sucedió el 18 de octubre es culpa de la protesta, no. La protesta permitió que unos vándalos se sumaran, se metieran e hicieran los desastres, los robos y los vandalismos que todos conocemos. Eso yo creo que no lo controla ningún partido, y si lo controla, en un gobierno de cuatro años no va a cambiar la situación. Yo lo veo complicado, esa mezcla de inestabilidad, inseguridad y con estos signos de censura y de soberbia, lo veo muy, muy peligroso.
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