A ocho sábados del plebiscito: Quién es quién en el Comando de ChileVamos por el “rechazo”
Bajo un grado de secreto e intentando aminorar el temor a las funas que reina en parte de las filas oficialistas opera el cuartel general de la campaña "oficial" que se opone al "apruebo" a una nueva Constitución. Sus coordinadoras -una de ellas es la mano derecha de Andrés Chadwick- han salido a regiones a aceitar esa máquina con dirigentes y parlamentarios de la UDI, RN y Evópoli, partidos que a su vez tienen sus propios comandos. A través de esta red circulan panfletos, se producen actos en terreno y por estos días la urgencia es fichar apoderados que peleen voto a voto el 26 de abril.
La ubicación de su sede central es reservada: no quieren que se sepa porque temen alguna protesta, funa, o algo peor. Es una planta libre en un edificio de reciente data en Las Condes, donde dos mujeres fungen como coordinadoras de una campaña en la que hay que congeniar con muchos nombres la contienda que se definirá el 26 de abril.
María José Gómez García, periodista, brazo y mano derecha de Andrés Chadwick -fue su jefa de gabinete en los dos gobiernos de Sebastián Piñera- y Andrea Balladares, RN y también ex funcionaria de Interior, encabezan cada lunes una reunión con delegados de los tres colectivos de Chile Vamos (UDI, RN y Evópoli). Los encuentros comenzaron a fines de febrero y por ese piso circulan voluntarios de los partidos, van y vienen ideas y decisiones; es una red que prioriza el trabajo en contenidos y en territorio, y que ha llevado a ambas a viajar varias veces fuera de Santiago.
Anteayer miércoles las dos fueron al Congreso y produjeron una fotografía con los diputados que están por esa opción. Hoy circuló por los celulares de congresistas, concejales y militantes un clip de treinta segundos que dice “elige un camino seguro y no dos años de un trabajo incierto”, que se le atribuye a ese equipo. También han distribuido panfletos de color rojo que llevan la firma Comando #Yovotorechazo que dicen “dile no a la mentira”.
Hoy en la mañana, además, Gómez -que debutó hace unos días en programas de entrevistas en TVN- y Balladares estaban en Antofagasta hablando en programas de radio. Su consigna es cubrir todos los espacios posibles y útiles para la campaña.
Lo de la reunión de los lunes es una de las aristas. A esa van dos delegados por cada partido. Por RN, el senador Andrés Allamand y la diputada Catalina del Real; por la UDI, su presidenta Jacqueline van Rysselberghe y el diputado Juan Antonio Coloma; por Evópoli, el diputado Luciano Cruz-Coke y la militante Trinidad Biggs. Esta última dejó su participación y en su lugar asiste Carla Winter. No todos han alcanzado a ir a todos los encuentros, pero entre ellos hay intenso tráfico por grupos de WhatsApp y mensajería que se multiplica: hay otros entre las coordinadoras y otra gente de los partidos, otros entre los delegados nombrados y otros personeros, y además grupos de parlamentarios por el “rechazo”.
“Hay muchos grupos donde conversamos. Demasiados, tal vez”, dice uno de los asistentes. Fuera de dichas reuniones, cada uno de los tres colectivos tiene su propia estructura y equipos -contenidos, ideas, franja- que se coordinan con el comando central. Eso, porque aunque remen todos para el mismo lado, el énfasis de cada uno es distinto. “Tratamos de complementarnos pero no de unificarnos”, dicen en RN: no buscan lo mismo la UDI con su lema Házla Corta, ni RN con Rechazar para Reformar, ni Evópoli con Así, No. Son públicos y mercados distintos. “Tal vez a alguien de Evópoli que está por el rechazo le va a costar más ir a una manifestación frente a la Escuela Militar, pero igual quiere participar”, agregan en ese otro partido, donde primó la preferencia por el “apruebo” pero el 40% de su consejo general se quedó con la otra opción.
Donde sí coinciden más es en las salidas a terreno, que se coordinan a través de este grupo junto con lo que se quiere decir e instalar en los medios de comunicación y en las redes sociales. Contenidos y trabajo territorial, como ya se dijo, es la prioridad. Como en toda campaña electoral.
Por eso, el comando central ha gastado gran parte de su tiempo en armar una extensa y ramificada red en Santiago y regiones apoyándose en los tres partidos. Gómez le ha pedido a parlamentarios que le indique listas de algunos nombres para coordinar tareas que incluyen la distribución de material de propaganda físico y digital. Balladares gira a cuenta de su experiencia como jefa de Gobierno Interior (contacto diario con intendentes y gobernadores), cargo al que renunció casi al mismo tiempo que la mano derecha de Chadwick.
La red también incluye a funcionarios de gobierno, como seremis y otros, que han de dedicar el horario extra laboral mientras tengan encima la orden de prescindencia de La Moneda y un instructivo de Contraloría sobre la materia. En la VI Región, histórico bastión de Andrés Chadwick, su amigo y diputado UDI Ramón Barros -quien todavía conserva parte de los equipos parlamentarios del exministro- tiene una fuerza de tarea de cinco seremis y varios alcaldes y gobernadores. Por el “rechazo” allá también se están movilizando agricultores, empresarios locales, huasos corraleros, amantes del rodeo y de las carreras de galgos. Varios redoblaron sus ánimos, indignados con proyectos de ley como el que buscaba prohibir el rodeo.
A esa zona ya ha comenzado a llegar material de propaganda electoral, aunque tibiamente todavía, proveniente de la red que coordina Gómez. Un poco más al norte, en la Metropolitana, el diputado Coloma también está distribuyendo “palomas” y pancartas. Entre los cercanos al comando cuentan que la campaña por el “rechazo” también ha ganado fuerza en zonas como Osorno.
El trabajo creativo también lo manejan por su cuenta los partidos. Van Rysselberge, por ejemplo, tiene por lo bajo dos grupos distintos en la UDI. En uno hay cerca de una decena de veteranos de campañas que se juntan dos veces a la semana en la que se cranean conceptos e ideas, sin perjuicio de lo que diga Álex Hernández, realizador de la franja gremialista.
¿Chadwick? “Esta en todo y está en nada”, ríe un viejo amigo suyo. Casi todos los consultados, se nota, lo cuidan -ha estado muy preocupado por su seguridad- y cuesta que alguien diga que lo ha visto personalmente en esto. En las reuniones de los lunes, no. Pero la presidenta UDI y varios otros (Gómez lleva años hablando a diario con él) se han reunido con él a intercambiar ideas. Sí tendrá, creen, un papel más activo después del 26 de abril: una idea es que contribuya con “insumos constitucionales” y con la búsqueda y formación de candidatos al órgano constituyente.
Pero antes de eso hay otras urgencias. Además del trabajo conceptual, de propaganda y terreno, la otra prioridad es pelear hasta el último voto la tarde y noche del referéndum. Por eso, Gómez y el ex subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Flores (otro histórico gremialista con pasado en la Fundación Jaime Guzmán), son dos de los que han estado muy pendientes de que el comando tenga una extensa red de apoderados de mesa, que son los que deberán estar luchando por impugnar papeletas por el “apruebo” o defender las suyas.
Flores ya tuvo ese trabajo para la segunda vuelta de la última elección de Piñera, cuando se creyó erróneamente que se iba a decidir todo por nariz. Mientras algunos dicen que está a cargo de esto ahora, sus más cercanos dicen que solo está “asesorando”. Como sea, para la gente del comando del “rechazo” esos últimos cien metros serán vitales, ya que aunque gane el “apruebo”, su misión es perder por el menor margen posible, ojalá por encima del 333%, de manera de dejar instalada una cabeza de playa para después -en octubre- ir por el tercio del órgano constituyente.
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