El adiós de Santos, la posesión de Duque y la sombra de Uribe

A partir de hoy Colombia tiene nuevo Presidente. Tras resultar electo en la segunda vuelta de las elecciones del 17 de junio, con cerca de 10 millones de votos, Iván Duque asumirá la Casa de Nariño en reemplazo de Juan Manuel Santos. Así, con 42 años recién cumplidos, Duque se transforma en el Presidente de Colombia más joven en los últimos 70 años, en una ceremonia que contará con la presencia de 10 jefes de Estado y delegaciones de 17 países.

Poco antes de que se iniciara la campaña presidencial, Duque era un senador poco conocido del Centro Democrático. Fue electo en una lista cerrada al Senado, liderada por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010). Varios son los analistas que han sostenido que fue gracias a la presencia del exmandatario que logró tal popularidad en tan poco tiempo, debido a su inexperiencia política. Pero ahora Duque será jefe de Estado y está por verse cuál será el rol que asumirá Uribe en este nuevo gobierno. De todos modos, Duque deberá hacer frente a los procesos judiciales de Uribe, quien fue llamado a indagatoria por parte de la Corte Suprema debido a un caso de supuesta manipulación de testigos.

La agenda programática del sucesor de Santos, con un gobierno paritario y de perfil técnico, tiene tintes de lo que fue el mandato de Uribe en temas de seguridad e inversión nacional y extranjera. En materia económica, por ejemplo, Duque nombró como ministro de Hacienda a Alberto Carrasquilla, quien fue también el jefe de la misma cartera durante el gobierno del actual senador.

En esa línea, es de esperar que Uribe tenga una fuerte presencia en el nuevo gobierno. Pedro Luis Pemberthy, analista de la Universidad Nacional de Colombia, asegura que Uribe tendrá un rol en el ámbito público y otro en el ámbito privado. "(Como senador) será un legislador que defiende la agenda de gobierno. Y la privada, consistirá en marcar la ruta, el sentido del gobierno. Será un gobernante a la sombra", sentencia.

Iván Duque llega junto a su esposa María Juliana y sus hijos Luciana, Eloísa y Matías, a la Casa de Nariño, con una serie de desafíos. Entre ellos la reforma fiscal y la reforma a la justicia, sin embargo, los más urgentes son la implementación de los acuerdos de paz con exguerrilla de las FARC, que sigue al debe y de la que intentará hacer algunas modificaciones; la continuación de los diálogos con la guerrilla del ELN, y lograr un cese al fuego. En materia de seguridad también deberá hacer frente a la alta producción de coca que alcanza niveles récord, a los grupos armados ilegales y al creciente número de asesinatos de activistas sociales. Además, darle salida a la preocupante migración de venezolanos también deberá ser un asunto prioritario.

Este último tema fue el que le dio término al gobierno de Santos. La semana pasada, Santos anunció la regularización de la situación de cerca de 442 mil venezolanos en Colombia, sumando un total de 820 mil venezolanos en situación regular en ese país. Pero mientras anunció tal medida, Santos criticó y condenó también al gobierno del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Aquello no le salió gratis y Maduro lo acusó de estar detrás del atentado en su contra durante un acto de celebración de la Guardia Nacional Bolivariana en Caracas, el sábado. Santos respondió y señaló que "el sábado estaba en cosas más importantes, estaba bautizando a mi nieta". Así, Duque recibe una tensa relación diplomática con Venezuela que deberá sortear manteniendo firme su condena al régimen de Maduro.

Santos termina su mandato con un 47% de aprobación y 50% de imagen negativa, según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC). En una entrevista con Revista Semana, Santos señaló que se va "tranquilo" y que le "agradecería al presidente Duque que no me llame, pero si hay una necesidad imperiosa, siempre estaré listo".