Ambulancias con fallas y denuncia por acoso sexual: los otros líos de Clínica Las Condes en tribunales
El pasado 22 de julio, el recinto médico de salud privado contestó a la demanda laboral que presentó uno de sus seis sindicatos que solicita mayor seguridad en el transporte de pacientes. En su contestación CLC sostuvo destacó que la mantención mecánica a sus ambulancias la realiza periódicamente Kaufmann. Esto luego que uno de sus vehículos de emergencia perdiera una rueda en medio de un procedimiento camino a Chicureo. Mientras, una enfermera presentó una denuncia por acoso laboral y sexual en contra de la compañía. La joven se encuentra con licencia médica por estrés post traumático.
Clínica Las Condes (CLC) no sólo se enfrenta en tribunales a sus ex gerentes generales, al fisco y a medios de comunicación, sino que también a ex conductores de sus ambulancias. Esto luego que el el 6 de mayo de 2021, el Sindicato de Enfermeros de Urgencia y Rescate de la Empresa Servicios de Salud Integrados S.A. -filial de CLC- presentara una denuncia de tutela laboral por la presunta vulneración de sus derechos fundamentales ante el 1º Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
En su arremetida la agrupación denuncia deficientes condiciones mecánicas y de seguridad de las ambulancias. El caso surge luego que el 21 de abril de 2021, el móvil 13 de la Unidad de Rescate de Clínica Las Condes, acude a un llamado en la comuna de Pudahuel, el cual era tripulado por un enfermero, un tens y un conductor. El procedimiento quedó nulo, debiendo regresar a la base 2 en Chicureo. En su trayecto de regreso por la carretera San Martín, a la altura del sector Las Canteras y justo antes del enlace hacia Avenida del Valle, el neumático delantero derecho sufrió un desprendimiento completo de la banda de rodamiento, lo que terminó por reventar el neumático.
Según el sindicato, algunos de los vehículos cuentan con hasta 13 años de uso e importadas desde países en donde habían sido dadas de baja y que en Chile, con un uso de cinco a siete meses han sufrido una serie de graves eventos, como accidentes por rotura de neumáticos delanteros, que impresionan al estar recauchados mientras se encontraban en circulación por carreteras, falta de aislación o sellos que permiten el paso de gases de monóxido de carbono a la cabina de conducción, incendios de las balatas, detención del motor que genera la desactivación de los sistemas hidráulicos de dirección y frenos.
Al llegar a Estoril, la ambulancia es recibida por el presidente de Clínica Las Condes, Alejandro Gil baja y revisa en situ el vehículo. Dijo que tenía conocimiento y experiencia en materias de mecánica y concluyó que todo se debió a la a la baja de presión de aire de los neumáticos y responsabilizó al conductor.
A raíz del caso, CLC despidió a Alvaro Armijo, enfermero coordinador de la Unidad de Rescate y a los conductores Eduardo Avello y Cristián Arancibia. A estos últimos los acusó de incumplir sus funciones y no revisar la presión de los neumáticos al comenzar su jornada. Los tres posteriormente presentaron demandas laborales en contra de la clínica y acusaron haber sido injustamente despedidos, ya que en más de una ocasión se quejaron del mal estado de los vehículos.
“Los trabajadores laboran en un grato y seguro ambiente”
Frente a las acusaciones, el viernes 23 de julio, CLC contestó a la demanda del sindicato y solicitó que sea rechazada con expresa condena en costas por carecer de motivo plausible para litigar. La compañía negó un eventual mal estado de sus ambulancias y sostuvo que “todas las mantenciones periódicas se hacen en Kaufmann S.A. (Mercedes Benz) bajo exigentes estándares de calidad, como es de público y mundial conocimiento, y adicionalmente se cuenta con la asistencia de la empresa de ingeniería IAC Ingeniería y Proyectos”.
Por otro lado, el caso sirvió para que CLC por primera vez se refiera al ambiente laboral de sus trabajadores. Aquí, la compañía negó que el personal que brinda prestaciones de salud como las tripulaciones de las ambulancias del área de Urgencia y Rescate trabajen en “un ambiente coercitivo”, como lo denunció el sindicato. “Los trabajadores laboran en un grato y seguro ambiente laboral, contando con todas las herramientas y medios para hacerlo en forma totalmente segura”, recalcó Clínica Las Condes.
“Si bien han existido algunos despidos aislados de trabajadores por no haber cumplido sus obligaciones laborales en materia de seguridad, muy por el contrario a lo sostenido por la parte denunciante, ello da cuenta de la máxima relevancia que tiene para la empresa el cumplimiento de las normas en materia de orden, higiene y seguridad, y los fundamentos de cada uno de ellos se señalan en las respectivas cartas de despido”, recalcó CLC a través de su abogado Alfredo Valdés.
Acoso y bluf probatorio
A este problema se suma, la demanda por acoso laboral y sexual que presentó la técnico en enfermería Yasna Campos el 4 de mayo de 2021 en contra de CLC. En su presentación, la profesional que sigue vinculada a CLC, pero con licencia médica por estrés post traumático acusó que en abril de 2019 un auxiliar de sala de la sección de hemodiálisis intentó besarla, y la tuvo “totalmente inmovilizada”. La joven presentó una denuncia ante el Ministerio Público, porque posteriormente al caso ocurrió una serie actos que darían cuenta de acoso laboral.
Parte de su relato quedó consignado en la denuncia que interpuso ante el Ministerio Público. “Estaba de turno en diálisis ubicado en el edificio gris, piso -1 de Clínica Las Condes. Al salir de la sala, me encuentro en un pasillo angosto con el auxiliar Jorge Oliva, quien comienza una conversación conmigo y me pide que le abrazara a lo cual yo me negué en ese momento comienza aa cercarse más hasta dejarme en contra de la parte con su cuerpo me apretaba y no me permitiría movilizarme con sus manos me sujetaba la cara. Él quería que le diera un beso y me tapé con los brazos la cara para tratar de protegerme por su parte el seguía apretándome con su cuerpo, yo le pedía que me soltara que no quería que me tocara. Empezó a reírse y burlarse, fueron aproximadamente 10 minutos”, denunció la ex tens de CLC.
A raíz de la denuncia, la mujer aseguró haber sufrido “bullying” y “acoso laboral” al ser excluida de un anexo de contrato que benefició a sus pares. Además acusó a sus superiores de CLC de normalizar las agresiones de Oliva. El 4 de mayo de 2021, la ex ten de CLC presentó una denuncia de tutela laboral en contra de CLC exigiendo que la clínica sea condenada al pago de $8 millones, suma que equivale al máximo de once remuneraciones y $50 millones por concepto de daño moral.
“Luego de estos episodios, que no fueron los únicos, sino los más significativos, entre otros como no responder los saludos, en controlar la hora que nuestra representada demoraba en el baño, molestarla por sus tatuajes (después de 4 años de servicio, porque antes de eso los tatuajes no eran tema), etc., todos estos hechos empezaron a minar la salud física y psíquica de nuestra representada, se encerraba a llorar, con evidente crisis de pánico por tal razón acudió al médico siendo derivada a médico psiquiatra, doctor don Claudio Martínez, quien diagnostico un estrés postraumático, prescribiéndole licencia médica por 14 días”, detallen su denuncia.
El 15 de julio CLC respondió a la la acción de tutela y dijo que “se encuentra absolutamente caducada”. Esto debido a que el Código del Trabajo estableció que el plazo de caducidad para ejercer la acción de tutela laboral por vulneración de derechos fundamentales durante la relación laboral es de 60 días contados desde que se produzca la vulneración de derechos fundamentales.
“La parte denunciante no ha acompañado absolutamente nada, dejando en evidencian que su denuncia carece de todo fundamento. La exigencia legal de aportar “todos los antecedentes en los que se fundamente”, evitando así el bluf probatorio”, remató CLC.
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