Amigos y rivales: las regiones donde el PC desafía a los socialistas y se juega la hegemonía oficialista
En vista de los pronósticos pesimistas -que indican que los partidos de gobierno podrían sacar sólo un consejero en ciertas circunscripciones- la carrera se ha tornado estrecha en algunos lugares, entre ellos, Coquimbo, Valparaíso y Atacama. Sin embargo, la competencia entre ambas colectividades no es sólo por escaños, sino cómo ese resultado se podría traducir en una mayor o menor influencia en el Ejecutivo.
Tal como en las elecciones políticas, estudiantiles y sindicales de antaño -en las que socialistas y comunistas compartían causas comunes, pero también competían entre sí para dirimir liderazgos- estos comicios de consejeros constitucionales del 7 de mayo reeditarán una suerte de duelo clásico en la izquierda, al menos en ciertas regiones.
Los pronósticos pesimistas -que indican que el oficialismo podría sacar sólo un consejero en algunas circunscripciones- y el mismo sistema electoral proporcional -que acentúa la competencia entre los compañeros de una lista- son ingredientes adicionales que contribuyen a revivir esa histórica rivalidad de dos colectividades que cohabitan y colindan en el mismo espectro.
Las contiendas más cerradas entre comunistas y socialistas están radicadas en las regiones de Coquimbo, Valparaíso y Atacama.
A esos casos se suma la situación en la Región Metropolitana, donde la profesora y abanderada PC, Karen Araya, es considerada la favorita para sacar la primera mayoría del pacto Unidad para Chile. Mientras que el representante del PS, el exalcalde de El Bosque, Sadi Melo, está peleando para salir segundo detrás de Araya y así poder aspirar al quinto escaño de esa circunscripción (en vista de que las fuerzas de derecha podrían adjudicarse al menos tres cupos).
Sin embargo, esta competencia no se da en todo el país. Hay lugares donde hay omisiones. Por ejemplo, en el Biobío, los socialistas no llevan candidato y sus dirigentes están apoyando al postulante comunista Pablo Cuevas.
Aunque las proyecciones dan cuentan que el Partido Socialista podría obtener entre cinco a seis consejeros y el Partido Comunista alrededor de tres, el resultado será clave para medir si se ha acortado la brecha electoral que existe entre ambas tiendas tradicionales de izquierda. Un adelanto de ello fue lo que ocurrió en las últimas elecciones senatoriales en la Metropolitana, donde la exministra comunista Claudia Pascual salió electa, mientras que el PS perdió el escaño que tenía Carlos Montes en la capital.
En el PS admiten que un elemento que favorece al PC es que en esta elección no hay listas o movimientos que le compitan por la izquierda, como ha ocurrido en comicios pasados con grupos como Unión Patriótica, disuelta tienda política que era integrada por marxistas-maoístas y liderada por el excandidato presidencial, Eduardo Artés.
A ello se suma otro antecedente que podría beneficiar a los comunistas. Si es que en estos comicios ocurre el fenómeno del “voto castigo” en contra del gobierno de Boric, existe la presunción de que ello afectaría mayoritariamente a los partidos del Frente Amplio y, por el contrario, el PC podría nutrirse de un votante de izquierda desencantado con el frenteamplismo.
A diferencia, a los socialistas podría perjudicarles el hecho de ir en listas separadas con sus tradicionales socios, el PPD y los radicales, con los que comparte un nicho electoral y que en comicios pasados solían aportar votación a los candidatos del PS. Por lo tanto, al no estar unidos en esta ocasión su base electoral habitual también se dispersa.
Si bien a nivel de la Cámara, las fuerzas entre el PS y PC están relativamente equilibradas con 13 diputados socialistas y 12 comunistas, es en el estamento de senadores (que se eligen con un criterio regional, similar al sistema electoral que se aplicará para los consejeros), donde la tienda de calle Paris saca ventaja. Hoy, el PS cuenta con siete senadores, mientras que el PC sólo tiene dos.
Es precisamente esa ventaja -en el principal espacio de acuerdos políticos del Congreso- lo que ha llevado a los socialistas a convertirse en el partido hegemónico del gobierno.
No obstante, fue el propio secretario general del PC, Lautaro Carmona, quien levantó la tesis de que los próximos comicios serían una oportunidad para testear el poder dentro del gobierno. “Va a aparecer la discusión sobre por qué una fuerza tiene más o menos influencia. No quisiera, a priori, indicar que un partido tendrá menos influencia. Eso será producto de la lectura que hagamos después del 7 de mayo”, dijo en una entrevista a Ex-Ante.
Las palabras del segundo hombre del PC apuntaban a la creciente influencia que ha adquirido el socialismo dentro el Ejecutivo, desde septiembre de 2022, cuando llegó Ana Lya Uriarte (PS) al Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres), una de las carteras fundamentales dentro de comité político (máxima instancia de toma de decisiones del gobierno).
Si bien los comunistas fueron compensados con la presencia de dos ministras comunistas en el comité político (Camila Vallejo y Jeannette Jara), el peso de los socialistas se profundizó con el nombramiento del exsenador Álvaro Elizalde (PS) en la Segpres tras la renuncia de Uriarte por razones de salud. Al asumir, Elizalde rápidamente comenzó a ampliar su ámbito de acción en La Moneda y el Congreso.
Esa situación ha llevado, incluso, a miembros de la directiva socialista a proclamar que “nosotros somos el gobierno de Boric”, frase que acuñó su secretario general, Camilo Escalona.
Desde el PC, sin embargo, insisten en sus posibilidades. A juicio de Lautaro Carmona, “nosotros tenemos una sana expectativa de integrar ciertos consejeros constitucionales. En la Región Metropolitana es evidente: tenemos una senadora y esta elección replica ese método. El pequeño detalle que nos mantiene atentos es que en esta ocasión el voto es obligatorio. Luego están las cualidades propias de la candidata Karen Araya que la hicieron conocida para los electores”.
Contienda en regiones
En el caso de Atacama, el favorito del oficialismo es el exsenador socialista Ricardo Núñez. Sin embargo, parlamentarios de la zona admiten que el candidato comunista Kenssel Rojas goza de cierta popularidad.
A favor de Núñez juega su trayectoria, el hecho de ser un nombre conocido y también que vaya junto a una compañera de partido, Marcela Araya, con quien en la práctica suma sus votos si es que el pacto Unidad para Chile logra adjudicarse uno de los dos escaños de la región El candidato comunista, en tanto, para salir electo tendría que conseguir más sufragios que la votación sumada de Núñez y Araya.
En el caso de Coquimbo, son los comunistas los que entran de favoritos. En esa zona ya cuentan con un senador (Daniel Núñez) y con dos diputadas (Nathalie Castillo y Carolina Tello), además de otras autoridades locales.
Además, la lista oficialista lleva dos candidatos comunistas, Valeria Chacana y Fernando Viveros.
En tanto, en la Cuarta Región, los socialistas postulan a un independiente, Carlos Galleguillos, quien al revés de lo que ocurre en Atacama está obligado a sacar más votación que la que logren Chacana y Viveros juntos. En todo caso, Galleguillos es apoyado por el alcalde de Coquimbo, Alí Manouchehri (PS), y su hermano, el diputado Daniel Manouchehri (PS).
“Hemos trabajado con fuerza para que Carlos Galleguillos sea electo. Tenemos el desafío de sumar más votos que los 2 candidatos del PC, pero confiamos en que así sea”, señaló el diputado socialista, quien además es jefe de bancada de su colectividad en la Cámara.
La Región de Valparaíso, que es una de las zonas donde el PC y el Frente Amplio han logrado asentarse, es otro de los lugares donde el PS podría verse amenazado.
Por esa región aún es senadora Isabel Allende (PS) y en las últimas parlamentarias los socialistas eligieron dos diputados, Tomás de Rementería y Nelson Venegas, revalidando los cupos que habían ostentado en el período anterior.
En tanto, para estos comicios constituyentes, el PS postuló a exdiputado Marcelo Schilling y al exrector Aldo Valle (independiente asociado en subpacto), por tal razón, al ser dos postulantes, cuya votación al final se suma, tendrían más chances de que uno de los dos, al menos, salga elegido.
El PC lleva como candidata a Carolina Fernández, artista escénica y gestora cultural, que según las estimaciones de su colectividad tienen respaldo suficiente para llegar al Consejo Constitucional. A favor de las aspiraciones de la postulante comunista juega el hecho de que es la única mujer de la lista oficialista en Valparaíso. Por lo tanto, si llega a producirse una corrección por paridad, sus probabilidades también se acrecentan.
“Carolina Fernández es una buena candidata, que está bien perfilada”, remarca Carmona.
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