Christopher Nolan vs. Warner: la última lucha de los directores contra el streaming

Dentro de las múltiples situaciones anormales provocadas por la pandemia, la decisión que tomó Warner Bros. con Tenet en septiembre generó consternación en la industria de cine. Rompiendo una tradición de años en Hollywood, el estudio optó por dejar de compartir las ganancias de la última película de Christopher Nolan, el único blockbuster que llegó a la pantalla grande en plena pandemia.

Un punto atendible pensando en la pobre taquilla de la cinta (US$ 57,6 millones hasta ahora en Norteamérica, frente a US$ 302,3 millones en el resto del mundo) en un mercado que jamás tuvo una reapertura cercana a la totalidad –como sí ocurrió en China o parte de Europa–, pero que amenazaba la transparencia en el medio, ya golpeado por las consecuencias derivadas de crisis sanitaria y la suspensión de decenas de estrenos.

Si en ese momento Warner irritó a su competencia, la semana pasada la compañía generó el disgusto del propio Nolan. Esto, luego de que el jueves 3 el estudio apostara por definir una inédita modalidad para los 17 filmes que tenía programados para el próximo año: un lanzamiento en simultáneo en salas de cine y su plataforma de streaming, HBO Max, recibida hasta ahora con tibieza en Estados Unidos.

El director de la trilogía de Batman y El origen no se midió en su reacción hacia la compañía con la que viene colaborando desde 2002: “Algunos de los cineastas más grandes de nuestra industria y las estrellas de cine más importantes se acostaron la noche anterior pensando que estaban trabajando para el mejor estudio de cine y al despertar descubrieron que estaban trabajando para el peor servicio de streaming”.

Entre los grandes nombres implicados están Margot Robbie, Timothée Chalamet, Millie Bobby Brown y Keany Reeves, mientras que entre los directores asoman James Gunn (The Suicide Squad) y Denis Villeneuve. Este último estaba entre quienes crecían más “firmemente” que su película Dune necesitaba la pantalla grande, indicó The Hollywood Reporter.

Pero la preferencia por la sala de cine –y la exclusividad de esta por sobre otras ventanas por al menos tres meses– no es el único punto de la disputa. Nolan en su respuesta inicial daba cuenta de la nula comunicación que existió con las estrellas y cineastas involucrados. El mismo medio detalló que entre sus fuentes consultadas –actores, realizadores y sus representantes– la jugada fue considerada un “insulto”.

No ocurrió así con la directora Patty Jenkins y Gal Gadot, quienes por Mujer Maravilla 1984 habrían recibido un pago extra ante el cambio de planes. La cinta se estrenará en Navidad en EE.UU. tanto en HBO Max como en los complejos que estén abiertos, mientras que en el resto del mundo arribará a las salas que estén funcionando en una fecha cercana.

Legendary, estudio que participa en la producción de dos de las cintas afectadas (Dune y Godzilla vs. Kong), ejercería acciones legales en contra de Warner por haber decidido unilateralmente la mencionada modalidad de estreno. En su caso, la situación se empeora porque Netflix habría ofrecido cerca de US$ 225 millones por obtener los derechos de exhibición de la nueva Godzilla, pero su socio habría bloqueado la compra.

Más allá de los argumentos de los cineastas y directores indignados con la determinación, cuesta imaginar que se hubiera generado una respuesta idéntica si existiera consenso en que el streaming es tan valioso como la sala de cine. Pese al ascenso de las plataformas en 2020 (HBO Max es una de las que menos ha brillado, hoy sólo disponible en EE.UU.), por ahora los pesos pesados parecen seguir concibiendo la pantalla grande como la experiencia mayor.