Cristián Mason: el renacer del cerebro de Pacto de Sangre

La teleserie Piel canela (2001) fue la última producción que Cristián Mason dirigió para Canal 13. Por entonces se vivía una compleja reestructuración en esa estación y Mason, que dirigió famosas teleseries desde mediados de los 80, fue uno de los emblemáticos directores -junto a Oscar Rodríguez- que decidieron acogerse al llamado "retiro voluntario" de la empresa: parte de la estrategia para enfrentar la crisis delante y detrás de pantalla que se vivía por entonces.

Mason dejaba atrás más de 20 años en la ex estación católica, donde lideró 18 teleseries, entre ellas los éxitos Fácil de amar (1992), Marparaíso (1998), Amor a domicilio (1995) y Cerro Alegre (1999), más otras producciones como las miniseries La vida del padre Hurtado y Patrulla del desierto, además de espacios de humor como De chincol a jote y Tutti cuanti.

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De ahí en adelante enfrentaría un largo distanciamiento del trabajo que le dio fama y reconocimiento. Su huella se alejó de la ficción, justo en una etapa donde la industria nacional del género se volcaba hacia tramas más duras y complejas, enfocadas en su mayoría en el horario nocturno. De alguna manera, parecía que el legado de los grandes nombres de las telenovelas chilenas entraba en un receso, quizás como consecuencia de los nuevos tiempos. ¿Otro ejemplo? Vicente Sabatini, el cerebro del área en TVN, inauguró también a mediados de la década de los 2000 un período donde lidió con la irregularidad y las producciones de menor resonancia.

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En el caso de Mason, se incorporó a TVN, donde se dedicó a los estelares: El baile en TVN (2006), Circo de estrellas (2010) y Un minuto para ganar (2011). También incursionó en el género reality, dirigiendo el popular Pelotón y la breve apuesta de telerrelidad El experimento. Este último proyecto fue sacado del aire por sus malos resultados de sintonía y precipitó el despido de Mason del canal estatal a fines 2011.

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Con todos estos cambios y más de tres décadas de trayectoria a cuestas, Mason hace sus reflexiones. "Cuando ya me cansé de las teleseries volví a lo que es el estelar", dice el profesional a La Tercera PM, quien dio sus primeros pasos en la TV en los programas prime de Canal 13, dirigidos por el reconocido Gonzalo Bertrán. "Pero la ficción es un cariño que he tenido siempre", agrega quien comenzó en el género como asistente de dirección en La madrastra. "Entonces volver a la ficción, después de haber visto y poder renovarme y renovarla, fue para mi fantástico", añade pensando en Pacto de sangre, su regreso a las teleseries tras 17 años alejado de ellas, y su primera producción dramática en horario estelar.

Lo primero que motivó a Mason fue la historia, presentada por el dueño de la productora AGTV y su amigo, Pablo Ávila.  "Pablo me habló de ella y le dije: 'Cuando se haga esa teleserie la quiero hacer yo'", recordó en agosto de 2018, un mes antes del estreno de Pacto de sangre: hoy convertida en un fenómeno de culto en la TV local, y cuyo final emitido anoche cerró una historia aplaudida por el público y la crítica.

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Episodio final de Pacto de sangre. Foto: Canal 13.[/caption]

"Como me alejé tuve tiempo de ver. Y en ese ver surge Netflix, este mundo de series y este nuevo lenguaje. Es lo que aproveché", dice sobre su distanciamiento de la TV abierta y las directrices que tomó en la ficción protagonizada por Alvaro Espinoza, Ignacia Baeza, entre otros.

Pero en este retorno le tocó enfrentar un nuevo escenario. "Antes existían muchos recursos. Nos íbamos con elenco completo fuera del país", declaró previamente, considerando que teleseries como Marparaíso -rodada en la región de Coquimbo-, grabó escenas a Puerto Rico. O Amor a domicilio, que tuvo entre sus locaciones Tahiti.

Otra gran diferencia es la formación de los elencos, hoy muy acotados y contratados por proyecto -salvo algunas excepciones-. Mason, de hecho, dirigió la teleserie con uno de los repartos más grandes de la TV nacional: el de Champaña (1994), teleserie que si bien no tuvo una buena sintonía -debió competir con la exitosa teleserie de TVN, Rompecorazón-, es recordada por sus célebres protagonistas - Gloria Münchmeyer, Amparo Noguera, Jaime Vadell, entre otros-, y su tema principal, En la ciudad, interpretado por La Ley.

En la escena nacional, Mason es conocido por ser un realizador apegado a los viejos cánones: trabaja de manera cercana con los actores, se involucra en detalle en los libretos y lo hace bajo el estilo de la antigua TV local, cuando los plazos y tiempos establecidos para las producciones dramáticas eran más extensos.

Pero en este punto también optó por una renovación. "Me gusta mucho dirigir actores, y lo que hice fue implantar una forma de actuación diferente en mi elenco, una intensidad diferente. No escenas de relleno, no ese trabajo por repetición que tienen las teleseries, y eso traté de trabajarlo con ellos. Y el elenco respondió fantásticamente", cuenta.

"Me considero bastante moderno y me gusta estar al día", explica Mason, ahora a bordo de la siguiente apuesta nocturna de Canal 13, Río oscuro. Sobre ella –que anoche exhibió su segundo episodio- comentó a La Tercera: "Río oscuro entra en la ficción, no tiene temor de entrar en la ficción porque nosotros descubrimos que nuestro público es un público de series, y que puede entrar en la ficción. Que no espere ver un realismo puro", advierte.

Ahora los tiempos son otros, y con el suceso de Pacto de Sangre, Mason alcanzó una suerte de revancha en el universo que mejor conoce.

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Cristián Mason en una de las escenas clave de Pacto de sangre.[/caption]