Cronología de una tragedia: cómo un estudiante de 16 años del Liceo de Aplicación terminó con el 25% de su cuerpo quemado
El tradicional recinto santiaguino se encontraba en toma desde el jueves de la semana pasada y durante el fin de semana una explosión por manipulación de artículos incendiarios derivó en que un menor de edad se esté debatiendo entre la vida y la muerte. Por ahora está en coma inducido.
Los hechos que el sábado por la noche terminaron con un estudiante de 16 años en riesgo vital por una explosión derivada de la manipulación de implementos incendiarios en el Liceo de Aplicación, comenzaron mucho antes que el fin de semana. De hecho, si bien la crisis educativa de los liceos emblemáticos como éste se arrastra por años, la toma que culminó con un menor de edad debatiéndose entre la vida y la muerte tuvo su origen en abril.
El miércoles 12 de ese mes y posterior a una marcha de secundarios en la que hubo lanzamiento de bombas molotov, el archivo patrimonial del Liceo de Aplicación terminó dañado (hoy está casi reparado en su totalidad). Ese hecho llevó a que el centro de estudiantes se disolviera, lo que trajo elecciones para un nuevo cuerpo representativo de los alumnos, quienes levantaron un nuevo petitorio y, con ello, comenzaran con medidas de presión para ser escuchados.
En ese contexto, el jueves 20 de julio y luego de un Consejo de Delegados de Curso (Codecu), la instancia definió por amplia mayoría tomarse el establecimiento por considerar que la respuesta a las demandas de parte de la Dirección de Educación Municipal (DEM) de Santiago, sostenedora del liceo, era insuficiente. A partir de ese día, el recinto pasó a manos de los estudiantes.
A esa altura los ánimos ya venían caldeados internamente, entre peticiones de haber radicalizado antes el movimiento y acusaciones cruzadas entre miembros de la comunidad estudiantil, algunas de las cuales afirmaban que inspectoría general cumplía un rol garantista en las manifestaciones de los alumnos, llegando las incriminaciones incluso a asegurar que en las oficinas de inspectoría se guardaban artefactos incendiarios.
“Hacemos un llamado al autocuidado y a evitar poner en riesgo tanto su integridad física y mental, como la de otros miembros de la comunidad educativa o la de los vecinos del sector y a no permitir que se produzcan agresiones a personas, tal como ha ocurrido esta semana”, se leía ese día, como un mal presagio de lo que ocurriría, en un comunicado emitido por dirección una vez votada la toma.
Así llegó el fin de semana, con desórdenes varios -informados todos por Carabineros al Ministerio Público- desde el inicio mismo de la toma. A las 19:30 horas del sábado un grupo de sujetos colgó un lienzo en el frontis del liceo y a las 19:58 el SAMU ya estaba acudiendo al lugar por, según la alerta recibida, encontrarse un menor con gran parte de su cuerpo quemado, incluyendo sus vías respiratorias. En circunstancias que aún se investigan, un adolescente que en abril había cumplido 16 años terminaba así en riesgo vital tras una explosión en su rostro, cuando manipulaba objetos incendiarios en el exterior del recinto, según la información extraoficial que hasta aquí se maneja. El menor de edad, perteneciente al mismo establecimiento educacional, portaba en una de sus manos un líquido acelerante para encender fuego, y -por razones que todavía se investigan- se provocó la explosión, dejándolo en estado grave.
Al respecto, la capitán Daniela Vargas, oficial de ronda de la Prefectura Santiago Central de Carabineros, explicó ese día que “un grupo de jóvenes, de los cuales no tenemos sus identidades, ni tampoco sabemos si son todos alumnos, salen del liceo y comienzan a encender objetos, y uno de estos menores, al portar uno de estos objetos, se le incendia en sus manos y en su parte principal del torso”.
Tras el incidente, el alumno fue asistido apenas ocurridos los hechos por personal policial junto a los funcionarios del SAMU que llegaron al lugar, debiendo ser trasladado hasta la ex Posta Central, donde todavía se encuentra internado debido a la gravedad de sus lesiones, tanto en su rostro y extremidades como en sus vías respiratorias.
Estado de salud del menor
Este lunes y según conocedores de su estado de salud, por ahora el menor ha respondido bien a los cuidados, salió de la UTI y pasó a la UCI, aunque sigue en una compleja situación. La madrugada de esta jornada, por ejemplo, cercanos del menor realizaron una velatón en las afueras del recinto de salud donde se encuentra, instalando velas y efectuando rayados, entre símbolos de anarquía y la sigla ACAB.
“El paciente tiene un 25% de la superficie corporal quemada, predominantemente con 17% de profundidad intermedia, 7% más bien superficial y 1% que es más bien profunda. Está conectado a ventilación mecánica y para producir este procedimiento se realiza un coma inducido, como se conoce normalmente, pero está bajo sedación profunda para que el paciente pueda estar acoplado a la ventilación mecánica y poder establecer la recuperación y el pronóstico. Ya está programada una cirugía para el próximo miércoles”, explicó este lunes Jorge Ibáñez, subdirector médico de la ex Posta Central.
En breve conversación con La Tercera, el padre del joven, Santiago Pineda, señaló que “lo que le sucedió a mi hijo es terrible, muy terrible. Mi hijo es muy joven para que le pase algo así”. Y añadió: “Está en la misma condición que llegó, no ha habido novedades ni positivas ni negativas”.
Asimismo, Irací Hassler, alcaldesa de Santiago, comuna sostenedora del recinto, calificó la situación como “gravísima, muy lamentable. Esperamos que el joven pueda salir adelante y recuperarse y es en ello que creo tienen que estar los especiales esfuerzos”. Y añadió: “Es tremendamente dañina para la comunidad educativa y para nuestro país. Aquellos elementos que tuvieran que ver con eventuales responsabilidades requieren sin duda de los reglamentos internos de convivencia escolar y quiero ser clara también: en cada establecimiento que tenga demandas y petitorios que quieran avanzar para fortalecer la educación pública, en ello vamos a estar siempre disponibles y que situaciones que afectan a nuestros establecimientos, o incluso que pueden afectar la integridad de las personas son aspectos gravísimos que rechazamos tajantemente y que requieren sin duda de las responsabilidades correspondientes”.
El día después
Y aunque esas responsabilidad todavía no han sido zanjadas y tanto Labocar como OS9 de Carabineros mantienen abierta la investigación, en la DEM ya tomaron algunas definiciones.
Fruto del incidente, los estudiantes que se mantenían en la toma abandonaron el recinto. Así, Santiago retomó el control del lugar, aunque decidió suspender las clases de este lunes para organizar el retorno, que en un principio se esperaba ocurriese este martes, pero la medida, según informó la tarde de este lunes la dirección del establecimiento, se mantendrá martes y miércoles. “Durante estos dos días se trabajará en orden y limpieza de nuestras dependencias, se revisará inventario y trabajaremos en la planificación de las clases”, decía el comunicado.
Con todo, la definición de la DEM santiaguina es no permitir que el liceo sea retomado, acción que, según conocedores de la misma, será coordinada con Interior con acciones que, no se descarta, incluyan a efectivos policiales.
“Mantenemos coordinaciones constantes con Carabineros y con la Delegación Presidencial RM, y también con la fiscalía. Estas coordinaciones buscan la adopción de medidas preventivas, por una parte, pero también la adopción de criterios de acción y colaboración”, señala Rodrigo Roco, director de Educación municipal, a La Tercera.
El jueves, en todo caso, se espera que no haya clases normales, sino que un día de reflexión por lo acontecido. La idea, agregan los mismos entendidos, es hacerles ver a los estudiantes que este no es el camino e insistirles en la vía del diálogo. “La respuesta es y tiene que seguir siendo educativa. No es viable construir liceos en instituciones de Gendarmería, no es el camino”, dijo al respecto el propio Roco en CNN.
A propósito de las coordinaciones con Interior que mencionaba el director educativo y por consiguiente con Carabineros, por solicitud de la DEM miembros policiales ingresaron durante la mañana de este lunes a las dependencias del establecimiento, cuya toma -como ya se ha dicho- fue abandonada apenas se quemó el menor.
La idea de la acción era que la policía uniformada se cerciorara, justamente, de que el recinto se encontraba vacío. “Se logró verificar que en todas las dependencias no existían alumnos. Sí existía una gran cantidad de rayados y daños que posteriormente van a ser evaluados por la administración del colegio”, dijo el comandante de Carabineros Robinson Villarroel.
Por su parte, Roco explica que “se realizó una exhaustiva revisión del establecimiento junto al equipo directivo del Liceo de Aplicación, donde se solicitó la presencia de Carabineros puesto que, en caso de ser necesario, se procedería al desalojo de ocupantes ilegales para garantizar la seguridad de todos los involucrados y permitir la pronta reanudación de las clases”.
Pero esta no es la única acción programada. Un Consejo Escolar, del que algunas personas de la comunidad pedían se extendiese a otras autoridades e instituciones, entre la propia DEM o los ministerios del Interior y Educación, así como Carabineros, también entró en acción. La idea es definir acciones como comunidad. Pero, además, los temas de seguridad serían nuevamente puestos bajo la lupa con las instituciones pertinentes.
Asimismo, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, adelantó que sostendrían una reunión con fiscalía, “porque nos interesa mucho que los responsables de lanzar elementos incendiarios sean identificados y sancionados, sean estudiantes o no del Liceo de Aplicación”.
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