Cuatro razones para confiar en la película de Breaking bad
Tras el anuncio de la primera película de Breaking bad y a la espera de sus detalles, aquí, algunos detalles que dan para ilusionarse con la próxima jugada de Vince Gilligan.
Hay diversas maneras de procesar y entender lo anunciado hace algunas horas por la prensa de espectáculos estadounidense, con los primeros detalles de una adaptación fílmica de Breaking bad que aún no es oficializada por sus realizadores. Desde el punto de vista comercial, la jugada parece un golazo para Sony TV, que por "sólo" US$50 millones (poco, en comparación a lo que pagó Netflix a otros "showrunner") fichó a Vince Gilligan, creador y guionista de la serie, para seguir expandiendo a través de su pantalla la que para muchos es la mejor historia televisiva de este siglo.
Desde lo artístico, hay motivos para las suspicacias. Mal que mal, esta misma semana se supo de la expansión en tres nuevas películas de The walking dead, otro de los grandes éxitos de AMC, aunque a diferencia de Breaking Bad, de desenlace desgastado y lejos de las cifras de sintonía que ostentó esta última hace cinco años. De alguna forma, todo lo anterior da cuenta de cómo los estudios siguen estrujando hasta el límite las historias que funcionan, lo que lleva a cuestionarse si es realmente necesario seguir explotando el universo de Breaking bad y de su sucesora, la igualmente fascinante Better call saul.
Con todo, y a la espera de conocer más detalles de la apuesta, se trata de una buena noticia para la industria y sobre todo para los seguidores de la serie original, que debutó hace diez años y se convirtó en un clásico instantáneo. Aquí, algunas razones para confiar en el proyecto.
1. Porque Vince Gilligan está a cargo
De ser cierto lo publicado hoy por los diarios norteamericanos, que aseguran que la primera película de Breaking bad, que comenzará a rodarse este mes en Nuevo México con el título tentativo de Greenbrier, tendrá a Gilligan nuevamente como productor ejecutivo, guionista e incluso, probablemente como director, no se puede sino tenerle fe al resultado. Gilligan, uno de los tipos más venerados y queridos de la industria televisiva, ha demostrado audacia e inventiva pero sobre todo prudencia al momento de ampliar la trama de su creación más popular, y tal como en los capítulos que llevan su firma sus decisiones profesionales no suelen dejar detalle al azar.
El mejor antecedente es Better call saul, la precuela de Breaking bad que muestra el descenso a los infiernos del carismático abogado Saul Goodman y que en 2019 estrenará su quinta temporada. Una producción en la que, para algunos, Gilligan afinó aún más la mano, y que avanza con maestría a punta de detalles y giros a veces casi imperceptibles.
2. Porque abre la opción de ver nuevamente en pantalla a los dos protagonistas
Para los fans de Breaking bad, la posibilidad de ver nuevamente en pantalla al inolvidable Walter White (Bryan Cranston) o a Jesse Pinkman (Aaron Paul) es un cheque en blanco que se firma gustoso. Se trata, mal que mal, de dos de los personajes mejor construidos en la televisión de la última década y a estas alturas legandarios en la cultura popular. Si bien no está claro si esta nueva película se ambientará antes o después de la serie madre -sólo que se centrará en "un tipo secuestrado que busca su libertad"-, los rumores apuntan a que el protagonista de esta tercera entrega sería Pinkman, el "jocencito de la historia", que hace una década comenzó a cocinar metanfetamina con White, su exprofesor de química, y que además de los tres premios Emmy se transformó en el papel de su vida para Aaaron Paul.
"Hay una antigua expresión que dice que nunca digas nunca", comentó Gilligan el mes pasado al diario El País. "No estoy todavía 100% seguro, pero es posible que haya todavía algo más que explorar del universo de Breaking bad", añadió, alimentando la expectativa.
3. Porque se viene un nuevo soundtrack impecable
Además de sus personajes, hay algo que Breaking bad y Better call saul comparten: una banda sonora tan memorable y fina como sus guiones, que ha conquistado a fans tan ilustres como Paul McCartney y Álvaro Henríquez. Éste último ha declarado su devoción por Little Barrie, el cuarteto inglés que creó el carasterístico y pegajoso riff de la intro de "Saul". Como ésta, todas las canciones que son parte del universo Breaking bad parecen escogidas con pinzas, y parecen sintetizar a la perfección el tono oscuro y desértico de ambas series y de la ciudad de Albuquerque que se muestra en pantalla. Allí cabe todo: desde 1977 de Ana Tijoux y los corridos de Los Cuates de Sinaloa hasta piezas de culto de algunos de los grupos más subvalorados de la historia del rock anglo, como The Walkmen y los legendarios Badfinger (cuya trágica historia da para una serie en sí misma).
4. Porque es una historia necesaria para estos tiempos
Si bien en los cinco años que han pasado el final de Breaking bad la oferta televisiva ha mitigado el vacío que ésta dejó, con otras apuestas que han renovado el formato y conquistado a la audiencia, ninguna ha logrado replicar el ritmo y el tono de la primera (ni deberían intentarlo), como parte de un universo que ha reflejado como pocas veces las contradicciones de cada persona, y en el que no existen los malos ni los buenos. Todos son lo mismo. En tiempos en que reina el maniqueísmo y lo binario, con discusiones que polarizan al mundo amplificadas por las redes sociales, siempre será bienvenido un recordatorio de los matices de la humanidad.
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