Los 108 días de Gonzalo Durán como delegado presidencial

El domingo 30 de junio Gonzalo Durán (57) recibió el llamado del Presidente Gabriel Boric, quien le encomendó asumir, desde el día siguiente, como delegado presidencial de la Región Metropolitana, obligándolo a renunciar de inmediato a su cargo de alcalde de Independencia. De eso han transcurrido 108 días, en los cuales su gestión ha estado marcada por la crisis de seguridad y las tensiones dentro del gobierno.

Sin tiempo para prepararse, Durán comentó de manera informal a un alcalde, durante un operativo en el sector poniente de la capital, que tendría que “cambiar las parkas de alcalde por chaquetas de gobierno”, aludiendo a la transición que enfrentaba.

Esa nueva indumentaria se volvió simbólica cuando, solo días después, una balacera cerca de La Vega Central lo obligó a trasladarse a la comuna que había liderado, situándolo rápidamente en el centro de la crisis de seguridad de la capital y adelantando lo que serían sus primeros 100 días de gestión.

Para el Frente Amplio (FA) Durán fue una opción estratégica. A más de dos años de gobierno, el FA no había consolidado una figura fuerte en temas de seguridad. Su apuesta inicial, Constanza Martínez, fue movida a un rol institucional como presidenta de la colectividad, dejando un vacío en la Delegación Presidencial. Con el Ministerio del Interior dominado por el Socialismo Democrático, el partido de Boric buscaba perfilar a uno de los suyos en un espacio clave. Durán, un exsocialista y hasta ahí alcalde de Independencia, fue el elegido para ocupar ese lugar.

En sus primeros 100 días Durán ha desplegado una intensa actividad territorial. Ha organizado pautas diarias junto a las policías y mesas jurídico-policiales con alcaldes de la Región Metropolitana, especialmente en comunas afectadas por la violencia. Su objetivo principal, según él mismo afirma, “ha sido fortalecer la coordinación entre municipios, policías y el Ministerio Público”. Además, ha insistido en la necesidad de incrementar la presencia del Estado en los territorios.

Algunos alcaldes han valorado su conocimiento territorial y su experiencia como exedil, un enfoque que, según ellos, ha permitido una mayor cercanía con las problemáticas locales. Esa cercanía, además, contrasta con su predecesora, Constanza Martínez, quien, aunque no era bien calificada en su relación con los ediles, formaba parte del círculo íntimo del Presidente Boric, lo que le permitía mayor eficacia en temas de seguridad, facilidad que Durán no tiene.

Su bien evaluado despliegue no ha estado exento de problemas. A pesar del llamado general de La Moneda a ser prudente en los anuncios, Durán ha actuado de manera independiente en varias ocasiones. El episodio más visible ocurrió antes del 11 de septiembre, cuando sugirió suspender las clases por motivos de seguridad, aunque la Municipalidad de Providencia, la de Santiago y el Ministerio de Educación lo habían descartado.

Además de sus decisiones en materia de seguridad, el exalcalde se ha visto envuelto en controversias relacionadas con la campaña municipal de su “delfina” política, Daniela Parada (FA), candidata a la alcaldía de Independencia. A pesar de que La Moneda había dado instrucciones claras para que los funcionarios se mantuvieran al margen de las campañas, él fue denunciado públicamente por participar en un evento de apoyo a Parada. Aunque la Delegación Presidencial aclaró que asistió en calidad de ciudadano, este hecho generó críticas tanto internas como externas por su desobediencia a las directrices del gobierno.

A pesar de estos tropiezos, Durán ha logrado calmar tensiones con algunos alcaldes. Claudia Pizarro (DC), alcaldesa de La Pintana, y Christopher White (PS), alcalde de San Bernardo, han apuntado a la falta de presencia del Ejecutivo en sectores complejos, como las constantes amenazas a los funcionarios de salud en el Hospital El Pino y los episodios de violencia en La Pintana, donde ocurrieron ocho homicidios en un fin de semana.

Esa contención la destacó el alcalde de Pudahuel, Ítalo Bravo (ind.), quien elogió las mesas jurídico-policiales y relevó la capacidad de Durán para coordinar acciones conjuntas. Sin embargo, otros alcaldes expresan, en privado, su frustración por la falta de resultados significativos en materia de seguridad.

La ampliación del Plan Calle Sin Violencia, una de las principales iniciativas tras la llegada de Durán a la delegación, ha sido objeto de críticas. Alcaldes han cuestionado la capacidad de reacción del gobierno y la falta de coordinación con los municipios, lo que pone en duda la efectividad del plan.

La presidenta de la Asociación Chilena de Municipalidades y alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, señala: “Creo que ha desarrollado una gestión muy proactiva. El hecho de haber sido alcalde le da un plus para trabajar en terreno”. Sin embargo, también apunta a la ausencia de una evaluación clara: “Lo que ha faltado es la evaluación del plan, con datos más específicos”. Además, añade que “se le puede sacar más brillo al cargo de delegado presidencial, pues el Ministerio del Interior debe encargarse de todo Chile, pero la RM representa la mitad del país”.

Mientras Durán defiende la efectividad del plan, asegurando que los datos son públicos y las estrategias se ajustan constantemente, las tensiones con La Moneda continúan.

Y su futuro político sigue siendo incierto, pero algunos sectores del Frente Amplio todavía lo ven como una figura clave en materia de seguridad. De hecho, meses antes de ser seleccionado para el cargo, su partido lo había considerado como una opción para la Subsecretaría del Interior, que hoy dirige Manuel Monsalve (PS).