De las llamas a la lluvia: Santa Juana y su drama de damnificados y casas destruidas tras los incendios forestales y el sistema frontal

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La alcaldesa Ana Albornoz cuenta el drama de los más de 10 mil habitantes, algunos de los cuales perdieron sus casas en el verano y las volvieron a perder ahora. "Estamos de nuevo en cero porque las lluvias afectaron todo lo que ya teníamos avanzado. Lo poco que habíamos habilitado hoy volvió a quedar inutilizable", dice.


Santa Juana, comuna de la Región de Biobío, fue una de las zonas más afectadas por los incendios forestales que azotaron la zona centro-sur en el veranos de este año. Las llamas arrasaron más de 80 mil hectáreas, dejando más del 50% de las viviendas en el suelo. Pero solo a cuatro meses de la tragedia que provocó una reconstrucción exhaustiva en la zona para los más de 14.500 damnificados, la comuna hoy se enfrenta a otra catástrofe, la que provocaron las intensas lluvias durante el fin de semana pasado.

En entrevista con La Tercera PM, la alcaldesa Ana Albornoz relata la dura situación de los habitantes del sector. Porque lo poco que se había logrado recuperar tras el paso de las llamas, ha vuelto al piso debido al desborde de ríos, socavones, caída de árboles e inundaciones de casas. “Hemos aprendido a estar en alerta todo el tiempo, pese a que no se anuncien lluvias o próximos eventos meteorológicos. Debido a las características de nuestra comuna, nunca se sabe qué puede pasar”, dice.

¿Cuál es el panorama actual de la comuna?

Nosotros tenemos 63 personas damnificadas, 21 viviendas anegadas por completo y dos ríos desbordados. Además de eso tenemos el peligro que somos comuna ribereña del río Biobío. Tuvimos inundaciones en el sector de balseadero y tenemos peligro constante por las represas cuando se abren, la cantidad de agua que se sube y nos produce mucho problemas.

¿Cómo se vieron afectadas las personas damnificadas de la zona?

Sus casas se inundaron, perdieron todos sus enseres. Tenemos algunas viviendas que habían sido afectadas por los incendios y hoy por las inundaciones y otras que no, que se salvaron del incendio y que hoy han sido afectadas por la lluvia. Esto provocó una revictimización en el sector porque en el fondo veníamos recién saliendo de una tragedia por los incendios y nos vemos afectados por los desbordes de agua. Lo poco que habíamos habilitado hoy volvió a quedar inutilizable. De nuevo hay que empezar a realizar trabajos.

¿Qué hace de Santa Juana una zona tan propensa a los desastres?

Porque la comuna es muy extensa, por eso tuvimos tanto daño en los incendios forestales. Geográficamente Santa Juana es muy complicada para enfrentar una catástrofe, en términos logísticos. Eso provoca más daño.

¿Cómo han enfrentado los daños de las lluvias?

Hoy nosotros estamos organizados permanentemente. Tenemos comandos de incidentes con las tareas claras, planificación y ayuda de los vecinos y vecinas. Nos encontramos los tres días del temporal con turnos noche y día trabajando con los vecinos. Eso permitió sacar palos de las carreteras, arreglar alcantarillas, ver otros problemas... Y además de eso organizar la fiesta costumbrista de San Juan. Pensamos que si vivimos de catástrofe en catástrofe y no realizamos actividades productivas vamos a morir económicamente.

¿Y la fiesta la hicieron igual?

En medio del temporal. Nos dividimos y dejamos a la mitad del personal municipal desarrollando la fiesta porque los vecinos productores son damnificados también. Y a la otra mitad viendo la emergencia y los incendios. También recibimos ayuda de viabilidad por los socavones que tuvimos por arrastre de los ríos.

¿Santa Juana está fuera de peligro o existen temores por posibles inundaciones o desbordes de ríos por las lluvias?

(La emergencia) la tenemos controlada, pero sí tenemos que limpiar los esteros y ríos porque para mañana se viene un nuevo sistema frontal por el Fenómeno del Niño. Necesitamos anticiparnos a eso. Ahora, sabemos que si el terreno está húmedo no se puede trabajar en él y ahí estamos alertas. Pero otro de los problemas que aqueja a nuestra comunidad es la salud mental.

¿Por qué dice eso?

Hemos tenido suicidios, sobre todo desánimo en las personas mayores. Independiente de que el gobierno se esfuerce, la ayuda no ha llegado a todas las personas. Tenemos 4.552 damnificados de los incendios y lluvias, que si no perdieron su casa perdieron su fuente laboral de producción agrícola. Por eso hemos solicitado al gobierno duplas psicosociales que ahora están en terreno haciendo un trabajo constante que esperamos tenga resultado. Como municipio hemos levantado actividades con las iglesias para la comunidad. Hay un tema colectivo que llega poscatástrofe y golpea la salud mental. No queremos bajar los brazos.

¿Qué han hecho con los damnificados?

Nosotros tenemos un albergue permanente en la comuna de Santa Juana, pero que funciona principalmente de día porque como tenemos 63 damnificados, en comparación a otras tragedias que hemos tenido, ellos se han alojado con familiares y nosotros los hemos asistido ahí. La institucionalidad debe preocuparse de proveer de presupuesto a las comunas para tener estos albergues que deben ser autorizados por la Seremi de Salud y el Ministerio de Desarrollo Social.

¿Se ha planificado ya una reconstrucción para las personas damnificadas por las lluvias?

Sí, nosotros ya la estamos levantando. Lo primero que tenemos que hacer es generar las fichas FIBE (ficha básica de emergencia) e instrumentos administrativos para pedir recursos al gobierno.

En enero la zona se vio fuertemente afectada por los incendios forestales. ¿Cómo ha avanzado la reconstrucción?

Ha tenido un poco de avance. El gobierno nos ha ido escuchando. Más del plano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) que con Senapred. Hemos logrado la instalación de fosas sépticas, que era algo que no se hacía en los incendios anteriores. Sabemos que esto a veces se presta para temas políticos, pero nosotros somos los más interesados en que se mire la reconstrucción de manera objetiva porque sabemos que volveremos a tener nuevas catástrofes. Nosotros contamos con distintos procesos de trabajo: recuperación, rehabilitación y reconstrucción. En reconstrucción no tenemos ni un 10% de la rehabilitación todavía. Por ejemplo, la dirección de obras hidráulicas nos preguntaban preocupados cómo estuvimos con la recuperación de los proyectos de agua y nosotros dijimos que mal porque todo se había quemado. Ahora estamos de nuevo en cero, porque las lluvias afectaron todo lo que ya teníamos avanzado. No sufrimos más daño porque no hay nada en ese sentido.

Entonces, ¿cuánto se ha avanzado en la reconstrucción?

Nosotros teníamos 980 viviendas totalmente destruidas y de ese total el gobierno nos entregó 383 primeras viviendas autorizadas. Y luego de eso apelamos y pedimos 120 viviendas más, de las cuales hay algunas que son primera vivienda y otras segunda vivienda, pero nosotros creemos que están mal calificadas por no tener título de dominio o problemas sociales varios. Ahí nos hemos demorado porque Senapred nos ha negado contar con un oficio. Ahí vamos a elevar otro... y hablamos con el Presidente para que se puedan considerar esos casos sociales.

¿Ha habido avance en materialización de viviendas definitivas?

Sí, ahí vamos muy rápido y nos hemos sentido escuchados en cuanto a la pertinencia territorial; hemos entregado muchos subsidios a las personas, entendiendo que no todos tenían escritura porque no sabían cómo redactar una, no tenían abogados o porque contaban con predios agrícolas. Eso ha sigo gracias al Minvu.

La tarde de este miércoles se conoció que la delegada presidencial para la reconstrucción por los incendios forestales, Paulina Saball, dejó su rol de coordinación el primero de junio pasado. ¿Ustedes estaban enterados?

Sí, porque cuando ella terminó sus funciones hizo una presentación con el trabajo de coordinación para la reconstrucción.

¿Cómo evalúa el despliegue de la ex delegada?

Su objetivo fue una planificación general, entonces fue bastante acotado. Nosotros creemos que lo hizo bien. Eso sí, planteamos en su momento que era importante que la reconstrucción tuviese ciertas características y objetivos. Por un lado, que fuese rápida, y por el otro, que fuese segura al regular el territorio para que no se volviera a plantar sobre los asentamientos humanos, cerca de las escuelas o postas rurales. También establecimos que la reconstrucción debía tener pertinencia rural, que los diseños tenían que ser elaborados a través de las propuestas generadas por la misma comunidad.

¿Esas propuestas fueron tomadas en cuenta?

Sí, en general sí. Para nosotros en general era importante que uno de los últimos objetivos de la reconstrucción tuviese restauración ecológica para replantar bosques nativos, rediseñar el territorio para no repetir lo mismo, infraestructura crítica para tener donde evacuar a la gente en caso de emergencia. Eso se dio y se planeó. Creemos que fue correcto su cometido, pero sus objetivos eran bien acotados. Todo eso ella lo coordinó y nosotros entendimos que ella terminó su labor. Y luego de eso nosotros tenemos que pasar a otra etapa donde sean los territorios y las autoridades regionales las que continúen los procesos.

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