De los Rolling Stones a Rihanna: Los múltiples rounds entre Trump y los músicos por el uso de sus canciones

Jagger Trump

La campaña de reelección del presidente de Estados Unidos reaviva su eterna polémica con los artistas. En los últimos días, los herederos de Tom Petty y el grupo Panic! At the Disco exigieron que el mandatario deje de utilizar sus temas en actos políticos, mientras Mick Jagger y compañía endurecieron su postura y amenazan con demandas asesorados por las principales organizaciones de derecho de autor de ese país.


Los problemas entre Donald Trump y los Rolling Stones comenzaron hace cinco años. Ya por por esos días, cuando el entonces candidato a la Casa Blanca cerraba sus actos de campaña con You can’t always get what you want, los británicos alzaban la voz para cuestionar el uso que se le daba a uno de los clásicos de su disco Let it bleed (1969).

La argumentación de Mick Jagger apelaba no solo al uso político de su repertorio, sino también al sentido común y al trasfondo de esa canción en particular. "Es una elección un poco rara para una canción de cierre; una balada algo somnolienta sobre drogas en Chelsea", dijo el vocalista a la BBC en 2016, luego que junto a sus representantes amenazaran con acciones legales al equipo del entonces candidato. Al mismo tiempo, Jagger tenía claro que era poco lo que podían hacer para detenerlo: "En Estados Unidos, si estás en un lugar público como el Madison Square Garden o en un teatro, puedes tocar la música que quieras y no puedes ser detenido", se lamentó.

Cinco años después, el conflicto entre ambas partes se reaviva, en medio del inicio de la campaña de reelección del candidato republicano por un segundo periodo en la presidencia de Estados Unidos. Esto luego que en sus últimas convenciones y "rallies" de campaña, como el celebrado el 20 de junio en Tulsa (Oklahoma), el mandatario volviera a utilizar el himno de los ingleses cuyo título se traduce literalmente como "No siempre puedes obtener lo que quieres". Aunque esta vez los Stones optaron por una estrategia diferente.

Si bien volvieron a presentar una solicitud judicial contra el equipo de Trump -una orden de "cese y desista", como se le conoce en la normativa estadounidense-, ahora los británicos sumaron fuerzas y tiene como aliados a la BMI y a ASCAP, las mayores organizaciones de Estados Unidos encargadas de resguardar y proteger los derechos autorales y difusión de sus afiliados.

La misma BMI notificó a la campaña de Trump en nombre de los Stones que “el uso no autorizado de sus canciones constituirá una violación de su acuerdo de licencia. Si Donald Trump ignora la exclusión y persiste, enfrentaría una demanda por romper el embargo y tocar música que no ha sido autorizada “, explicó la institución en un comunicado difundido el sábado pasado.

Hoy, en tanto, ASCAP también se manifestó al respecto y señaló que Trump no podrá seguir usando sin autorización ninguna canción de los Rolling Stones de su catálogo -que incluye más de 11 millones de canciones registradas- sin un acuerdo previo. Si bien las campañas políticas pueden eventualmente llegar a un acuerdo para utilizar libremente canciones del repertorio de ASCAP y BMI, si el titular de esas canciones se opone al uso de ciertos temas para una campaña en específico -como es el caso de los Stones- esa licencia se anula.

Se trata de la misma estrategia que han utilizado antes otras estrellas de la música contra el uso de sus canciones por parte del mandatario estadounidense. Fue el caso de Neil Young, por ejemplo, cuyo clásico Rockin’ in the free world sonó en diversos actos políticos del ex empresario norteamericano, como cuando anunció su candidatura presidencial en la Trump Tower de Nueva York en junio de 2015.

La semana pasada, en tanto, los herederos del fallecido cantautor estadounidense Tom Petty siguieron la misma senda y también anunciaron una orden judicial para exigir que el actual mandatario deje de musicalizar sus “rallies” -como el de Tulsa- con su canción I won’t back down.

Otros artistas que en el pasado se han opuesto al uso sin permiso de sus temas en actos políticos de EE.UU. son Queen por We are the champions -utilizada en la Convención Nacional Republicana de 2016 en Cleveland; Rihanna por Don’t stop the music en un rally de Trump en Tallahassee (Florida) en 2018, y también Pharrell Williams por su éxito nominado al Oscar, Happy, que sonó en una convención de Trump sólo horas después que once personas fueran asesinadas en una sinagoga de Pittsburgh en octubre de 2018.

Hace una semana, en tanto, la respuesta más fuerte vino por parte del vocalista del grupo estadounidense Panic! at the Disco, Brendon Urie, luego que su canción High hopes sonara en el último rally del presidente republicano en Phoenix. En sus redes sociales, Urie posteó: “Querida campaña de Trump, puedes irte a la mierda. No estás invitado. Para de reproducir mis canciones, no gracias”.

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