Desde más controles policiales en playas a cuarentena estricta: el plan de Fernández ante el alza de casos en Argentina

Alberto Fernández durante el anuncio de que Argentina y México producirán y distribuirán una vacuna experimental contra el coronavirus, en la residencia presidencial de Olivos, en Buenos Aires, el 12 de agosto. Foto: Reuters

"Si esto no pasa, el riesgo de que todo vuelva a paralizarse existe", alertó el Presidente argentino, quien también consideraría la implementación de un “toque de queda sanitario”.


Con los 8.222 nuevos casos y 152 fallecidos registrados el lunes, Argentina ya suma 1.648.940 contagios y 43.634 decesos por Covid-19. Este aumento de las infecciones a nivel nacional tiene preocupadas a las autoridades. Así, al menos, lo manifestó el Presidente Alberto Fernández, quien pidió a “todos los argentinos y en especial a los más jóvenes” que “adviertan el riesgo que se está corriendo” y “entiendan que son vectores de transmisión del contagio”. “Si esto no pasa, el riesgo de que todo vuelva a paralizarse existe”, alertó.

El mensaje emitido el lunes por Fernández desde la residencia de Olivos, en Buenos Aires, fue el segundo en menos de 24 horas referido al dramático avance de la pandemia en Argentina. El domingo, esta vez desde Mar del Plata, el mandatario fue igual de explícito: “No se puede jugar con fuego porque este virus sigue creciendo”.

Si bien durante octubre y noviembre en todo el país las cifras de infectados habían descendido, a principios de diciembre la situación se revirtió. La semana pasada los registros dieron cuenta de 11 mil contagios en una sola jornada y la curva, como indican las confirmaciones diarias de positivos, está en ascenso. Eso, sin contar que recién alrededor del 10 de enero se sabrá cuánta gente enfermó durante las fiestas de fin de año.

Frente a este escenario, destacó el diario Página/12, Fernández “es plenamente consciente de que, si nada cambiara, en dos meses llegarían a la saturación del sistema de salud”. Por eso, antes de fin de mes el gobierno tomaría medidas de contención si la población no decide volver a cuidarse como hasta hace un tiempo.

Así, de seguir el aumento de casos, el gobierno argentino barajaría tres medidas. La primera es incrementar los controles policiales en las playas y otros espacios públicos como plazas, con el propósito de dispersar las aglomeraciones de personas, caldo de cultivo para la propagación viral. La segunda se relaciona con establecer el denominado “toque de queda sanitario”, que en la práctica implicará restringir la actividad nocturna. Y la tercera medida, que apunta a un grado mayor de severidad, se vincula con el retorno a un sistema de cuarentena estricta.

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Arribo de las primeras 300 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V al Aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, el 24 de diciembre. Foto: Presidencia

Pero algunas provincias ya han anticipado la adopción de medidas para frenar el avance exponencial de los contagios. Es el caso de Chaco y La Pampa, que se convirtieron en las primeras provincias en poner en marcha el toque sanitario. En Chaco, las restricciones tendrán vigencia por dos semanas, hasta el 21 de enero, desde la medianoche hasta las seis de la mañana. De la misma manera, en La Pampa la circulación de personas, salvo que sean trabajadores esenciales, estará restringida durante la madrugada, de 01.00 a 06.00.

Asimismo, según informó el diario La Nación, las autoridades de la ciudad santafesina de Tostado, ubicada a 480 kilómetros al norte de Rosario, tomaron una decisión tajante: desde hoy, y durante 14 días, esa localidad regresa a la fase 1 y entra en cuarentena sanitaria. “Estamos en 3,3% de mortalidad cuando la media provincial y nacional es del 2,2%. Estamos muy por arriba y es preocupante”, reconoció el jefe comunal de Tostado, Enrique Mualem.

El aumento de casos de coronavirus, en tanto, llevó el municipio bonaerense de Rojas -ubicado a 240 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires- a disponer una restricción para circular desde la medianoche hasta las seis de la mañana. Asimismo, las autoridades locales anunciaron que habrá multas de hasta 50 mil pesos argentinos (US$590) para quienes organicen fiestas clandestinas. “El hospital está al borde de su capacidad de respuesta y los trabajadores de la salud extenuados, muchos de ellos cursando la enfermedad y no tenemos más disponibles”, advirtió el alcalde Claudio Rossi.

Crece insatisfacción

En el medio del rebrote de casos de Covid-19 que amenaza con descontrolarse en cualquier momento, el gobierno de Fernández recibió buenas noticias provenientes de China: el acuerdo con la empresa estatal Sinopharm para la compra de vacunas contra el coronavirus está prácticamente cerrado. Fuentes que están participando de las negociaciones aseguraron a Página/12 que ya hay confirmadas un millón de vacunas chinas que arribarán a Buenos Aires a través de un vuelo de Aerolíneas Argentinas a finales de enero. Fernández habría intervenido personalmente enviándole una carta a su par chino, Xi Jinping, logrando así acortar los tiempos.

Pese a este tipo de gestiones, la mayoría de los argentinos desaprueba las medidas de la Casa Rosada ante la pandemia. En el marco del aumento de casos de Covid-19 y a la espera de nuevas medidas y probablemente restricciones, una encuesta de la Universidad de San Andrés reveló que el 52% de los consultados está en desacuerdo con las medidas que adoptó el gobierno de Fernández, mientras que el 44% restante se mostró “algo o muy” de acuerdo.

Un vendedor pasa junto a carteles que representan al Presidente Alberto Fernández durante una marcha en apoyo al gobierno en el Día de la Lealtad, el 17 de octubre pasado, en Buenos Aires. Foto: AFP

A nivel general, el mismo sondeo mostró un aumento en el nivel de insatisfacción de los argentinos con la situación del país: el 76% de los encuestados respondió que se encuentran disconformes. Además, el 74% consideró que la situación empeoró con respecto al año pasado e incluso el 47% pronosticó que el próximo año será peor.

La imagen de Fernández no escapó a ese malestar: según la encuesta, el Presidente exhibe un 61% de imagen negativa, muy lejos de los altos índices de aprobación con los que contaba en los primeros meses de la pandemia, destacó La Nación. El gobernante alcanzó el peak de imagen positiva en abril, con un 67% de aprobación.

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