El día después de JVR en la UDI: Disidencia advierte que hará valer estrecho resultado

Jacqueline

La senadora se salió con la suya y conquistó un nuevo período, pero la disidencia advierte -según señala el ex presidente Patricio Melero- que "fue un resultado estrecho, que expresó la división que hubo durante la votación, y que no de ser bien considerado y administrado a futuro, puede transformarse en un factor permanente que nadie desea".


"Esto está recién empezando", decían esta mañana integrantes de la derrotada lista de Javier Macaya Danús, adelantándose a lo que viene en las próximas semanas tras el apretado triunfo de anoche de Jacqueline van Rysselberghe Herrera. Con una diferencia entre ambos que esta mañana algunos calculaban entre 300 y 400 votos de un total estimado de unos 14 mil electores -resultados más oficiales se analizarán esta tarde-, en el segundo período de la senadora al frente de la UDI asoma desde ya una disidencia al parecer resuelta a no hacérsela fácil.

La presidenta gremialista se salió con la suya, es cierto, pero no logró barrer a su rival. Ella esperaba sacarle más distancia que cuando venció a Jaime Bellolio Avaria, el 2016, por 62,4% contra 37,6%, sin embargo, hasta este mediodía los parciales apuntaban a una llegada de 51,57% a favor suyo contra 48,53% de su contendor.

Tampoco logró su objetivo de imponerse con holgura en la Región del Maule, fortín del senador y "coronel" Juan Antonio Coloma, jugado esta vez por Macaya y ya no por ella; allí JVR perdió (580 a 522, según uno de los conteos). Menos lo logró en la VI -zona de Macaya y Chadwick-, una de las zonas en que el diputado le sacó varios cuerpos de ventaja. Y además habría sido derrotada, según los números que circulaban esta mañana, en la Región Metropolitana

Su victoria la cimentó en su zona, la Región del Biobío, y de ahí al sur, además de estrechas ventajas en Arica y Tarapacá. Pero con un desenlace así, y sin perjuicio de que logró reelegirse, la senadora enfrenta un segundo período en que sus detractores internos -al menos esta mañana- aparecen muy dispuestos a hacer valer el fallo fotográfico.

Eso, considerando además, que Van Rysselberghe buscaba con su victoria de anoche copar el parcial vacío de poder que se generaba con el repliegue de figuras como Pablo Longueira y Jovino Novoa para así hacerse con el control de la UDI por al menos diez años. En su guión, un triunfo holgado le abría las puertas para eso, para dominar la nominación de candidaturas municipales y parlamentarias, y -tal vez- para tentar suerte en las primarias presidenciales del 2021 (sobre todo con la amenaza de José Antonio Kast por el flanco derecho).

Apuestas ambiciosas, pero de todo su estilo: cuando en el primer cuatrienio piñerista debutó como  intendenta del Biobío fue porque le ganó a Rodrigo Hinzpeter una apuesta de cuánta gente reunía para el cierre de campaña allí. "Si junto diez mil, participo en la nominación del intendente" le dijo ella entonces, y minutos después subió la vara: "Si junto 15 mil, nomino yo al intendente". Al final juntó 20 mil.

Parte de ese estilo y carácter con que ha cosechado seguidores y fuerza interna es el mismo que le ha costado resistencia en un partido donde hace unos diez años nadie se atrevía a discutir nada en público. Poco queda de la UDI de entonces: tanto en las últimas semanas como esta mañana, desde ambos bandos se ha comentado que el ambiente interno distó harto de ser el mejor.

"Yo pretendo parecerme a mí. Tengo características que son las que la gente valoró, a pesar de la campaña del terror que de repente se instaló en la UDI", sostuvo la senadora esta mañana en Radio ADN.

Campaña del terror o no, lo que se viene puede ser tanto o más controvertido que la elección. De partida, JVR tendrá que cederle una vicepresidencia al bando de Macaya. Allí no lo han zanjado, pero es probable que se decanten por la diputada María José Hoffmann.

En la disidencia UDI dicen que es crucial que la presidenta lea en el estrecho resultado una señal clara de que no podrá conducir el partido a su antojo sin consultarles. Aunque algunos amanecieron golpeados con la derrota -más dolorosa si fue tan ajustada-, los adherentes del diputado dicen que por lo mismo "vale la pena" dar la pelea y hacerse notar como contrapeso. Y ya hay dos mediciones de fuerza a la vuelta de la esquina.

Una será la elección de la Comisión Política del partido, que se hará durante el Consejo General de enero en que asumirá la nueva directiva. En el bando de Macaya sostienen que con estas cifras deberían ir a disputarle a JVR cupo a cupo ese estamento. Pero también están conscientes que la asamblea -la misma que antes del sistema "un militante un voto" decidía por sí misma quién mandaba en el partido- puede terminar siendo un choque entre barras bravas.

La otra justa -juran a pies juntillas en la lista derrotada- será la del control de la bancada de diputados. Dan por hecho de que les toca casi por derecho, dicen, porque durante la campaña evidenciaron que más de la mitad del grupo estaba con Macaya. Allí creen que el mismo diputado debería conservar el cargo el próximo año, o bien otro delegado suyo. Está por verse con qué ánimo se tomará eso la reelecta presidenta.

Entre quienes no pretenden quedarse brazos cruzados en esta etapa figura el ex presidente Patricio Melero, que postulaba a vicepresidente de Macaya.  "Mi rol será fomentar y buscar, bajo todos los caminos, el diálogo con quienes perdimos y la nueva directiva, a fin de que gente muy valiosa del partido se vuelva a motivar en un proyecto unitario que exige ser considerado en el proceso de toma de decisiones futuras. Ese va a ser mi rol", advierte.

El diputado por Pudahuel hace ver además que "fue un resultado estrecho, que expresó la división que hubo durante la votación, y que no de ser bien considerado y administrado a futuro, puede transformarse en un factor permanente que nadie desea".

Hoffmann, en tanto, subraya que "iniciamos un cambio en la UDI que mira al futuro. Y seremos responsables en representar ese 48% que confió en nosotros. Una UDI dividida sería una mala noticia para todos. En lo personal me la voy a jugar por la unidad, y que trabajemos integrados".

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