Discusión previsional al ritmo de Moreira (UDI): gobierno perderá control de comisiones estratégicas para tramitar reforma en el Senado
El senador gremialista asumirá la presidencia de la Comisión de Trabajo, por lo que inevitablemente pasará por sus manos la negociación para corregir el sistema de pensiones. En el gobierno están conscientes de que para sacar la iniciativa, una de las más emblemáticas del programa del Presidente Boric, se requiere sumar al menos a un senador opositor.
A partir de marzo, el senador UDI Iván Moreira tendrá un nuevo papel estelar.
De acuerdo al pacto administrativo y de gobernabilidad del Senado, a mediados de ese mes el veterano legislador, uno de los pocos que se mantiene en el Congreso desde la década de los 90, asumirá la estratégica presidencia de la Comisión de Trabajo, que comenzaría durante este verano a tramitar la reforma previsional impulsada por el gobierno del Presidente Gabriel Boric, una vez que la Cámara despache la iniciativa.
Sin embargo, ya el próximo miércoles el Congreso entra en un receso legislativo, debido a las vacaciones de funcionarios y autoridades, por lo que inevitablemente todas las conversaciones quedarán para marzo.
Como presidente de la Comisión de Trabajo, Moreira tendrá la facultad de poner los ritmos de tramitación de la iniciativa que busca corregir el sistema de pensiones.
A pesar de que el gobierno puede poner urgencia a un proyecto de ley para acelerar su discusión, siempre ha primado la potestad del presidente de la instancia legislativa para decidir cuándo se convoca a una sesión para discutir. Es el que maneja las invitaciones a expositores, el que determina cuándo se vota y quien concede la palabra.
La asunción de Moreira será acompañada por un cambio en la integración de la comisión. Además del senador UDI y el actual presidente de RN, Rodrigo Galilea, quienes ya son parte de esta instancia, llegará a ocupar un asiento Luciano Cruz-Coke (Evópoli).
Por su parte, el oficialismo, que según el pacto debe ceder el cupo de la actual presidenta de la comisión, Loreto Carvajal (PPD), quedará en minoría. Por ende, la oposición podría perfilar el texto de la reforma previsional a su antojo.
No es el único cambio que aqueja al Ejecutivo, que está obligado a respetar la palabra comprometida por las bancadas de senadores para proceder a la alternancia en los espacios de poder del Senado.
La Comisión de Hacienda, la otra instancia por la que inexorablemente debe pasar la reforma antes de entrar a discutirse en la sala de la Cámara Alta, también pasará a manos de la oposición. El senador José García (RN) asumirá la presidencia a mediados de marzo y su par Felipe Kast (Evópoli) tomará un asiento en la instancia, al igual que Ximena Rincón (presidenta del Partido Demócratas), quien está enfrentando una fuerte presión de partidos de derecha para bloquear la iniciativa de pensiones.
Si bien la senadora por el Maule es parte de los grupos no alineados, que no se declaran formalmente de oposición ni del oficialismo, la alianza gubernamental solo tendrá un cupo en Hacienda: José Miguel Insulza. A partir de marzo dejarán la comisión Ricardo Lagos Weber (PPD) y Daniel Núñez (PC).
No obstante, la integración de comisiones no es el problema de fondo de La Moneda. En el Senado, la derecha (UDI, RN, Evópoli e independientes) tiene la mitad del Senado (25 de 50 escaños), por lo que esa cantidad de votos es suficiente para rechazar la reforma de cuajo.
Por lo tanto, en el gobierno están conscientes de que para sacar la iniciativa, una de las más emblemáticas del programa del Presidente Boric, se requiere sumar al menos a un senador opositor, además de alinear a legisladores independientes como Fabiola Campillai y Karim Bianchi, y a bancadas no alineadas como la DC y Demócratas.
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