A casi tres semanas de iniciado el proceso de dosis de refuerzo, 1.309.664 vacunados con su esquema completo ya han recibido una inyección adicional, según los datos publicados por el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS).

Hasta ahora el calendario ha priorizado a los adultos mayores, pues el seguimiento de la Universidad Católica a los inmunizados con CoronaVac ha mostrado que después de cierto período -más claramente a los seis meses- los anticuerpos específicos comienzan a disminuir, aspecto que fue clave para que el Ministerio de Salud (Minsal) definiera introducir un boost inmunológico.

En paralelo, a inicios de julio en la Posta Central y las residencias de larga estadía el Minsal inició un estudio clínico en más de 500 personas inoculadas con Sinovac -entre adultos mayores, funcionarios de la salud y residentes de recintos de larga estadía- donde se está midiendo cómo reacciona el sistema inmune ante un refuerzo de las vacunas bases -Sinovac, Pfizer o AstraZeneca- con un esquema heterólogo, es decir, con una tercera dosis de otro laboratorio.

Y el primer grupo que recibió el refuerzo en este ensayo ya muestra los primeros resultados. Esta muestra corresponde a 116 personas mayores de 55 años que recibieron una tercera dosis de AstraZeneca. En este caso, la efectividad en la producción de anticuerpos específicos fue contrastada con un grupo de control (109 participantes) a quienes no se les inyectó la fórmula.

La edad de quienes recibieron esta vacuna responde a la autorización que ha otorgado el Instituto de Salud Pública (ISP) para evitar posibles efectos adversos asociados a trombosis descritos en población más joven, aunque en porcentajes de incidencia menores.

¿Los resultados? La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, adelanta a La Tercera que “de estas más de 500 personas del estudio, 116 son mayores de 55 años. Ellos recibieron la vacuna de AstraZeneca y se observó que los títulos de anticuerpos neutralizantes aumentaron 15 veces respecto a la medición basal (antes del refuerzo) en los primeros 15 días tras la inyección”.

La medición cuenta con un intervalo de confianza del 95%. Es decir, en el caso del total de reforzados con dicha vacuna, el 95% de las mediciones de aumento de títulos de anticuerpos se cifró en cifras de entre 6.741 a 9.646.

La subsecretaria explica que, si bien para este virus no existe un estándar de cuántos anticuerpos deben haber en un organismo para señalar que la persona está inmune, pareciera ser que para el caso del Covid-19 sí es necesario que las defensas estén más altas. Asi lo sugiere un estudio publicado en la revista Nature, que plantea una alta correlación entre la cantidad de anticuerpos neutralizantes contra el virus y la gravedad del cuadro que puede alcanzar un paciente infectado con el Sars Cov-2.

La cantidad de títulos de anticuerpos neutralizantes (ID50), asegura Johanna Acevedo, jefa de la Diplas del Minsal, es el símil a la concentración de los mismos. “Al entrar en contacto, son los que van a neutralizar la acción del virus, pueden atacar y prevenir la infección”, explica. Y si bien para el Covid-19 aún no existe un nivel de anticuerpos “base” que señalen sobre qué número hacia arriba existe inmunidad, “lo que sí está demostrado es que aumentan de manera significativa (con el refuerzo) y que confieren mayor protección”, añade Acevedo.

Daza agrega que no solo se quedarán con la medición que se realizó a dos semanas de la inoculación, sino que habrá un seguimiento a los 30, 60 y 90 días tras el refuerzo. “Estos resultados permiten verificar que la dosis de refuerzo es una medida oportuna y muy importante para las personas que tienen más riesgo de enfermar gravemente, como los adultos mayores, y que además son el grupo etario con mayor número de enfermedades crónicas”, comenta.

Sobre el esquema mix and match con Pfizer, la subsecretaria adelanta que estos resultados también son buenos y que se darán a conocer próximamente, una vez que haya validación de los resultados de laboratorio. En ese sentido, se priorizará el uso de esta inyección en los menores de 55. “Tenemos los contratos para poder tener disponibilidad de las vacunas para las personas menores de 55. Aquí hay una convicción de que todas las personas nos vamos a tener que vacunar con una tercera dosis, o dosis de refuerzo”, afirma Daza.

El infectólogo y decano de Medicina de la U. San Sebastián, Carlos Pérez, explica que “cuando uno mide niveles de anticuerpos -inmunoglobulinas IGG-g, IG-m, IG-a- que son lo que uno busca específicamente para distintos tipos de infecciones o respuestas de vacunas, esos se miden en unidades de títulos de anticuerpos. Y lo que se observa es que cuando se administran dosis de refuerzo de estas vacunas, los títulos, o los niveles, se elevan. Ahora, ¿cuánto más protege? Es un punto que no está enteramente claro, pues hay un umbral de anticuerpos sobre el cual todos están protegidos, independiente si aumenta 10, 15 o 20 veces. Sin embargo, es una muy buena noticia este resultado, porque quiere decir que la memoria inmunológica que la persona había recibido con la primera vacuna, al reexponerse a este estímulo, responde con una gran producción de anticuerpos”.

Pérez señala que como parte del estudio de la Universidad Católica sobre la vacuna de Sinovac en adultos -donde el facultativo es parte desde el Hospital Félix Bulnes-, varios voluntarios ya están recibiendo una tercera dosis de la misma fórmula y los resultados de este refuerzo se van a dar a conocer próximamente, una vez que midan la respuesta inmune de todos quienes estén participando.