El complejo momento de Netanyahu: ¿Las protestas en Israel sacudirán su poder?

Manifestantes asisten a una protesta para pedir el regreso inmediato de los rehenes retenidos en Gaza, cerca de la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén, el 2 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Las manifestaciones y el primer paro nacional desde el 7 de octubre representan el último desafío al primer ministro israelí.


Miles de colegios de enseñanza básica y varias municipalidades, redes de transporte y hospitales suspendieron sus actividades o bajaron el ritmo de sus operaciones este lunes en todo Israel, al responder el llamado a una paralización parcial para protestar contra la estrategia del gobierno en la guerra en Gaza y la renuencia de sus líderes a acordar un alto el fuego con Hamas, en lo que representa e último gran desafío contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien se dirigió a los israelíes en una conferencia de prensa.

El mandatario afirmó que exigía que Israel mantuviera su presencia en la ruta de Filadelfia incluso antes de la retirada de la Franja de Gaza. “Sharon anunció la retirada en 2003 y unos meses después yo expliqué mis exigencias: el control de todos los cruces hacia y desde Gaza”, dijo Netanyahu.

Añadió que “cuando dimití, le escribí a Sharon exigiéndole que mantuviera la ruta en nuestras manos. No es algo nuevo. Estaba claro que si no controlábamos la ruta, aquí se armaría y se crearía un monstruo”. Sin embargo, Netanyahu no ha hecho nada al respecto en 14 de los últimos 15 años que lleva en el poder.

El enojo en Israel estalló tras la muerte de seis cautivos en Gaza, después de que el Ejército del país recuperara sus cuerpos el domingo, casi 11 meses después de que fueran tomados por Hamas y otros grupos armados palestinos durante los ataques del 7 de octubre pasado.

Los dirigentes sindicales acordaron detener la huelga a las 14.30 hora local, más de ocho horas después de que comenzara, luego que un tribunal dijera que no habían dado suficiente aviso para que se llevara a cabo el paro. Tanto la huelga como las protestas masivas del domingo fueron las manifestaciones antigubernamentales más grandes desde que comenzó la guerra. Los líderes sindicales y empresarios están presionando a Netanyahu para que acepte una tregua en Gaza que pudiera facilitar la liberación de docenas de rehenes que aún se encuentran retenidos allí.

Se cree que 97 de los 251 rehenes secuestrados por Hamas el 7 de octubre permanecen en Gaza, incluidos los cadáveres de al menos 33 muertos confirmados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), consignó el diario The Times of Israel.

Protesta en Jerusalén
La gente asiste a una manifestación para pedir el regreso inmediato de los rehenes retenidos en Gaza, cerca de la residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén, el 2 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Según The New York Times, si bien las interrupciones fueron generalizadas, los efectos de la huelga parecieron ser limitados en algunos sectores. Los vuelos de salida se vieron interrumpidos porque los trabajadores se declararon en huelga en el Aeropuerto Internacional Ben-Gurion, el más grande del país, mientras que los estibadores dejaron de descargar barcos mercantes. Y el personal médico de varios hospitales recortó algunos servicios no urgentes.

Sin embargo, muchos municipios continuaron trabajando con normalidad, según el organismo representativo de las autoridades locales, y algunos servicios de transporte se reanudaron por la tarde. Algunos trabajadores se mostraron reacios a participar en una huelga total, mientras que otros rechazaron por completo la premisa de la paralización, detalló el Times.

El diario recordó que la última vez que se produjo una protesta contra Netanyahu, en marzo de 2023, lo obligó a detener su polémico esfuerzo por reformar el sistema judicial israelí. Pero, en esta oportunidad, sus socios de coalición en general se oponen a un acuerdo con Hamas, y Netanyahu se ha negado a aceptar una tregua que implique la retirada de Israel de Gaza o conduzca a un cese permanente de los combates, afirmando que cualquiera de las dos medidas podría permitir que Hamas sobreviva, poniendo en peligro la seguridad de Israel a largo plazo.

Para agregar presiones, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que un acuerdo final para la liberación de los rehenes retenidos por Hamas en Gaza estaba muy cerca, pero que no creía que Netanyahu estuviera haciendo lo suficiente para lograr dicho acuerdo, informó Reuters.

Las declaraciones de Biden llegaron después de que el diario The Washington Post informara que Estados Unidos podría retirarse de liderar las negociaciones de alto el fuego en Gaza si ambas partes no aceptan un acuerdo final que planea presentar a Israel y Hamas en las próximas semanas. Uno de los aspectos que ha estancado las negociaciones ha sido el corredor Filadelfia a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto y el corredor Netzarim este-oeste a través del territorio. Netanyahu ha insistido en que Israel mantenga el control de los corredores para evitar el contrabando y atrapar a los combatientes militantes.

Los manifestantes se reúnen contra el gobierno y para mostrar apoyo a los rehenes que fueron secuestrados durante el mortal ataque del 7 de octubre, en Tel Aviv, Israel, el 2 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

En otro golpe diplomático al gobierno de Netanyahu, el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Lammy, anunció este lunes en el Parlamento la suspensión de 30 licencias de exportación de armas a Israel por el riesgo de que se usen para “violar el derecho internacional”. “Lamento tener que informar a esta Cámara (de los Comunes) que el informe que he recibido no me deja otra opción que concluir que, en el caso de determinadas exportaciones de armas de Reino Unido a Israel, existe un riesgo claro de que pudieran ser utilizadas para cometer o facilitar graves violaciones del derecho internacional humanitario”, dijo Lammy a los diputados.

Hamas ha ofrecido liberar a los cautivos a cambio del fin a la guerra de Israel en la que han muerto más de 40.700 palestinos en Gaza; la retirada de las fuerzas israelíes del enclave; y la liberación de un gran número de prisioneros palestinos, incluidos miembros de alto perfil de los grupos armados de Gaza.

Sami Abu Zuhri, un alto funcionario de Hamas, dijo a Reuters que los comentarios de Biden eran un reconocimiento por parte de Estados Unidos de que Netanyahu estaba socavando los esfuerzos. Añadió que cualquier propuesta de un alto el fuego permanente y una retirada completa de Israel será recibida positivamente.

El diario The Guardian indicó que no estaba claro si la huelga o la crítica concisa de Biden lograrían persuadir a Netanyahu de cambiar su postura de larga data de que Israel debe seguir luchando en Gaza hasta que Hamas sea destruido. Se esperaba que el líder israelí diera una conferencia de prensa a las 20:15 hora local.

“Es demasiado pronto para decir (qué significa esto para el gobierno)”, dijo a Al Jazeera Alon Pinkas, exembajador israelí y asesor del gobierno. “El lema del juego aquí es sostenibilidad, lo que significa que ¿continuarán estas manifestaciones?”, se preguntó.

“¿Será la huelga que se está llevando a cabo un hecho aislado al que Netanyahu no le dará mucha importancia para que la gente pueda expresar su frustración y su enojo? ¿O será un tema recurrente?”, agregó.

En julio, una encuesta reveló que el 72% de los israelíes creía que Netanyahu debería renunciar por sus fracasos a la hora de impedir la operación liderada por Hamas del 7 de octubre.

Manifestantes en Tel Aviv
Un manifestante sostiene un cartel mientras los manifestantes se reúnen contra el gobierno y para mostrar apoyo a los rehenes que fueron secuestrados durante el ataque mortal del 7 de octubre en Tel Aviv, Israel, el 2 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Sin embargo, a pesar de que es profundamente impopular entre un segmento de la población, Netanyahu ha ido subiendo lentamente en las encuestas y, hasta la semana pasada, todavía superaba en popularidad a su principal competidor, Benny Gantz. Netanyahu también mantiene el apoyo de la extrema derecha, que incluye a sus ministros Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas).

“No sólo formó esta coalición con ellos, sino que les dio puestos clave, los alentó, los envalentonó y les dio poder, y nunca los llamó a la acción cuando actuaron de forma descontrolada”, dijo Pinkas. “Así que no lo tienen como rehén, es parte del robo al banco”, aseguró.

Hasta ahora, pocos políticos han tomado medidas significativas contra Netanyahu. Los expertos creen que esto se debe a que aún no se ha perfilado una alternativa política plenamente coherente a la guerra que Israel está lanzando contra Gaza.

Pero en los últimos días, los principales rivales de Netanyahu han comenzado a ceder. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que el hecho de que Netanyahu priorice el “corredor de Filadelfia a costa de las vidas de los rehenes es una vergüenza moral”. Por su parte, el líder de la oposición israelí Yair Lapid apoyó con fuerza las huelgas laborales del lunes.

Ahora que Netanyahu está nuevamente acorralado, los analistas creen que su próximo movimiento será crucial.

“Es justo asumir que (Netanyahu) haría lo único que ha hecho siempre: redoblar sus esfuerzos”, dijo a Al Jazeera Elia Ayoub, investigadora postdoctoral, escritora y presentadora del podcast Fire These Times. “No sé si la presión interna será suficiente, ya que él ya se considera un hombre muerto políticamente si pierde”.

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