El dilema de pasar segundo: la barrera histórica que tendrán que vencer los triunfadores de la primera vuelta

Nunca ha ocurrido desde el retorno a la democracia. Desde que la presidencial se empezó a definir en balotaje en la elección de 1999, ningún candidato que haya quedado en el segundo lugar en la primera vuelta se ha logrado convertir en el Presidente de la República.

Le ocurrió a Joaquín Lavín (1999), Sebastián Piñera (2005), Eduardo Frei Ruiz-Tagle (2009), Evelyn Matthei (2013) y Alejandro Guillier (2017). Todos ellos pasaron con distintos márgenes respecto del “puntero” y, pese a que en algunos casos la sumatoria de los votos de su sector les habría permitido en teoría ganar la carrera, ninguno pudo superar el “peso de salir segundo”.

Un caso emblemático fue el de Guillier en la última elección presidencial. En esa oportunidad, el entonces abanderado de la ex Nueva Mayoría no logró derrotar a Sebastián Piñera, pese a que la suma de los votos de Beatriz Sánchez (Frente Amplio), Carolina Goic (DC), Marco Enríquez-Ominami (PRO), Alejandro Navarro (País) y Eduardo Artés (Unión Patriótica) era superior a los 45,42 puntos que logró el independiente en el balotaje.

Ante esa “barrera psicológica”, el temor a pasar segundo se ha instalado en los comicios de este domingo. Sobre todo en los comandos de quienes tienen mayores posibilidades de medirse en el balotaje.

En el entorno de Gabriel Boric sostienen que para el abanderado de Apruebo Dignidad será crucial pasar por sobre su más probable contendor: José Antonio Kast (Frente Social Cristiano). Y en eso, repiten distintas fuentes de ese equipo, el margen entre ambos podría ser definitorio de cara a la segunda vuelta.

En el comando de Apruebo Dignidad están conscientes del efecto que podría tener que la candidatura de Boric -quien en las últimas semanas lideró las distintas encuestas de opinión- sea superada por la del exdiputado UDI. “El ideal es pasar primero, pero nos estamos preparando comunicacionalmente para todos los escenarios”, dicen en ese comando.

No obstante, en el equipo de Boric sostienen que ante un escenario de incertidumbre como este y en un contexto en el que los últimos comicios han roto algunos paradigmas, se podría romper con esa “regla”. Un punto relevante para esto, dicen, es que, según sus cálculos, de tener frente a Kast, las fuerzas de la centroizquierda se reagruparían con mayor facilidad y se produciría un “voto de rechazo” a quien ellos consideran de ultraderecha.

En el comando de Kast también han mirado esa “barrera”. En las últimas semanas en ese ese equipo, debido al alza en distintos sondeos de opinión, se ha instalado la idea de que el republicano podría imponerse en la primera vuelta. Tanto es así, que en sus equipos estaban preparando un discurso en esa línea para el cierre de campaña de este jueves.

Sin embargo, tras la “débil” performance de Kast en el último debate televisivo, afirman las mismas fuentes, la posibilidad de que el republicano quede segundo podría ampliarse. En su comando, en todo caso, desdramatizan esa posibilidad. Recalcan que incluso pasar segundo sería una “sorpresa”, dado que nunca pensaron, salvo en las últimas semanas, que tenían opciones reales de pasar a segunda vuelta.

Ese mismo hito también se convirtió en un factor en el análisis de los comandos de Sebastián Sichel y Yasna Provoste, quienes si bien no han competido como los favoritos de la carrera, creen que podrían llegar a pasar a la segunda vuelta.

Para Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, “la imagen de triunfo que proyecta el ganador de la primera vuelta parece incidir en el resultado de la segunda vuelta, especialmente porque en la primera vuelta el candidato ganador consigue un volumen de escaños significativo tanto en la Cámara como en el Senado, lo que le permite explotar electoralmente esa imagen de triunfo conseguida en la primera vuelta”.

En tanto, el politólogo y director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, señala que “efectivamente, eso ha ocurrido desde 1999: que quien ganaba la primera vuelta termina ganando la elección. Pero aquí estamos hablando de un escenario totalmente distinto. Está fuertemente marcado por la incertidumbre y por los hechos que han ocurrido en los últimos dos años. Es decir, las situaciones no se dan de la misma forma que lo hacían antes”, sostiene.