El enredo estratégico de Evópoli detrás de su polémico “congelamiento regional” en La Araucanía
Lo que el senador por esa zona Felipe Kast -aliado con el presidente Andrés Molina, diputado también por allá- ha justificado como una “decepción” con el gobierno por no encarar la violencia, es una explicación. En su mismo partido, donde no todos estuvieron de acuerdo con la medida, así como en el gobierno y en el resto de la coalición, leen un cálculo político electoral e instinto de supervivencia: la IX es el bastión de Kast, allá ganó el Apruebo pero por menos margen, y aún no declara si competirá en la primaria presidencial.
Tratándose de un partido que tiene siete legisladores -seis diputados y un senador; antes había dos pero una renunció- y ningún alcalde, allá no hay una sola versión que describa cómo y por qué Evolución Política decidió declarar “congeladas” sus relaciones con el gobierno tras el asesinato del carabinero Eugenio Nain en la Araucanía, en este momento político y solo en esa región, que es la misma donde tiene el grueso de sus fichas.
La decisión no involucra a todo el colectivo y uno de los testimonios que circulan es que se tomó sin ser consultada, debatida ni consensuada con toda la directiva ni con todos sus parlamentarios, y que habría sido cosa de los congresistas por la zona: el senador Felipe Kast, el presidente, diputado y ex intendente por la IX, Andrés Molina, y el también diputado Sebastián Álvarez. Según estas versiones, al menos otros dos diputados, el vicepresidente Francisco Undurraga y Luciano Cruz-Coke (ambos representantes por la Región Metropolitana), no estuvieron de acuerdo con la forma escogida e hicieron saber anoche su desacuerdo.
El “congelamiento” es visto por algunos sectores de ese partido como un error de cálculo político porque abre otro flanco justo cuando el gobierno y su coalición abre una semana muy delicada con la acusación al ministro del Interior y el avance del segundo retiro de fondos de pensiones en el Congreso, y que tiene a RN y al UDI encarando a Evópoli para que -si dicen que están así las cosas- entonces retire a su gente del gobierno.
Como síntoma valga consignar que en el bando más allegado a Kast y Molina sostienen que eso no es cierto y que aunque la decisión es exclusivamente “regional” sí se conversó con “distintos actores del partido”, que no solo se limitaron a informarlo y que recibieron sugerencias antes de publicar el comunicado de rigor. El ex presidente Hernán Larraín Matte, por ejemplo, sí supo antes, fue consultado y dio su opinión, explican. En esa ala aseguran que ningún parlamentario estuvo en desacuerdo con las formas, sino que solo hubo voces que manifestaron que debía quedar claro que esto no implicaba darle la espalda a La Moneda a la hora de votar el juicio político que tiene a Víctor Pérez arriesgando ser suspendido mañana en la Cámara.
Como sea, hoy Undurraga y Cruz-Coke fueron a reunirse con el jefe de Interior, bajo la figura de encargados de las relaciones con el gobierno en este mapa. Mientras, el ruido provocado por la decisión del partido tiene a La Moneda y a otros actores de la derecha gobiernista sacando cuentas de cuánto de cálculo político mezclado con instinto de supervivencia hubo detrás de eso, por mucho de que los impulsores de la idea la justifiquen argumentando que ya estaban cansados de haberle insistido muchas veces al gobierno -y hace ya tiempo, aseguran, no ahora último- de encarar decisivamente la crisis en La Araucanía.
El discutido factor electoral
Lo primero que ven en Palacio, en los otros partidos de la coalición y en sectores de Evópoli es que acá pesó el electorado. Que tras el asesinato de Nain, Evópoli necesitaba dejar claro a sus votantes que el problema está en un gobierno que no ha tomado medidas y que el partido no es parte de ese déficit, sino que todo lo contrario. Declarar el “congelamiento”, apuntan estas visiones, busca evitar que les pasen factura por eso, especialmente desde el ala dura de la derecha y sobre todo luego de que en La Araucanía ganara el Apruebo.
Eso lo niegan de plano quienes apoyan la decisión de Kast y Molina. Contraargumentan que vienen pidiendo hace mucho tiempo que el gobierno intervenga y que la demanda de un “ministro encargado” es algo que Kast -según esta versión- le ha insistido varias veces al Presidente Sebastián Piñera, con quien se ha reunido al menos tres veces en los últimos meses, y que lo mismo le ha planteado a Pérez. Que, en el fondo, se hastiaron ante la falta de un plan. “Ha habido consistencia pura" en esto, insisten, recordando que esa petición la hicieron en enero del año pasado y marzo de éste, por citar ocasiones.
El asunto es que la IX Región es la zona donde el partido tiene más presencia y peso. Kast fue electo senador el 2017 con una votación tal que arrastró al Senado a Carmen Gloria Aravena (que después renunció a la tienda), en dupla con Molina, que había sido intendente por la zona en Piñera Parte I. Allá la UDI casi no existe y la disputa de poder es con RN. En ese partido milita el intendente Víctor Manoli, cuyo cometido critican en Evópoli -unos dicen que ha hecho poco, otros que ha sido sobrepasado-, y la sola petición de un “ministro encargado”, si Piñera la concede, implica desautorizar al jefe regional.
“Ellos querían tener al intendente allá", insisten desde Palacio. La gente de Kast lo niega, y si el gobierno les da una solución que les haga sentido, el asunto del ministro encargado podría no ser un intransable. Pero por lo mismo en Palacio hasta ironizaron con el “congelamiento regional” haciéndose preguntas como si entonces los seremis y otra gente del partido no iba a ir a trabajar a sus oficinas hoy. En Evópoli contestan que sí están trabajando, pero que Kast y Molina hablaron con los dos o tres seremis que tienen en la IX y otros funcionarios y les consultaron si tenían claro que tienen que estar dispuestos a perder sus cargos si esto escala; les dijeron que sí, según dichas versiones. Esto incluye al gobernador de Cautín, también militante.
El efecto plebiscito y las dudas de la primaria presidencial
La otra arista en la que se fijan en la derecha es si incidió o no en esto una cuestión de instinto de supervivencia política. Mientras día por medio se suman más nombres a la primaria presidencial de Chile Vamos (Joaquín Lavín, Evelyn Matthei, Mario Desbordes, Sebastián Sichel), Evópoli no ha anunciado si Kast va a competir de nuevo como lo hizo el 2017. Y que siendo senador por la IX y considerando el mapa post 25/O y lo que ha pasado en la IX, lo tiene más complicado.
El senador nada ha dicho ni tampoco ha manifestado pública disposición. En el partido hay quienes dicen que eso no se ha sincerado y otros que sostienen todo lo contrario. Entre los últimos explican que Kast aún no quiere salir a la cancha pública para no “desgastarse” prematuramente, y que un horizonte para hacerlo debería estar en enero. Aseguran que Evópoli sí va a competir en la primaria, que “jamás vamos a ir a apoyar a Evelyn Matthei”, pero que no desechan que el ungido termine siendo otro y no el senador por la IX.
Acá las cuentas que sacan dentro y fuera de Evópoli es que a Kast se le habría complicado la apuesta de querer perfilarse él y la tienda como una derecha más liberal y alejada de los cuadros duros al haber elegido como bastión una zona precisamente dura -en electorado de derecha- como La Araucanía. Y que desde el homicidio de Camilo Catrillanca en adelante, los hechos no le dejaron margen para alejarse de la derecha-derecha, aún cuando apostó por el Apruebo el 25 de octubre.
Pero su sector y el de Molina dicen lo contrario: que si fuera por eso, Kast se habría pasado al Rechazo y no se habría quedado en el Apruebo, que fue lo que hizo, en contraste a lo que hicieron -por ejemplo- Undurraga y Cruz-Coke.
En La Araucanía el Apruebo alcanzó el 66.84% y el Rechazo el 33.16%. Y eso cada uno lo lee de distintas formas. Para los críticos del “congelamiento regional”, la opción de Kast ganó por un margen estrecho; para sus adherentes y para él fue todo lo contrario: doblaron a la otra opción y eso le daría la razón. Los leales a Kast esperaban una derrota del Apruebo en esa zona.
Y sobre las dudas de la primaria, en Palacio algunos ven incierto que compita de nuevo en este ambiente, porque “si vuelve a perder quedaría como el ME-O de la derecha, que va una y otra vez sin conseguirlo”, y además porque siguen leyendo que le pesa en contra el mismo apellido que su tío José Antonio Kast. Hasta hoy hay dirigentes que leen que la alta votación que obtuvo como senador se debió en parte al efecto confusión del votante, que así como a veces le juega en contra, a veces a favor.
La gente del senador y sus aliados dicen otro cosa, claro. Que eso es falso porque Felipe compitió en la primaria 2017 antes de que José Antonio lo hiciera en primera vuelta y que por tanto no hubo confusión. Y que la derecha capitalina se equivoca el leer la IX como un bastión de derecha dura: que allá es “más abierta de lo que creen” y que por eso a él le fue bien en la senatorial (pese a la presencia RN) y que sacó más votos que su tío en la misma zona.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.