El peso de no tener fama: La tarea de los ministros menos conocidos de Boric
Aunque el gabinete del presidente electo tiene, en promedio, un conocimiento levemente inferior a otros gobiernos anteriores, hay 18 ministros que están bajo el 50%. Expertos precisan que no es un factor necesariamente negativo, sin embargo, algunos advierten que lo ideal es que los futuros secretarios de Estado comiencen a darse a conocer antes de asumir.
En cuanto a la conformación del gabinete del presidente electo Gabriel Boric, la generación del movimiento estudiantil -que irrumpió en la esfera pública hace ya casi 11 años- no necesita mayor presentación.
Según constató la medición de Cadem del pasado 30 de marzo, la ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob), Camila Vallejo lidera con un 93% de conocimiento, mientras que el secretario general de la Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson, alcanza el 82%. Le sigue la médica y ministra del Interior, Izkia Siches, con un 80%. Y aunque la doctora es contemporánea a los dos primeros secretarios de Estado y también fue parte de las manifestaciones estudiantiles de ese entonces, su alto conocimiento se debe principalmente a la pandemia en su antiguo rol como presidenta del Colegio Médico (Colmed), período en el que se posicionó como una “contraparte” a la autoridad sanitaria.
A estos tres primeros, se suman Mario Marcel (Hacienda), Carlos Montes (Vivienda y Urbanismo) y Maya Fernández (Defensa) con un conocimiento de entre el 66% y el 50%. Sin embargo, 18 de los 24 de secretarios de Estado tienen un índice de conocimiento inferior al 50% (ver gráfico).
Aunque el gabinete del presidente electo tiene, en promedio, un conocimiento levemente inferior a otros gobiernos anteriores, hay 18 ministros que están bajo el 50%. Expertos precisan que no es un factor necesariamente negativo, sin embargo, algunos advierten que lo ideal es que los futuros secretarios de Estado comiencen a darse a conocer antes de asumir.
A modo de comparación, los ministros de Boric tienen un 39% de conocimiento en promedio, mientras que Michelle Bachelet, en su segundo mandato, presentó un elenco inicial con un 42%. Por su parte, el primer cuadro ministerial de Sebastián Piñera, en esta administración, debutó con un 40%.
El académico de Escuela de Comunicación y Periodismo de la UAI, Andrés Scherman, explica que en todo nuevo gabinete suele ocurrir que un porcentaje importante de los nombramientos no cuente con altos niveles de conocimiento entre la ciudadanía, pero en esta ocasión, advierte, “es un poco más desproporcionado, porque tenemos un gabinete donde muchas de las personas no vienen de la primera línea política”.
Según la apreciación de Scherman, desde el nombramiento, en este período anterior a la instalación formal de los equipos, han existido pocas apariciones públicas de los mismos.
“No le han sacado todo el provecho a los nombramientos y los ministros han hablado muy poco. Las mujeres de este gabinete tienen historias potentísimas y el mejor momento es este, la previa a la entrada del gobierno, porque luego se tienen que hacer cargo de problemas propios del cargo. Por ejemplo, desde el minuto uno la ministra de Salud va a tener que comunicar las altas cifras de contagios de Covid-19, o el titular de Transportes, que va a tener que administrar esta alza de la tarifa que debería ocurrir en marzo”, comenta el académico.
Por ahora, la mayoría de los ministros -principalmente los sectoriales- están en un proceso de conformación de equipos de gabinete y comunicacionales para delinear sus estrategias. En educación, Marco Ávila, ya fichó a la periodista Paula García, mientras que Antonia Urrejola en Cancillería a Lorena Díaz.
Apoyo en los “más conocidos”
El consultor en comunicaciones y experto en marketing político, Cristián Leporati, asegura que debido a factores como el estallido social, la pandemia y las recientes elecciones, en la ciudadanía existe “una latencia mucho más relevante respecto a la política y también en particular del gabinete de Boric”, lo que sería importante “porque implica que hay un grado de atención e interés mayor, lo que facilita cualquier propuesta de comunicación”.
Leporati explica que una buena estrategia para que los futuros ministros sean más conocidos es que los “grandes nombres del gabinete”, como Camila Vallejo e Izkia Siches, “de alguna forma, cobijen y ayuden a difundir a los menos conocidos y también posteriormente a los subsecretarios”. Esto implicaría “mostrarse con el nuevo ministro que puede ser más joven, menos conocido, estar en reuniones; salir a terreno juntos, si el tema lo permite, hacer entrevistas en conjunto -como se hace en otros países- para potenciar los rostros”.
“Eso es super importante en un gabinete, sobre todo en una política extremadamente mediatizada, en la cual uno espera ver líderes de opinión y no solamente al presidente. Además, es super grave si solamente el líder de opinión es el presidente, porque al final se ‘quema’ más rápido”, agrega.
Así, explica que “regularmente, en Chile los gabinetes cada uno tiene sus equipos de comunicaciones en los ministerios y en función de eso van trabajando. Pero creo que todo es tan distinto, el presidente electo es un perfil distinto en la historia reciente. Y, por lo tanto, hay que hacer algo distinto respecto al pasado y yo espero en eso que los grandes nombres del gabinete de alguna forma cobijen y ayuden a difundir a los menos conocidos”.
Conocimiento y valoración
Como exdirectora de comunicaciones del gobierno de Michelle Bachelet, Paula Walker conoce bien el proceso de instalación de un gobierno. Aborda que el menor conocimiento de este gabinete en particular se explica pues “durante muchos años nos acostumbramos a los mismos nombres, que en un punto iban cambiando de cartera. Y en este caso es un gabinete bastante fresco, joven y, por lo tanto, con un cierto grado de desconocimiento por parte de la élite de la opinión pública. Pero hay otra porción de esa opinión que los conoce, probablemente a la ministra de Cultura, si uno pudiera preguntarle a ese sector de cultura, la conocen mucho, pero tal vez no es un liderazgo a nivel nacional”.
Sin embargo, apunta a que el conocimiento por sí solo no es la clave, ya que también es relevante la valoración positiva. Y en eso, el elenco en general parte desde un buen pie. Según el mismo sondeo, un 59% evalúa positivamente al gabinete del presidente electo Gabriel Boric.
“Todos los ministros y ministras que tengan una alta exposición pública, principalmente en la televisión, suben rápido en el nivel de conocimiento. Pero no es solamente ser conocido, es ser conocido y tener una valoración positiva de parte de la opinión pública, que son dos cosas que deberían funcionar juntas”, advierte Walker. Y para lograr esto último, dice, “los ingredientes que no pueden faltar son: un buen diseño, un buen diagnóstico y mucho trabajo”.
Coincide con Walker el académico Claudio Salinas, director del magíster en comunicación política de la U. de Chile. En parte, dice, beneficia al “primer tiempo” del gabinete que los ministros sectoriales sean menos conocidos y la mayoría expertos en sus áreas. “Creo que es positivo que los ministros no sean conocidos. La mayoría de los ministros son especialistas en su área, es gente que tiene mayor trayectoria y que no necesariamente proviene del establishment que está bastante a mal traer en torno a la representación política”, asevera.
“No han sido impugnados sus currículums”, agrega Salinas. “Pienso que extiende el oxígeno o esta luna de miel de Boric con la ciudadanía, porque pese al desconocimiento que hay de buena parte de las personas encuestadas en esta Cadem, hay un alto apoyo a la estrategia que utilizó para elegir al gabinete”, concluye.
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