El Salmón sale del agua: Andrés Calamaro y su honestidad brutal con la izquierda
El argentino nacionalizado español publicó en Facebook un texto que fue interpretado por algunos como una muestra de apoyo a Vox, el partido de extrema derecha español. Pero sus últimos posteos son parte de un creciente distanciamiento con el progresismo y "la superioridad moral de la izquierda de los papanatas", como aseguró hace tres años.
"Prefiero el vértigo de los patriotas y reaccionarios, a su manera me representan más que los moderados", dijo esta semana Andrés Calamaro (57) en un extenso posteo en su cuenta de Facebook. Una publicación que mostró al músico argentino -nacionalizado español- decepcionado de la izquierda, y que ha sido interpretada como una muestra de apoyo a Vox, partido de extrema derecha, ad portas de las elecciones generales que se realizarán este domingo en España.
De hecho, los posteos de "El Salmón" -como se conoce al cantautor trasandino- llegaron tras el debate que la televisión ibérica transmitió el martes pasado, entre los cuatro candidatos a la presidencia de gobierno español: Pablo Casado (Partido Popular), Pedro Sánchez (Partido Socialista Obrero Español ), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidos Podemos).
"Me cuesta elegir entre estos cuatro muchachos", declaró el músico. "Como me importa el bien común, además de mi bien común que todavía tiene algo que perder, me abstengo de apoyar a los candidatos presentados anoche en la televisión. Los oráculos me advierten de la posibilidad incómoda, los patriotas que piensan en los obreros y en la gente de trabajo pero sin ademanes progresistas para la platea".
Sus dichos se enmarcan en un creciente distanciamiento con el progresismo y "la superioridad moral de la izquierda de los papanatas", como aseguró hace tres años en una columna de opinión. "No soy optimista con la izquierda de los narcisistas, charlatanes, inquisidores, puritanos y moralistas. No soy optimista con la izquierda de la prepotencia, con los pactos que no responden ni reflejan a las mayores voluntades, ni con las prohibiciones seriales", agregó.
En ese mismo texto, declaraba que "coqueteaba con la izquierda revolucionaria hace cuarenta años, hasta que cierto nihilismo en clave de cine americano y cultura rock me reconvirtió en un actor dudoso para la superioridad moral de la izquierda de los papanatas".
Y también, que en los últimos años se ha enfrentado "con normalidad a puritanos, moralistas y reaccionarios, por el sencillo hecho de ser yo mismo y a mi manera".
Es un discurso sostenido en los últimos años. Su mayor distancia es con partidos como Podemos, conocido por su rechazo a la tauromaquia -usar los toros para diversas prácticas como corridas-, algo que Calamaro apoya y celebra abiertamente. De hecho, el trasandino es opositor al Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), "por razones evidentes que no son el calentamiento global ni el equilibrio ecológico", ha dicho.
"Creo que si no existiese internet no existiría la oposición frenética a la existencia de las corridas de toros", dijo a fines de 2018 al medio español ABC. "Estas intervenciones morales son francamente desagradables; la inteligencia es amoral. Puedo admitir cuestiones estadísticas o jurídicas, pero oponer una moralidad supuestamente superior, o más sólida, es un delirio. Si la izquierda es verdadero caviar, entonces van a bajar un poco el tono delirante de las hordas justicieras que celebran las heridas de un torero y luego exigen mayor empatía".
Un año antes, previo a los shows que realizó en Chile en 2017 -tras la salida de su disco Volumen 11 (2016)-, el intérprete de Flaca habló con La Tercera sobre el "discurso políticamente incorrecto" o "corrección política", de la que se le acusa reiteradamente. "La 'corrección política' fue pensada como momento de atención a las desigualdades y a los desposeídos, pero terminó convirtiéndose en una especie de cruzada moralista en Internet", dijo entonces.
Más atrás, en 2016, Calamaro causó polémica por otro tema, al compartir el video de un youtuber español donde se hacía una parodia al feminismo. Frente a las opiniones encontradas que generó -en una época previa al estallido feminista de los últimos años-, el artista justificó: "No hay límites para el humor… Si ponemos límites porque toca una fibra sensible, entonces le ponemos límites a la libertad, después de todo cualquier idea puede ofendernos: los ateos irritan a los religiosos, los occidentales a los musulmanes, y un larguísimo etcetera".
Frente a las críticas que despiertan sus opiniones, y tras la polémica de esta semana, Calamaro declaró: "Tauromaquia, derechos de las mujeres, despenalización de la marihuana… no son cuestiones ideológicas, trasciende. Puedo ser aficionado a los toros, republicano y comunista, y lo soy… pero respeto las instituciones en España". Y agregó: "desconfío de la gente que realmente cree que tiene principios más elevados que los míos".
Calamaro lo ha tenido claro: "Mi vocación por el discurso políticamente incorrecto es mi bandera".
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