El último viaje de la momia extraterrestre chilena

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AFP

Fue hallada en 2003, cerca del poblado salitrero de La Noria, en la Región de Tarapacá. Por el aspecto coniforme de su cabeza se la tildó de "alienígena". Finalmente, era un feto con muchas patologías y una data de 40 años, que hoy está en poder de un empresario español. Tras una denuncia del Consejo de Monumentos Nacionales, la PDI y la fiscalía indagan un eventual delito por exhumación en un sitio patrimonial.


Ocho meses llevan ya las pesquisas de la Fiscalía de Pozo Almonte y la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural (Bidema), de la PDI, para reconstruir una historia singular: la "Momia de Ata" o "Niña de La Noria", pero que hace 15 años de hizo mundialmente conocida como "La momia extraterrestre". Tal cual.

Fue a fines de 2003 cuando comenzó a aparecer en diferentes medios de comunicación el hallazgo de un pequeño esqueleto de Atacama -por eso apodado Ata-, de 15 cm, que llamaba la atención por el aspecto coniforme de su cabeza.

La criatura paso de ser un ET a una momia y luego a algún tipo de primate. Sin embargo, científicos de la Universidad Stanford finalmente concluyeron que se trataba de un feto humano, de sexo femenino, con signos de haber sufrido una serie de patologías .

Esa fue una parte de la historia. La otra, que sigue aún en desarrollo, es la arista policial, producto de la investigación que pretende determinar si la exhumación ilegal de estos restos humanos, realizada en 2003, en las cercanías de la iglesia del poblado salitrero de La Noria, ubicado 60 kilómetros al interior de Iquique, provocó perjuicios en un sitio patrimonial protegido por la Ley N°17.288 sobre Monumentos Nacionales.

El fiscal de Pozo Almonte, Hardy Torres, explicó que, tras la denuncia del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), interpuesta en marzo por eventual daño patrimonial,  se inició este particular proceso indagatorio.

"Encargamos en mayo (pasado) a la Bidema que efectuara las diligencias que nos permitieran establecer el sitio exacto donde fueron exhumados los restos, y si este lugar corresponde a un sitio patrimonial que pudo ser vulnerado y alterado", explicó Torres.

A partir de ello, armaron el periplo de la "momia".

Del "espacio" a Europa

Las pesquisas ordenadas por el Ministerio Público han incluido la revisión de publicaciones de 2003 en adelante, cuando se dio a conocer la venta en Iquique del feto, el cual finalmente llegó al coleccionista español Ramón Navia-Osorio, cuando muchos todavía pensaban que se trataba de osamentas de un ser alienígena.

Aquella creencia fue descartada por el profesor de microbiología de la Universidad de Stanford,  Garry Nolan. A través de una publicación en la revista científica "Genome Research", confirmó que, a solicitud del coleccionista español, amante de la ufología, estudió su ADN y determinó que se trataba del esqueleto de un feto femenino, con múltiples malformaciones, como enanismo y escoliosis, y con una antigüedad de sólo 40 años.

La interrogante es, ¿cómo fue su periplo, desde 2003, cuando alguien la desenterró?

El jefe de la Bidema de Arica y Parinacota, Roberto Bustos, sostuvo que las diligencias efectuadas en el pueblo abandonado de La Noria, y en Iquique, "han arrojado resultados favorables respecto de individualizar y entrevistar a quienes tuvieron directa relación en el país con este cuerpo momificado. Pese a la época de transcurrido los hechos, se continúan las tareas investigativas a fin de dar una clara respuesta al Ministerio Público".

$ 30 mil y "mala suerte"

Fuentes ligadas a la investigación, señalan que hace una semana, la PDI logró reconstruir la historia completa del hallazgo y posterior salida del cuerpo momificado hacia Europa.

En Iquique, por ejemplo, la Bidema entrevistó a un conocido huaquero de la zona, nombre con el que en esta región se denomina no a un clásico buscador de tesoros, sino a quienes derecha e ilegalmente extraen piezas arqueológicas y las comercializan.

El sujeto, de iniciales O. M., habría reconocido el desentierro de este particular esqueleto en las cercanías del templo de La Noria, y que luego lo habría vendido en $ 30 mil a un residente de la misma ciudad.

El comprador habría dejado los restos a cargo de su hermano. Este último, en su declaración ante la policía, contó que decidió deshacerse de la "Momia Ata", porque le había traído "mala suerte".

Finalmente, la historia policial indica que este último testigo habría accedido a la sugerencia de un ufólogo boliviano, a quien conocía, de entregar el pequeño cuerpo al coleccionista español Navia-Osorio, quien actualmente tiene a la "Momia de Ata" en Barcelona, bajo la promesa de que se haría una investigación respecto del verdadero origen del cuerpo.

Sobre la eventual devolución de los restos humanos, que en marzo pasado reclamó la comunidad científica chilena, denunciando la vulneración de principios éticos por la realización de una investigación en un cuerpo que fue tratado como "mercancía", el fiscal Hardy Torres dijo que "lo primero que estamos haciendo es despejar lo que nos ha pedido el Consejo de Monumentos Nacionales. Eso apunta a determinar si hubo daño patrimonial. Habrá que ver si tenemos competencia para esa medida o si debe ser otro organismo el que la ejecute".

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