Enrique Correa y la crisis: "El país no tiene garantizado su futuro mientras no se restablezca el orden público"

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Enrique Correa. FOTO:FRANCISCO LONGA/AGENCIAUNO

"Ruta constitucional, desempeño de la economía sobre cero y mantención del Presidente hasta el fin del período. Si Chile logra estos tres propósitos, las cosas irán mejor. Todo depende del orden público. Si no se reestablece, los tres propósitos anteriores pueden quedar en entredicho", dice el exministro en un análisis que colgó ayer en el sitio web de Imaginaccion.


"La situación chilena: Coyuntura y escenarios". Así se llama la columna que ayer el presidente de Imaginaccion, Enrique Correa Ríos, subió al sitio web de la consultora. En ella realiza un análisis político de la situación del país tras el 18 de octubre, el que califica como "notas" que pretenden "proyectar escenarios futuros de mediano plazo, desde los menos probables a los más probables".

El exministro del gobierno de Patricio Aylwin parte por establecer que "después de casi cuatro meses de crisis, el país no se derrumbó".

"Su economía ha tenido meses muy malos, sin embargo no se ha quebrado y los factores claves o pilares de su solidez macroeconómica (sistema bancario sólido, Banco Central autónomo, apertura económica y política fiscal responsable) siguen sólidos, sin riesgo inminente que los amenace", asegura. Un diagnóstico parecido hace de las instituciones políticas donde incluso aquellas que han "sufrido más daño, Presidencia de la República y Congreso, siguen funcionando con normalidad y la discusión de las leyes en el parlamento sigue su curso".

"Ni la economía está en recesión, ni las instituciones de Estado se han desplomado, lo que da muestra de la solidez del andamiaje político, económico y financiero chileno. Pero todo esto no es suficiente", continúa. ¿Por qué? "Porque su funcionamiento normal convive con un país en situación de anormalidad. La vida cotidiana de la gente común sufre grandes alteraciones y la violencia no sólo no termina ni decae, sino que gana terreno y legitimidad", responde.

Correa señala que hay una "imposibilidad" por parte del Estado de restablecer el orden público. "En el centro de la ciudad, la Plaza Italia se ha transformado en un lugar que, por largos momentos, queda fuera del alcance de la policía y del Estado de Derecho. El país vive, o sobrevive, por las fortalezas acumuladas en esta década, pero no tiene garantizado su futuro mientras no se restablezca el orden público", advierte.

En ese sentido, el exmilitante PS critica a su sector y plantea que las violaciones a los DD.HH. son sensibles para la imagen de Chile ante el mundo. "La violencia no ha sido condenada con energía por el mundo político, especialmente por el de oposición. Enfrentamos una crisis policial de envergadura. Carabineros no ha sido capaz de sobreponerse y derrotar a la violencia. Ha sido, hasta el momento, derrotado por ella. En los enfrentamientos y detenciones propias de los incidentes, ha surgido un número alto de violaciones a los Derechos Humanos. El tema es muy sensible para el país y para su imagen en el mundo, por su trágica historia de violación de derechos fundamentales durante la dictadura".

Más adelante, Correa profundiza en el tema de la violencia y asegura que han sido tres los actores causantes: el narcotráfico, los anarquistas y las barras bravas del fútbol.

Rechazo a Piñera: "Especialmente peligroso"

Correa profundiza en la desconfianza a las instituciones que han mostrado consecutivamente las encuestas, y asegura que "especialmente peligroso, por nuestra historia, es la extrema debilidad del apoyo al Presidente. Si bien la crisis es más general y el enojo más multifactorial, ella se concentra con mucha fuerza en el rechazo al Presidente Piñera. La continuidad de los presidentes en sus cargos por todo el periodo que fueron electos es un valor de la institucionalidad chilena. La posibilidad de que se derrumbe y se vea obligado a irse antes del fin de su mandato representa un alto riesgo para el país. Si ello ocurriera, el daño para Chile sería mayor".

Y se detiene en la "elevación de los grados de fanatismo, condena y agresión al que piensa distinto" en la cual -según su análisis- las redes sociales "juegan un gran papel". "Incluso son criticados y vandalizados sus símbolos, como la estatua de Alexis Sánchez o los discos de Paloma Mami, sólo porque éstos no se han pronunciado a favor de las movilizaciones. Algo parecido al fascismo, que ha ido convirtiendo al país y a la ciudad en un lugar hostil".

El origen: "Desplome económico de la clase media vulnerable"

Correa plantea que la crisis que vive Chile "no es el producto de agitadores extranjeros" ni "una explosión inmensa contra el neoliberalismo". Según él, la respuesta es empírica y radica en "el desplome económico del sector más vulnerable de la clase media, la capa inferior del C3. Son los recién llegados de la clase media con la pobreza a la vuelta de la esquina. Satisfechos con su progreso al salir de la pobreza y con miedo, a veces con pánico, ante el peligro de retornar a ser pobres".

Ese temor, dice, se concentra "en las bajas pensiones y en la incapacidad del sector público de resolver enfermedades catastróficas, es decir, en volver a ser pobre cuando el fin de la vida se avecina". A ello se le suman "estos años de estancamiento económico. Bajísimo crecimiento en el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet, el que el segundo gobierno del presidente Piñera no logró mejorar".

Por ello, plantea, el alza de la luz y del metro en octubre "rebalsó las posibilidades de muchos presupuestos familiares, muy estrechos y fuertemente endeudados. Por ello, respaldaron con simpatía las primeras acciones pacíficas contra el metro (...) y rechazaron con energía la criminalización de esas acciones por parte del gobierno".

Ante eso, Correa desliza que "sólo una agenda social potente, ingresos mínimos más altos, mayores pensiones ahora, ayuda en la compra de medicamentos y mejores seguros de salud, debieran ser la clave de la solución".

El lado positivo

Correa también destina, por último, un espacio al aspecto positivo de la crisis. Primero destaca el acuerdo por una Nueva Constitución; y, segundo, la "fluida relación de acuerdos" entre el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, los senadores de la comisión de Hacienda y el presidente del Banco Central, Mario Marcel.

Respecto del plebiscito, afirma que "probablemente su resultado será más equilibrado que el que aparece ahora en las encuestas. Lo más seguro es que gane la opción de aprobación a una nueva Constitución, pero que la opción "rechazo" consiga el 30% o más (algún número entre 30 y 40). Un 40% sería un gran éxito para los que sustentan el rechazo".

"Ruta constitucional, desempeño de la economía sobre cero y mantención del Presidente hasta el fin del período. Si Chile logra estos tres propósitos, las cosas irán mejor. Todo depende del orden público. Si no se reestablece, los tres propósitos anteriores pueden quedar en entredicho", insiste.

"Más precisamente, todo depende de cómo resolvemos la cuestión policial. Recurrir a los militares como última instancia no cuenta con la simpatía ni la aprobación militar (...) Si no hay arreglo para un desempeño mejor de Carabineros, muchos quisieran armarse para guardar su seguridad y el de su propiedad o negocio. Si así fuera, este es el peor escenario para el mediano plazo chileno".

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