“Fue único”... “Hoy sería opinante respecto del estallido social”...: El juicio que hace de Felipe Camiroaga el número uno de su generación
A nueve años de su muerte en el accidente de Juan Fernández, rostros de TV cercanos al comunicador como Katherine Salosny, Martín Cárcamo y Carolina de Moras, así como expertos del área, analizan su carrera y cómo marcó la TV de los 90 y los 2000.
“Hoy en la mañana me levanté y pensé ‘no puedo creer que hayan pasado 9 años’. Escuchaba en el matinal la voz de Felipe y está tan vivo para mí”, expresa Carolina de Moras al ser consultada por la conmemoración del accidente aéreo de Juan Fernández, que cobró la vida de 21 personas, entre ellos el animador Felipe Camiroaga.
Por entonces De Moras era la compañera de labores del conductor en el matinal Buenos días a Todos, programa que perdió en total a cinco miembros del equipo. Sobre el legado de su colega, la conductora de TV reflexiona: “Creo que Felipe fue único. En un estilo donde las animaciones eran tan quizás estructuradas o rígidas, él vino a desordenar y naturalizar una animación mucho más cercana y horizontal con el público”.
Otra emblemática compañera televisiva y conocida amiga de Camiroaga es Katherine Salosny. “Yo creo que era el mejor, llegó a ser el mejor, por su capacidad histriónica, por cómo se diversificaba, no solo como comunicador, conductor y animador, sino también por su veta actoral, por su ímpetu de estar en las comunicaciones de una manera tan profesional, el ángel que tenía, y un trabajador de la TV”, comenta Salosny a La Tercera PM.
Y rescata una dimensión adicional: “hacia el último tiempo fue un tipo con opinión, y eso la gente lo valoró mucho. Hoy por ejemplo Felipe podría ser un tipo opinante respecto a todo lo acontecido al estallido social”. Salosny recuerda con esto un episodio en el matinal de TVN cuando Camiroaga emplazó al entonces ministro del interior Rodrigo Hinzpeter, para pedir al gobierno que se opusiera a la termoeléctrica Barrancones, cerca de Punta de Choros. “Lo hizo con mucha vehemencia, desde una gran convicción, fue una presión brava y eso se detuvo al final”, rememora la animadora.
“Y yo creo que no ha habido otro como él”, continúa su ex colega en el matinal de TVN, “tengo la sensación que no hay otro como él hoy día, el marcó un precedente como animador muy potente. No siento que tenga un símil hoy día. Tenemos excelentes comunicadores pero nadie como él, estaba a otro nivel, y con una carrera por delante brutal que se truncó por esta tragedia”.
Martín Cárcamo, cercano a Camiroaga y ex colega de canal, también opina al respecto. “El espacio que dejó Felipe no se va a llenar nunca, creo que no tiene parangón ni comparación. Creo que Felipe era único, que el llenó un espacio completo en el corazón de las personas. Y yo siempre lo vi así, hay una generación, está Julián (Elfenbein), estoy yo, que nos formamos con él y que compartimos, trabajamos, yo soy casi 10 años más chico que Felipe, entonces obviamente hay mucha influencia de él, pero en ningún caso es comparable. Él era de un talento extraordinario. Hay comunicadores que son multitalentos, y también a él lo acompañaba su carisma y era muy buen mozo, entonces era una persona muy completa, y creo que ese vacío no se va a llenar nunca”, dice Cárcamo.
De Moras, por su lado, destaca otro valor adicional: “Felipe siempre entendió que las relaciones siempre eran horizontales, no había el divismo del animador ni el abuso extremo de la autoridad por ser el representante televisivamente. Por eso existe esa complicidad, el buen trato, el tratar que todos se sintieran iguales, no hacía diferencias, y para mi particularmente fue una súper buena escuela de ver cómo el siempre cuidó mucho a su equipo, sabía el nombre de cada uno, sabía su historia, y si había alguien que lo pasaba mal él claramente estaba ahí listo para escuchar”.
Coincide en ese punto Salosny. “El era un gran cohesionador de equipos, era un tipo súper humilde y le gustaba crear cofradías, tenía sus cofradías con los camarógrafos, todas las personas que estaban detrás de cámara amaban a Felipe”, recuerda la ex rostro de Mega.
Respecto al legado de Camiroaga como animador, el crítico de TV de La Tercera, Rodrigo Munizaga, analiza: “Creo que con el paso del tiempo, y como suele suceder con la gente cuando muere, en determinados casos la figura crece y se olvidan los matices, y eso fue lo que sucedió con Felipe Camiroaga”.
Munizaga continúa: “A mi me parece que es uno de los animadores más importantes que ha tenido la tv chilena, pero obviamente la opinión de uno está muy tocada por el accidente drástico que tuvo. En el momento en que murió me parece que era uno de los mejores animadores que hubo, mejor conductor que animador la verdad, ahí hay un matiz. En espacios relativamente reducidos conducía muy bien, pero animar, que fue lo que hizo en el Festival de Viña, lo animó muy mal. El además estuvo de acuerdo con eso, hizo un mea culpa con eso”.
Para el crítico, Camiroaga “tiene un estilo que lo siguió Martín Cárcamo, Julián Elfenbein, y otros animadores, José Miguel Viñuela, que trataron tras la muerte de Camiroaga, o no sé si ellos o a lo mejor los ejecutivos de canales trataron de llevar a sus animador hacia allá, a ese animador que conversaba con los camarógrafos, con el director, que se reía, que le coqueteaba a todas las mujeres, pensando que la tv la ven más mujeres. Y ese lugar no lo ocupó nadie”.
La figura de Camiroaga ha salido en estos días a colación por otro hecho: el caso José Miguel Viñuela, siendo nombrado en la demanda del camarógrafo José Miranda, a quien Viñuela cortó el pelo en el matinal de Mega, Mucho Gusto. En el texto se recuerda de hecho su distendido modo de animación, sus bromas al equipo, pero siempre con respeto hacia ellos. “Camiroaga no lo hacía con cualquier persona. Camiroaga no se desataba con cualquier invitado o con cualquier camarógrafo, hay que ser justos. Lo hacía con el productor Gustavo Cariaga, que le gustaba eso y lo hacía con él, y le sacaba la camisa, o se la rompía, pero no es que Camiroaga lo hiciera con todo el mundo. Yo creo que no habría hecho algo como lo de Viñuela”, considera Munizaga.
Y en un presente ficticio, el crítico añade: “si Felipe Camiroaga estuviera vivo, tal vez se habría retirado, tal vez se habría mandado algún condoro. Estoy seguro que no sería el número uno en estos momentos porque los tiempos cambiaron, ni siquiera Mario Kreutzberger hoy en día es un número uno. Los formatos importan más que los conductores. El concepto de ’rostro’ que encarnaba Felipe ya no existe, ya no importa. Un rostro ya no vende como vendía antes, ni cobra ni puede cobrar lo que cobraba antes”.
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