¿Heller vende o se queda? Las últimas horas del dilema que consume a la U
El máximo accionista de Azul Azul está cumpliendo una rigurosa cuarentena tras retornar a Chile por viajes de negocios. Conversaciones telemáticas con sus abogados, asesores y hasta con Cristián Aubert, el presidente de la U marcan su confinamiento. Mañana vence la oferta que tiene sobre la mesa para traspasar el total de sus acciones.
Carlos Heller sigue deshojando la margarita. Se deshace de sus acciones en Azul Azul o se retracta. Mañana viernes vence el plazo para formalizar la aceptación de la oferta que tiene sobre la mesa, pero aún no lo tiene claro. No sabe con exactitud quién está detrás y sospecha. En el desayuno piensa que vende, parece convencido. Y en el almuerzo se arrepiente y decide que se queda, entiende que no puede dejar la U en manos de cualquiera. Acaba de llegar de Estados Unidos y está recluido en su domicilio, cumpliendo la cuarentena, sin reuniones sociales. Con una sola cosa en la cabeza.
Un confinamiento para meditar. A través de llamadas, estudia el caso con sus abogados y asesores comerciales. Lo comenta con sus cercanos. Y duda y duda. El dilema que tiene en vilo a Universidad de Chile apura sus últimas horas. Lo seguro es que agotará el plazo, asegura uno de sus hombres de confianza. Hasta mañana no dará a conocer su respuesta.
El empresario ha conversado con diferentes actores del equipo estudiantil. Mantiene un diálogo fluido con Gonzalo Rojas, miembro de la mesa del club que está supervisando la venta de la institución. Hace unos días se comunicó con Cristián Aubert, su escogido para asumir la presidencia del club hace unos meses. El ingeniero comercial le manifestó a Heller que la institución bien administrada dará frutos. Y que confíe en que los números, tanto en lo deportivo como económico, repuntarán. En la cancha, al menos, ya se ve un plantel más competitivo.
Heller no quiere equivocarse. No saber quiénes son los oferentes frena sus intenciones de vender la totalidad de sus acciones (63.07%), pues no quiere entregárselo a representantes. Y sospecha que algunos de ellos están detrás. “No voy a vender si no conozco al comprador. No me da confianza vender la U a alguien que no conozco”, decía hace unos días el empresario a La Tercera. A sus más cercanos les repite que no va a permitir que llegue cualquier personaje a hacerse cargo de la institución.
Los oferentes aseguran que retractarse ahora del negocio le significará a Heller una millonaria multa como indemnización. En el grupo cercano al accionista mayoritario niegan la mayor. Dicen que no hay cláusula de penalización. Aseguran que en el acuerdo firmado el pasado 4 de septiembre, se establece que “el contrato se suscribirá una vez que las partes estén acorde a sus términos, fecha que no podrá ser más allá del día viernes 25 de septiembre de 2020”. En este punto, se escuda Heller para argumentar su derecho gratuito a frenar la operación. Que la carta no es vinculante hasta el momento de firmar el contrato. Los abogados de una y otra parte le dan vueltas y vueltas a lo firmado.
Heller sigue meditando. Se tomará hasta mañana para responder si acepta o rechaza una oferta a la que le quedan pocas horas de vigencia. Sus más cercanos aseguran que la venta está más cerca de romperse que de concretarse. Que no venderá si no conoce a los oferentes, y estos siguen sin salir a la luz. Solo se conoce que Redwood Capital, el banco contratado para la ocasión, acordó con Inversiones Alpes, sociedad a través de la cual Heller participa en la concesionaria, poner como fecha máxima para la firma el día de la transacción el día de mañana.
La compra involucraría más de 28 millones de acciones y pondría fin al ciclo de Heller en la U tras seis años como máxima cabeza. . Sí se sabe que el empresario Michael Clark Varela aprovechó su dualidad de funciones como socio de Redwood Capital (asesor financiero de la venta) y como miembro del directorio de Sartor Finance Group (administradores del fondo de inversión que ofertó), para proponer a este último grupo financiero el negocio a fines del año pasado. Desde ahí se armó un fondo privado denominado Azul Azul. Sartor aporta alrededor del 20% del dinero, mientras que del 80% restante, un poco más de la mitad será provisto por inversores estadounidenses y la otra parte por cinco empresarios chilenos, de los cuales cuatro son fanáticos de la U y el quinto un conocido hombre de negocios. Estos últimos, sin embargo, siguen sin presentarse y generan suspicacia en el empresario que toma una de las decisiones más importantes en lo que se refiere a su mundo de negocios. Quiere saber quién son y los reclamados no tienen ninguna intención de identificarse.
Desde la casa de estudios también manifestaron su preocupación por los inversores que recalarían en el CDA. “Desde la Universidad estamos preocupados por el futuro del club si es que Carlos vende”, señaló Andrés Weintraub, director de Azul Azul, y representante de la casa de estudios, a La Tercera. "Sabemos que Carlos no venderá sus acciones a cualquier persona que no se identifique plenamente con los valores del club. El club y la universidad comparten los mismos valores y eso lo tenemos bien claro. Hay una insignia y una historia que respetar. Esperamos que los nuevos accionistas, si llegan, sean tan hinchas como Carlos y que su único fin sea potenciar más a la U ", agregó.
Heller vende, Heller no vende. Al dilema que consume a la U le quedan solo unas horas para resolverse.
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