La dura réplica de las Madres de Mayo tras mensaje de Alberto Fernández por muerte de Hebe de Bonafini
Figura clave de la política argentina posdictadura, Bonafini mantuvo una compleja relación con el mandatario, pasando desde un apoyo con reticencias al inicio de la gestión hasta una crítica mirada, muchas veces más dura que la de la propia oposición.
Una generalización por parte del Presidente de Argentina, Alberto Fernández, fue todo lo que bastó para desatar una dura respuesta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, tras la muerte este domingo de su histórica líder, Hebe de Bonafini, quien falleció a los 93 años.
Calificando su mensaje como un “insulto”, la réplica se dio a través de Twitter, donde el mandatario expresó su pésame por el fallecimiento de una de las figuras más importantes en la lucha por los derechos humanos en el país trasandino. “Con la partida de Hebe de Bonafini perdimos una luchadora incansable. Reclamando verdad y justicia junto a las Madres y Abuelas, enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección. Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe”, escribió Fernández.
El problema, criticaron desde la cuenta oficial de la organización Madres de Plaza de Mayo, habría sido el nombrar a las Abuelas de la Plaza de Mayo, institución distinta a la que presidía Bonafini. “Sr. Presidente no se perdió nada, el legado de las Madres vive en el pueblo. Relacionar la lucha de nuestra Presidenta con otra organización es un insulto. Por suerte Hebe hizo público todo lo que pensaba de usted”, replicaron duramente a través de la red social.
La mala relación entre Fernández y la organización, pero puntualmente con Hebe de Bonafini, se arrastraba desde hace meses. Diferencia enfocada principalmente en la gestión del mandatario, excluyendo a la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
Diferencias intensificadas
Si al inicio de la gestión del Frente de Todos, las Madres de Plaza de Mayo demostraban un apoyo reticente al gobierno de Fernández, poco de eso quedaba ya para finales del año pasado.
Cuando el mandatario iniciaba el camino a una de sus crisis más duras, durante el descalabro de Ministerio de Economía, Bonafini aparecía como una de las voces más críticas de las decisiones gubernamentales.
Durante las negociaciones iniciales del país trasandino con el Fondo Monetario Internacional (FMI), incluso antes de que se cerrara cualquier clase de trato, la activista por los DD.HH. cuestionaba las tratativas. “¿A qué llama honrar la deuda, señor presidente? ¿A ponerse de rodillas con el Fondo? No se acostumbre a mentir, si no va a parecerse mucho a alguien que ya conocemos”, dijo durante marzo.
Los dardos de Bonafini tenían nombre y apellido: Martín Guzmán, el entonces ministro de Economía. Y los cuestionamientos no hicieron más que empeorar cuando se concretó el acuerdo con el FMI. “Están negociando el hambre de la gente. Estoy disgustada, no solo porque el presidente me mintió. Quiero que la gente sepa que no tenemos nada que ver con este acuerdo. Jamás permitiríamos que un hombre como Guzmán, que está negociando con el Fondo, lo haga con el hambre del pueblo”, aseguró entonces la líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. En una carta abierta, Hebe de Bonafini pidió “perdón de rodillas, por no haber logrado convencer al Ejecutivo de no pagar”, agregando que para ella fue “un mazazo al corazón, no nos escucharon”.
Asimismo, cuando a principios de noviembre de 2021 el gobierno de Alberto Fernández planificaba el cierre de la campaña del Frente de Todos en el Parque Néstor Kirchner, una carta de invitación de la coalición gobernante fue directamente rechazada por la figura clave entre los movimientos de derechos humanos de Argentina.
“Me dijo que para él era un placer que participara, pero para mí no era un placer. Es un acto que armó para él y habló como un pastor evangélico”, dijo Hebe de Bonafini en su clásico tono duro. Para aquel entonces, la dirigente ya demostraba abiertamente sus reparos con la administración de Fernández, a quien calificó en la ocasión de “blandito”. Y ampliando sus críticas al gabinete, agregó: “En este gobierno hay muchos con esa condición”.
Según el diario argentino Clarín, la activista fue muchas veces más dura con el gobierno que la propia oposición. En marzo de este año, consultada por Futurock, la dirigente aseguró que “mucha gente del Frente de Todos no tiene nada que ver con nosotros. A medida que muestra su cara, Alberto no tiene nada que ver con el proyecto kirchnerista. Está mucho más a la derecha que cualquiera”. Cristina Kirchner se había reunido previamente con Bonafini –donde la vicepresidenta asistió personalmente a la sede de la Fundación, detalló la prensa local–, y las críticas no hicieron más que aumentar.
La relación K
Entre los saludos públicos a la figura de Bonafini, el de Cristina Kirchner fue uno de los más esperados. “Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”, dijo la vicepresidenta.
Su relación era especialmente cercana, en contraste con la del Presidente Alberto Fernández. Mientras la dirigente criticaba en duros términos tanto al actual ministro de Economía, Sergio Massa -incluso antes de que asumiera-, y al propio mandatario, Bonafini siempre dedicaba palabras de cariño a la líder kirchnerista.
Según Clarín, incluso antes de que el ministro asumiera, desde las Madres de Plaza de Mayo ya criticaban su figura. “No podemos pensar en estar unidos con cualquiera. No puedes unirte con Massa, que es lo contrario de lo que pensamos nosotros, que se lo pasa yendo a Estados Unidos viendo que negocio puede hacer”, dijo Bonafini meses antes de que Massa llegara al cargo. Tras la renuncia de Guzmán, aseguró que le daban “ganas de tenerlo cerca para trompearlo”, en referencia al exministro, y agregó que el mandatario “también nos miente, está pateando para el otro lado”. La crítica era total.
En la otra vereda, las palabras positivas hacia la vicepresidenta abundaban. “La queremos presidenta para siempre, vitalicia. A nuestra querida Cristina. Ella, sea lo que sea, va a ser siempre presidenta en nuestro corazón. Es brillante y nos da esperanza”, dijo Bonafini sobre Cristina Kirchner, alineamiento que solo creció tras la judicialización de su caso en tribunales y el intento de magnicidio contra su figura ocurrido a principios de septiembre.
“Nunca permitiremos que vaya presa”, comentó la activista de derechos humanos, tras convocar a marchas y movilizaciones en defensa de la expresidenta de Argentina. Y cuando una pistola apareció en la cara de CFK, no dudó en pedir la renuncia del ministro de Seguridad y cercano colaborador del Presidente, Aníbal Fernández. “Con el derecho que me dan los 45 años de lucha ininterrumpida luchando por defender a la gente que amo, exijo la renuncia de Aníbal Fernández por inepto y descuidado”, exigió.
Hebe de Bonafini, personaje clave de las últimas décadas en la política argentina, marcaba así una clara distancia entre la Asociación Madres de Plaza de Mayo y Alberto Fernández. Diferencias que, aún tras su fallecimiento, siguen generando repercusiones, cuando el gobierno decretó tres días de luto por su deceso.
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