La educación en la cuenta pública: de anuncios y promesas en el discurso de 2022 a un rol secundario en 2023

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El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, durante la jornada de la cuenta pública 2023. Foto: Diego Martin / Agencia Uno

Si el año pasado el Presidente Gabriel Boric había prometido una serie de proyectos de ley entre deuda histórica de los profesores, la condonación del CAE o educación sexual integral, en su discurso de este jueves estuvo lejos de ello, solo presentando una propuesta legal que tiene que ver con calidad y de la que, en todo caso, ya se sabía hace algunas semanas.


Como en cada cuenta pública presidencial, la pata de educación durante el discurso de este jueves de Gabriel Boric era altamente esperada no solo por los asistentes al Congreso. Y es que en la previa había muchas expectativas por temas que desde hace varios años -y con mayor fuerza en el último tiempo debido a los compromisos asumidos por el Mandatario- rondan en el mundo educativo. Pero, con más relevancia aún, porque en 2022 el propio Presidente había hecho promesas y anuncios -algunos de los cuales siguen pendientes- ejercicio que este año optó por no repetir, obviando incluso algunas aristas.

En concreto, el año pasado Boric prometió que su gobierno crearía un nuevo sistema de financiamiento para la educación superior, así como que presentaría en 2023, una vez aprobada la reforma tributaria, un Plan de Condonación de la Deuda Educativa “de manera gradual y justa”. Esa reforma, como se sabe, hasta hoy no ha visto la luz y la supeditación a ese hecho fue nuevamente reiterado. “Terminar con el Crédito con Aval del Estado, establecer un nuevo sistema de financiamiento para quienes no tienen gratuidad y aliviar la carga de deudas educativas que parecen eternas, son compromisos que vamos a abordar con convicción y diálogo. El año pasado me comprometí a ingresar un proyecto de ley una vez aprobado un nuevo pacto fiscal (N. de la R.: en 2022 dijo “reforma tributaria”) y mi compromiso sigue en pie”, dijo escuetamente este jueves, aún cuando desde la Subsecretaría de Educación Superior, liderada por Víctor Orellana, enviaron a los asesores del Mandatario y a la Dipres una propuesta para dar cumplimiento a ese compromiso.

Otro de los temas esperados en materia de educación era el de la deuda histórica de los profesores. Pasa que en 2022 el Mandatario aseguró que a fines del año pasado presentarían “un proyecto de ley de Reparación de la Deuda Histórica”. Ese proyecto aún no ha sido presentado, por lo que se intuía que se darían algunas luces al respecto. Sin embargo, fue todo lo contrario y otra vez con la generación de recursos como condicionante. “Debo ser muy sincero y responsable: el Estado de Chile no tiene ahora los recursos suficientes para hacerse cargo de toda esta reparación y por eso necesitamos de la reforma tributaria. De aprobarse esta, inmediatamente presentaremos un proyecto para cumplir con este compromiso”, aseguró, aunque también señaló que “la dura realidad” de esos profesores los obliga a actuar de inmediato. “Estoy disponible para que, considerando las limitaciones presupuestarias, lleguemos a un acuerdo ya con los representantes de los maestros para abordar las situaciones más urgentes”, aseguró.

Sobre esto, el propio gremio de profesores reaccionó inmediatamente. “Estamos muy frustrados, ha relativizado una promesa que hizo. Ha dicho prácticamente que no se va a cumplir. Es muy lamentable y triste. Presidente: las promesas se cumplen, creímos en usted y ahora deja el pago supeditado a una reforma tributaria muy incierta”, señaló, por ejemplo, Mario Aguilar, presidente del colegio metropolitano.

Y si el año pasado la educación sexual integral había sido uno de los pilares de la pata referida a educación del discurso, cuando señaló que como gobierno ingresarían “un proyecto para que Chile tenga una Política Nacional de Educación Sexual Integral para todos los niveles de enseñanza”, coincidencia o no con todo el polvo que esto ha generado, en su alocución de este jueves en el Congreso no hubo palabras para ese ítem, que es parte de los tres proyectos de ley que tiene pendientes el Mineduc sin una fecha clara de puesta en marcha, aun cuando se había prometido ingresarlo durante el segundo semestre del año pasado. Los tiempo, sabido es, no se cumplieron, y en el camino la cartera advirtió ciertas aprensiones de grupos más conservadores que la llevaron a cambiar incluso el nombre de su proyecto original -Educación Sexual Integral-. Hoy, de hecho, aún está todo en etapa de análisis.

¿Y qué de lo dicho en 2022 reforzó o dio cuenta este año?

Si al gobierno anterior le había tocado el de enfrentar la virtualidad con motivo de la crisis sanitaria, al de Boric le tocó el regreso a clases presenciales. Así, si el año pasado había dicho que la Política Nacional de Reactivación Educativa Integral ‘Seamos Comunidad’ impulsada por su gobierno “busca responder a las necesidades de aprendizaje y bienestar socioemocional provocadas por la pandemia” y que mediante ella financiarían 714 proyectos de infraestructura educacional en 201 comunas, este jueves recordó que en ese marco invirtieron más de 119 mil millones de pesos para reparaciones y mejoras en escuelas y colegios, que para este año proyectan avanzar hasta $ 155 mil millones, especialmente en sectores rurales, y que en enero de este año convocaron “a expertos de distintos sectores para conformar un Consejo para la Reactivación Educativa, y en marzo dimos inicio al Plan Nacional de Reactivación que busca reducir el ausentismo escolar, fortalecer los aprendizajes y mejorar la convivencia y la salud mental”.

En ese contexto, recordó la campaña para convocar a 20 mil tutores voluntarios. “A la fecha, ya alcanzamos 16.000 inscritos y en proceso de capacitación”, detalló, además de contar que junto con los municipios y antes del 30 de junio incorporarán 1.300 profesionales y técnicos de la educación a lo largo de Chile “para revincular a quienes han dejado las aulas”. Pero, asimismo, remarcó que durante este año de gobierno se redujo la inasistencia escolar grave en 13%. Y fijó metas para 2025: “Disminuir a la mitad los estudiantes que hoy tienen un nivel de inasistencia grave, alcanzar el promedio de asistencia previo a la pandemia y elevar la tasa de revinculación anual a un 45% de los estudiantes desvinculados”.

Otro de los anuncios relevantes que había hecho el Mandatario en 2022 fue en materia de desmunicipalización escolar. Ahí dijo que iban a presentar otra propuesta de ley “que mejora el funcionamiento e implementación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP)”. Esto, en efecto, ocurrió hace pocas semanas. “Hemos ingresado un proyecto de ley que ajusta y corrige algunos aspectos del proceso de traspaso, instalación y funcionamiento de la Nueva Educación Pública. Estamos convencidos que la educación pública es la columna vertebral del sistema educativo”, aseveró ayer.

Del mismo modo, si el año pasado había señalado la intención de fortalecer los centros de formación técnica estatales con un aumento del aporte basal y la priorización de fondos de desarrollo institucional, ahora dio cuenta de que desde esa promesa a la fecha el gobierno invirtió más de 14 mil millones de pesos y que en 2023 seguirán adelante con un presupuesto que crece 112% respecto del año anterior.

El único proyecto de ley en materia de educación que sí anunció el Presidente (del que en todo caso ya se sabía desde hace algunas semanas) tiene relación con uno que espera mejorar el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación. “Buscamos que los colegios no pierdan su reconocimiento oficial según su desempeño: por el contrario, recibirán apoyo prioritario del Estado para mejorar”, aseveró.

Al cierre, además, vino un mensaje directo para los estudiantes de los liceos emblemáticos. “Han sido ustedes a lo largo de la historia de Chile un orgullo de la nación y semillero de grandes talentos: recuperemos esa tradición”, señaló. Y sumó: “A los estudiantes de estos liceos quiero decirles que las puertas de nuestro gobierno, y en particular del Ministerio de Educación, están abiertas para solucionar las problemáticas que ustedes han identificado. Con compromisos y plazos concretos, pero sin violencia”.

“Fui dirigente estudiantil, y entiendo la frustración que pueden generar las promesas por años no cumplidas, pero las molotov, los overoles blancos y el amedrentamiento a quienes piensan distinto no es ni será nunca el camino para avanzar, sino todo lo contrario. Recuperemos juntos, con todas las comunidades escolares, la educación pública y el orgullo de Chile por ésta”, cerró al respecto.

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