Por qué la fama de Alexis Sánchez y Arturo Vidal ayudó a los chilenos detenidos en Malasia
Fernando Candia, uno de los dos jóvenes que enfrenta un juicio que podría terminar con condena a la horca por el asesinato de un ciudadano malasio, dice que el fútbol contribuyó a lograr una buena convivencia al interior de una de los peores cárceles de ese país.
Fernando Candia, uno de los dos chilenos detenidos y que enfrenta un juicio que podría terminar con condena a la horca en Malasia -junto a Felipe Osiadacz- por el asesinato de un ciudadano de ese país en un confuso incidente, se dirigió a los pocos medios de comunicación presentes, durante una de las pausas del juicio celebrado este viernes en Kuala Lumpur, para hablar por primera vez sobre la situación que está viviendo: "Somos inocentes, nunca pretendíamos matar a nadie". Insistió en que sólo le sujetaron de las manos y pies para defenderse de la violencia con la que les atacaba. "Hasta que llegó la policía y le soltamos no supimos qué había pasado. Fue entonces cuando nos echamos a llorar porque entendimos la gravedad de la situación".
Fernando aprovechó para agradecer el apoyo y las oraciones de sus compatriotas y nos pidió difundir un mensaje que le escribió a su hermano para que compartiera públicamente en su perfil de Facebook: "Ahora más que nunca necesitamos el apoyo, el amor y las buenas energías para que todo salga a nuestro favor. Los queremos mucho".
Respecto a su vida en prisión en los últimos 13 meses, explicó que han sabido controlar la situación, se llevan bien con los demás presos y no han tenido problemas de convivencia. "El fútbol nos ayudó cuando supieron que somos chilenos porque conocen a Alexis Sánchez, Arturo Vidal…", declaró. Por último, nos contó que Felipe (Osiadacz) ha sido un gran apoyo en los más de cuatro meses que llevan detenidos en Sungai Buloh, una de las peores cárceles del país.
El juicio continúa avanzando tras el cambio de fiscal producido el pasado lunes y ambas partes esperan que hayan terminado de exponer el caso el 9 de octubre o incluso antes. En la jornada celebrada el jueves, la fiscal llamó a testificar a varios policías involucrados en el caso. En primer lugar, declaró el agente que recibió la llamada de emergencia por parte del señor Lim, recepcionista del hotel en el momento de los hechos. Todas las preguntas fueron dirigidas a confirmar las horas de llamada y la conversación mantenida y a este respecto no hubo ninguna sorpresa. A continuación, declararon el policía que tomó las fotografías de la escena de los hechos y, por último, el que las tomó las del cuerpo de la víctima. Ambos recibieron también preguntas procedimentales sobre el trabajo realizado.
Hoy fue el turno del paramédico de la ambulancia, quien declaró que, al llegar a la recepción del hostal, ya se encontraba allí la policía y sólo pudo certificar la muerte de la víctima. Testificó que, a su llegada, el cuerpo del ladyboy (travesti) no tenía pulso por lo que no pudo hacer ninguna labor de reanimación.
Esta jornada se interrumpió en dos ocasiones por las llamadas a la oración del viernes. En Malasia, en torno a un 69% de la población es de etnia malaya y, por tanto, de religión musulmana. Tanto el juez como la fiscal del caso son malayos y se han ausentado durante las pausas. Es estos recesos, los familiares han podido estar hablando con los acusados, dándoles apoyo e incluso compartiendo unos chocolates chilenos.
Tras la última pausa, pasó a declarar de nuevo el fotógrafo de la escena de los hechos y la fiscal presentó como nueva prueba las anotaciones tomadas por el agente durante el análisis de la recepción. La defensa objetó esto argumentando que no aporta nada diferente del informe final y, sobre todo, para evitar que la nueva fiscal siga sumando nuevas pruebas y testigos indefinidamente. El juez estuvo de acuerdo y desestimó la nueva prueba documental. "Que haya un cambio de fiscal no significa que el proceso deba alargarse innecesariamente, porque esto perjudica a los acusados", argumentó la abogada Venkateswari Alagendra.
El juicio se retoma este lunes con las declaraciones del médico forense que realizó la autopsia de la víctima y el patólogo forense que analizó si había consumido alcohol u otras sustancias. El testigo que la fiscalía se reservará para el final será el jefe de la investigación policial para cubrir los posibles huecos que no se hayan cubierto de su exposición de los hechos. Cuando el relato de la acusación termine -presumiblemente el 9 de octubre o incluso antes- la abogada defensora mantendrá la inocencia de Fernando y Felipe y pedirá al juez desestimar la causa por falta de pruebas del cargo de asesinato del que se les acusa.
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