La incierta y arriesgada nueva fase de la guerra entre Blanco y Negro y el plantel de Colo Colo
Después del fracaso de las negociaciones, la Dirección del Trabajo fiscalizará a una institución, cuyas relaciones entre la dirigencia y los jugadores se encuentran absolutamente quebradas.
El fracaso en las negociaciones para un acuerdo de rebaja salarial entre Blanco y Negro y el plantel de Colo Colo significa un nuevo escenario para el club después de dos meses de diálogo estéril. La mediación de la Dirección del Trabajo fue insuficiente y la entidad dio por cerradas las conversaciones durante la tarde de ayer, luego de que la dirigencia no se moviera de la postura inicial de devolver la mitad de la cantidad que se les descontaría a los futbolistas, un 33% menor a lo que se ofreció antes de que se rompiera la mesa.
En abril, la concesionaria ingresó la nómina de 22 jugadores a la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC), argumentando un acto de autoridad para acogerse a la Ley de Protección al Empleo, en este caso, las restricciones sanitarias impulsados por el gobierno para intentar frenar la propagación del Covid-19.
La normativa faculta a las empresas a suspender temporalmente la relación laboral con sus trabajadores, pagando solo las cotizaciones. Así, el sueldo lo cancela la AFC, pero, en el caso de los futbolistas, ellos solamente pueden cobrarlo 90 días por encontrarse con un contrato a plazo fijo. Estos fondos, además, tienen un tope de 120,4 UF ($ 3.457.406), de los cuales el primer mes se recibe el 70% ($ 2.420.184); el segundo, un 55% ($ 1.901.573); y el tercero, un 45% ($ 1.555.832).
Con el fin de las negociaciones, los jugadores continuarán cobrando su salario en el Seguro de Cesantía. De hecho, actualmente ya van en el segundo pago. La sociedad anónima, por su parte, estima que el ahorro en este periodo es cercano a los $ 500 millones mensuales, lo que, en términos globales, podría ser de hasta $ 1.200 millones, tomando en cuenta que los entrenamientos podrían reanudarse en algunas semanas más. Mientras que la propuesta de rebaja de sueldos contemplaba un recorte de hasta el 50% a los sueldos superiores a $ 7,5 millones hasta diciembre de este año, lo que hubiera significado un ahorro de más de $ 2.400 millones hasta diciembre, aunque teniendo que regresar la mitad de esa cifra en 2021.
“No es el ánimo, ni tampoco la recomendación que han hecho todas las autoridades, ya sea del fútbol como las del Estado de nuestro país. Lo mejor siempre es el mutuo acuerdo, como ocurrió en el 95 por ciento de los clubes. Eso indica algo. Fracasan los que no quieren avanzar”, señala Gamadiel García, presidente del Sifup, acerca de la imposibilidad de cerrar la negociación, quien añade que “los jugadores, en términos legales, ellos estarán atentos a los resultados de la fiscalización”.
Para esta jornada se espera la fiscalización de la Dirección del Trabajo tras la denuncia de los futbolistas y se concentrará en los 22 días que el plantel afirma que desempeñó sus funciones en abril, pues el club suspendió la relación desde el 1 de dicho mes, además de determinar si a la concesionaria le correspondía acogerse a la Ley de Protección al Empleo. Para ello, la entidad laboral solicitará una serie de documentos para poder realizar la investigación, un trámite que realizará vía correo electrónico.
“Esperamos que se investigue a profundidad cada una de las materias denunciadas por las cuales se solicitó la fiscalización de la DT. La primera, que se reconozca que las partes pactaron la continuidad laboral a traves del trabajo a distancia, que se trabajó durante el mes abril hasta que el club unilateralmente dejó de otorgar el trabajo convenido y si se pagaron las remuneraciones correspondientes, las cotizaciones obligatorias y por último, fiscalizar si Blanco y Negro podía acogerse, teniendo presente estos antecedentes, a la Ley de Protección al Empleo, dado que además la empresa ha seguido recibiendo altas sumas de dinero mensual por CDF y también por sponsors, acuerdos comerciales, dineros desde Conmebol, etcétera”, afirma García.
Otra opción podría ser continuar el litigio en los tribunales laborales, lo que podría prolongar el conflicto por varios meses.
Relaciones rotas
El conflicto también dejó en evidencia la mala relación del plantel con la dirigencia. El quiebre definitivo de los referentes con Aníbal Mosa, a quien hasta hace no mucho veían casi como a un amigo, fue una de las instancias más complejas de este período.
“Es difícil, complicado. Hablo personalmente, porque tengo una relación de tantos años, llega gente que en seis meses se apodera del club y es complicado. Cuando se reanude esto, seré siempre el mismo Esteban Paredes. Me encantaría una mediación con Aníbal Mosa directamente, pero bueno. ¿Por quién lo digo? Por el que tome las palabras”, fue uno de los dardos más ácidos que lanzó en su momento el capitán albo a la administración y especialmente hacia Harold Mayne-Nicholls, vicepresidete ejecutivo, a quien los futbolistas responsabilizan del cambio de actitud de Mosa.
La mayoría de los referentes que se sentaron a negociar terminan contrato con el club a fin de año y a partir de este conflicto, se ve poco probable la opción de que prorroguen su vínculo, incluido Paredes, de 39 años, quien sigue evaluando la posibilidad del retiro al término de la temporada. Sin embargo, el panorama parece ser muy distinto al de hace pocos meses.
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